Escribe hoy Hermann Tertsch en El País un artículo sobre la Cumbre Euromediterránea (“Las razones de la abuela”). El periodista se hace eco de las opiniones que anticipan un pronóstico tan infértil como bienintencionadas se presumen las razones de ZP para convocarla. Cita las declaraciones de Rosa Regàs, la directora de la Biblioteca Nacional: «Tras la incomparecencia de líderes árabes puede estar la mano negra de Condoleeza Rice». Las palabras de Regàs son la introducción (lo que en lenguaje de prensa se denomina percha), con las que Tertsch da comienzo a un artificio semántico, de factura propia, que trasciende del color de la piel a la oscuridad de las intenciones con una simpleza metafórica cuanto menos peligrosa para un diario de difusión nacional. Escribe: “Es evidente que la mano de Condoleeza Rice es negra, la derecha tanto como la izquierda”, confirma: “Rice, con sus intenciones siempre tan negras como sus manos” y sentencia, en el último párrafo: “(…) tenemos la negra con Condoleeza”.

La política y el lenguaje comparten la capacidad de construir realidades, en ocasiones incluso hermosas. Pero también la de destruir. Tertsch vincula la oscuridad de facto de un personaje como Condoleeza Rice al color de su piel con una analogía tan siniestra como lo es para muchos la política internacional de la secretaria de estado americana; difundir opiniones en términos de intenciones tan negras como sus manos muestra un espíritu democrático tan cuestionable como el personaje sobre las que versan. Las insinuaciones racistas del lenguaje son una de las mayores oscuridades en las razones de la democracia.

Para los que entienden inglés pueden escucharlo de la boca de los propios norteamericanos.

A Estados Unidos le va muy bien en general, pero hay cuatro rubros que tienen un peso desproporcionado en su economía y que la tiran para abajo.
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Ejovi Nuwere es uno de estos prodigios de la informática. Era hacker cuando era jóven, pero ahora que ya tiene 25 años dirige su propia empresa de seguridad en internet y Business Week lo acaba de nombrarlo uno de los veinte talentos del mundo empresario de Estados Unidos.
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El New York Times de hoy comenta que Estados Unidos no está preparado para la llegada de un virus gripal mortal que se inició en Asia y que podría llegar a este país en pocas semanas. El tema de la gripe mortal suena raro, es como si nos hablaran de un posible ataque de moscas asesinas. Es la transformación de lo molesto en maligno. Pero aunque cuesta creerlo parece que sí, que hay ya gente en Asia muriéndose de gripe, y que la globalización hará que esta gripe llegue a Estados Unidos. El New York Times, el periódico de más respeto del mundo, dice literalmente que Estados Unidos está «especialmente mal preparado para lo que podría ser el peor desastre de su historia». Un plan de 381 páginas que trata de este posible riesgo dice que la gente atacaría hospitales, clínicas de vacunación y se volvería especialmente violenta al no conseguir su protección. Leyendo esto se me ocurren una pregunta: ¿Por qué este país que gasta más que el producto bruto de España en armamentos y que es especialmente religioso cree que solo otros seres humanos le pueden hacer daño y no «la naturaleza» o «Dios»? Creo que ya es hora de que Estados Unidos se de cuenta que los riesgos de que alguna otra cultura les cause un serio daño es muy bajo pero el riesgo de que huracanes y epidemias lo hagan no lo es. Estos eventos naturales tienen un poder de destrucción mucho mayor de lo que puede conseguir un Al Qaeda. Dicen que con una inversión de solo 14 mil millones de dólares en diques New Orleans se hubiera salvado de la destrucción y muerte de Katrina. Pero no se hizo. Lo de las vacunas es paradójicamente igual. Estados Unidos no tiene vocación social por parte del gobierno. Si solo Bill Gates con su fundación es capaz de vacunar a decenas de millones de africanos, ¿cómo es posible que el gobierno de Estados Unidos no tenga vacunas de gripe suficientes para sus propios ciudadanos?

Luego de que mi fundación y el Club de Madrid organizáramos la cumbre del 11M, me quedó una pregunta que aún no puedo resolver: ¿ahora que tenemos un Presidente que hace todo lo que los islamistas querrían que un Presidente europeo hiciera, empezando por retirar las tropas de Irak, vamos o no vamos a tener otro ataque terrorista islámico?

Mucha gente opina que los terroristas no tienen lógica, que hagamos lo que hagamos nos van a atacar igual porque «están locos». Otros, como yo, pensamos que no es así.
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Tal como decía Aznar: España va bien. Iba bien con Aznar y sigue bien con Zapatero. ¿Qué significa bien? Que durante los últimos 10 años España ha tenido uno de los crecimientos económicos sostenidos más altos del mundo.

Además, y sorprendentemente, España sigue siendo una de las naciones con el crecimiento más equitativo del mundo. Estados Unidos, por el contrario, ha crecido mucho en producto bruto y desigualdad. Sin embargo, hay en España una gran inequidad, una asignatura pendiente que queda por solucionar, una inequidad que no es de ingreso sino de horas de trabajo: estoy hablando de la comparación entre lo que se trabaja en el sector público y privado.
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Para muchos europeos, el estilo de los filántropos norteamericanos evoca una mezcla de admiración y desprecio. Admiración porque Estados Unidos tiene individuos con muchísimo dinero que desean donar una parte importante de sus ingresos para mejorar el estado del mundo. Desprecio porque creen que no se puede dejar en manos de filántropos esta tarea.
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Los fundamentalistas religiosos musulmanes odian a los judíos y cristianos. Los fundamentalistas cristianos y judíos -aunque no expresan su odio con la misma brutalidad-, comparten su desprecio por otras religiones con los fundamentalistas musulmanes.

Sin embargo, todos los fundamentalistas del mundo parecen estar de acuerdo en una cosa: afirmar que el Huracán Katrina es un castigo a los Estados Unidos y a la ciudad de Nueva Orleans por «algo».
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Los huracanes inundan a los Estados Unidos. A veces ocurre en Miami y ahora fue el turno de Nueva Orleáns. En Europa ocurre algo similar, aunque en este caso como producto de fuertes lluvias y no de huracanes. El caso más terrible de los últimos tiempos fue la inundación de Praga en el año 2002.

Ahora bien, si uno compara estos dos casos, queda claro que existe una gran diferencia entre uno y el otro: mientras que en USA la noticia del huracán es seguida por otras que informan sobre un gran número de personas descontroladas que saquean los negocios, en Europa las noticias informan sobre los daños ocasionados por las fuertes lluvias, sin hacer referencia alguna a episodios de saqueo, asesinatos o cualquiera de las otras atrocidades que están ocurriendo en USA.
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