Solía pensar que Israel era diferente a sus vecinos, pero estoy empezando a cambiar de opinión. «Mis creencias son mejores que las tuyas» no resulta ser la mejor fórmula para alcanzar la paz en la región. Como judío secular que soy me sentiría muy incómodo si viviese en Israel con un gobierno, cuyo Ministro del Interior –  Eli Yishai – hace comentarios como que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) fallaron en la Segunda guerra del Líbano porque las tropas no rezaron.

Eli Yishai via Wikipedia

Eli Yishai via Wikipedia

Se entiende por tanto que Europa, mayoritariamente secular, se sienta cada vez más alejada de Israel  mientras que por el contrario USA, mayoritariamente religiosa, se sienta más identificada con ellos. A Israel le gusta afirmar que Europa es antisemita, pero aunque esto tenga algo de verdad, especialmente en España (busca en google: es difícil ser judio en España), lo que es cierto es que los políticos europeos no hablan generalmente de Dios y mucho menos como si a Dios le gustasen los judios y no los musulmanes. Personalmente creo que existe un problabilidad muy pequeña de que Dios exista pero incluso si existiese, existe una probabilidad aún menor de que perteneciese a cualquier religión. Creo que la existencia de Dios es en si misma una entidad bastante improbable pero si existiese, ¿cual sería el vínculo entre Dios y cualquier Religión en particular? Para mi la utilización de Dios dentro de la Religión es una justificación que algunos utilizan para hacer el bien pero que en su mayor parte muchos utilizan como símbolo de su propia tribu en contra de otra. En muchos casos, Dios dentro de una religión se utiliza para justificar el asesinato y eso hace +la Religión ajena a mí.

Atrás quedaron los días en los que Israel estaba liderada por agnósticos o ateos como Golda Meir que cuando una vez le preguntaron si creía en Dios ella respondió: creo en el pueblo judío y el pueblo judío cree en Dios. Ahora Israel está liderada por quienes creen que Dios está de su lado y eso es bastante peligroso.

Anoche cené con Shoresh Moradi, un cirujano kurdo que fue educado en Suecia donde además vive y trabaja en el Karolinska Hospital. Durante la cena en Palma de Mallorca, me contó varias historias muy conmovedoras de cómo sus pacientes reaccionan cuando en vez de encontrarse con un doctor sueco en la sala de emergencias, se encuentran con un hombre de piel oscura y apariencia árabe. Sus historias estaban llenas de prejuicios, el prejuicio con el que tiene que lidiar este cirujano de emergencias todos los días de su vida. Curiosamente en la mayoría de los casos este prejuicio se supera y los pacientes de alguna manera, sufren una transformación después de confiar sus vidas a un médico que se percibe como musulmán. Y digo percibir, porque Shoresh es más musulmán en la cultura que en la religión, de la misma manera que yo soy judío. Estamos muy orgullosos de nuestra herencia, pero también somos conscientes de la desigualdad de las mujeres y los Goim o infieles o del extremismo religioso vinculado al  Judaísmo Ortodoxo y a ciertas facciones del Islam son perjudiciales para la sociedad.

Durante la cena hablamos sobre la paradoja de los prejuicios en Europa y estuvimos de acuerdo en que tiene mucho que ver con la forma en que los inmigrantes vienen a Europa. En Europa, los inmigrantes se seleccionan en función del tipo de trabajo que desempeñan y eso mismo es lo que refleja su visa. Así que por ejemplo, un inmigrante puede venir a España a trabajar como empleado doméstico y su visa le permitirá únicamente ser eso, un «empleado doméstico». Los europeos no tienen problemas en declarar públicamente que los mejores trabajos deben ser ocupados por los nativos. Este tipo de discriminación no se ve como un prejuicio. Los americanos en cambio tienen un sistema que busca inmigrantes con buenas calificaciones y así lo hace también una minoría de los países de la UE, Irlanda por ejemplo. Como resultado, la mayoría de los países de Europa cuenta con una población inmigrante que tiene los peores trabajos, y así son culpados por su falta de logros, una situación que es mucho más injusta si consideramos que fueron pre-seleccionados para desempeñar esas labores y su ascenso se ve bloqueado.

La conclusión de los europeos es que los habitantes de  países de donde proceden los inmigrantes son, en su mayoría, ineptos. Ahora, he aquí la gran paradoja lo que ocurre cuando esos inmigrantes, que conducen taxis o limpian oficinas, van a la universidad, finalizan sus estudios como Shoresh y se convierten en cirujanos, en miembros de la elite. En esta situación los prejuicios son incluso peores, como en el caso de una paciente femenina, por ejemplo, que creerá que un doctor musulmán la tratará peor y entonces Shoresh tendrá que explicarle que esto no sucederá y que será tratada igual que el resto de pacientes. Le ocurre a menudo que tiene que justificarse antes de realizar cualquier procedimiento o tiene que ir personalmente a las reuniones preliminares para enfrentarse a los miedos que su simple nombre inspira. Así que Shoresh y yo estamos de acuerdo en que mientras que la inmigración pobre y sin éxito afronta  prejuicios, los inmigrantes que tienen éxito se enfrentan aún a más prejuicios. No por parte de las élites educadas, sino por los ciudadanos medios. La clase de ciudadanos que terminan votando a partidos políticos anti-inmigración como Le Pen. Tanto judíos como musulmanes de éxito sufren prejuicios similares en Europa. Estos prejuicios fueron llevados al extremo en el Holocausto, y es incluso peor que el prejuicio contra quienes son pobres: la envidia contra aquellos a los que les va bien. Los judíos tradicionalmente han sido odiados, no por fracasar, sino por tener éxito; por ser 1 de cada 500 en nuestro planeta pero que 1 de cada 5 Premios Nobel o estar en el top de las listas de los billonarios, o ser escritores de éxito o directores de cine.  Y esto todavía ocurre en muchos lugares de Europa, mucho más que en USA donde viví 18 años antes de venir aquí. Podemos tener éxito en la vida, pero en España, Francia y muchos otros países de Europa si ser rico no está bien visto, ser un  judío rico o un árabe rico es aún peor. Y esta es la maldición de escapar de la pobreza y darte cuenta de que el prejuicio ha estado ahí todo el tiempo y aún permanece. Si te va mal, te enfrentas al prejuicio de que eres un perdedor, pero si te va bien y terminas convirtiéndote en una persona exitosa que rompe los estereotipos, encontrarás un prejuicio aún más duro, el que confronta Shoresh que salva vidas o incluso yo, cuando me llamaron «judío especulador» en un diario español.  Si tienes dudas sobre lo que estoy diciendo, busca «judio Varsavsky» en Google e investiga leyendo los resultados que salen.  Están mis artículos sobre el tema de ser judío en España.  También otros en los que se me insulta solo por ser judío.  Charlando con Shoresh, como con otros amigos musulmanes, nos damos cuenta que aunque en Medio Oriente judíos y musulmanes están enfrentados en Europa estamos unidos por un prejuicio que debe terminar.

Probablemente se acuerden de los dibujos del periódico danés que enfurecieron a muchos en el mundo musulmán. Hubo manisfestaciones en todo el mundo en las que, según Wikipedia, murieron más de 100 personas. Dejando de lado la polémica sobre lo ofensivo de los dibujos, lo más importante de este ejemplo es que cuando los musulmanes quieren organizarse y protestar sobre algo importante para ellos, lo hacen.

Actualmente hay 16 millones de musulmanes en la Unión Europea viendo como sus hermanos están siendo masacrados en países como Túnez, Egipto, Bahrein y ahora Libia. Manifestantes que mueren por la liberación de su país de un dictador ladrón al que no le importan los derechos humanos, y roban al país para satisfacer sus necesidades y las de su familia. Así que ¿por que no organizar mainfestaciones contra ellos? Los musulmanes son una fuerza política en Europa, seguro que si se organizaran tendrían el apoyo del resto de la sociedad y con ello podrían conseguir una política exterior europea a favor de la democratización en el Magreb y en Oriente Medio.

Yo me uniría sin pensarlo a una manifestación en contra de Muammar Gadaffi y a favor de la democratización de Libia, una manifestación por el fin de la violencia y a favor de elecciones libres y transparentes en toda la región. Pero por ahora las manifestaciones no están teniendo demasiado éxito, como por ejemplo la de Londres a la que solamente acudieron unas 200 personas.

Como demostraron las manifestaciones contra los dibujos del periódico danés que mencionaba antes, no es la falta de organización lo que evita que los musulmanes se manifiesten contra la tragedia de Libia. En esta ocasión se organizaron muy bien, llegando incluso a provocar situaciones violentas. Entonces, ¿por qué no se organizan para ayudar a sus hermanos? ¿Podría ser que los imanes están preocupados porque las manifestaciones en el mundo árabe son principalmente ateas, políticas, a favor de la democracia y de la modernización, conceptos que ellos no comparten? Yo tengo amigos musulmanes que, como yo, están todos el día pegados a Aljazeera y a Twitter, esperando noticias de las revueltas árabes. ¿Por qué no tratan de organizar y presionar la instauración de una política europea que les ayude?

Mientras camino por Ubeda reflexiono sobre el tema.

Y aquí van unas fotos con tono religioso

He filmado muchos videos de muchas iglesias en distintas partes del mundo que he publicado en este blog. Hoy es el turno de la iglesia de Sión, en Berlín.

El periodico español El Mundo, que una vez me llamó judío especulador, sigue con su absurdas nociones sobre el judaismo. El Mundo, en un articulo en la página 28 de hoy, llama a la candidata a diputada marroqui Maguy Kakon «de confesion israeli» por ser de origen judío. Si ser de origen judio te hace «de confesion israeli», ¿de que confesión son el 15% de israelíes musulmanes? Es interesante que en Arabe se da la misma confusión ya que la palabra que en árabe se usa para decir judío es la misma que se usa para decir israelí. Cuando visité Siria me detuvieron en la frontera y me dijeron que sospechaban que era judío. Yo estaba horrorizado pero viajaba con un amigo Libanés musulmán, el director de cine Ziad Deoueri, que me aclaró que en árabe decir judío y decir israelí era lo mismo y que mejor que negara que era judío porque si les decía que era un judío argentino no lo iban a entender. Así fué que visité Damasco asegurando «no ser judío» cosa que me dió bastante rabia (pero los militares en la frontera entre Siria y Líbano no parecían las personas adecuadas para mantener esta discusión). Ahora a los periodistas de El Mundo se los puedo decir claramente. Ser israelí no quiere decir ser judío y ser judío no quiere decir ser israelí. Y en mi caso ni siquiera quiere decir estar de acuerdo con las políticas del estado de Israel ya que a veces estoy de acuerdo y otras no.

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Paseando por las afueras del hotel donde los emprendedores apoyados por Index Ventures nos estamos hospedando en la campiña inglesa, reflexiono sobre la arquitectura inglesa –que en general me gusta mucho–, y presento a las iglesias sin denominación.

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Vi esto recién en Reddit. Me sorprendió que en el profundamente cristiano Estados Unidos esta imagen fuera la tercera más votada por este sitio estilo Meneame. El éxito de esta imagen es que, sin deseo de ofender, para mi está claro que donde creyentes y no creyentes podemos estar de acuerdo es que la historia y de Jesús (nuevo testamento) combinada con el antiguo testamento (la parte judía de la Biblia), es algo que si nos contaran hoy por primera vez sería muy, pero muy difícil de creer.

En Europa, los gobiernos están preocupados por Irán y sus deseos de hacer bombas atómicas. Entiendo que lo estén.

En el mundo hay dos tipos de personas religiosas:

  1. Los que creen que Dios es perfecto y los seres humanos no lo somos. Esta categoría diría que incluye a los europeos religiosos (ya en si una minoría)
  2. Los iraníes y otros fundamentalistas que creen que Dios es perfecto y que ellos lo son también, porque siguen al pie de la letra lo que creen que Dios dijo.

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Los fundamentalistas religiosos musulmanes odian a los judíos y cristianos. Los fundamentalistas cristianos y judíos -aunque no expresan su odio con la misma brutalidad-, comparten su desprecio por otras religiones con los fundamentalistas musulmanes.

Sin embargo, todos los fundamentalistas del mundo parecen estar de acuerdo en una cosa: afirmar que el Huracán Katrina es un castigo a los Estados Unidos y a la ciudad de Nueva Orleans por «algo».
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