Sigo con el tema de clasificar a las personas de maneras diferentes y luego de dividir al mundo entre solitarios y gregarios ahora paso a clasificar a las personas entre ordenadas y desordenadas. En estos grupos yo reconozco que soy un desordenado y no solo yo sino los que me rodean y para ilustrar el tema decidí hacer un video filmado durante una navegada Mallorca Menorca en la que mi barco, el Aphrodite es un caos total. Y eso que lo filmé cuando mis 3 hijos mayores y sus amigos no estaban ya que los habíamos bajado antes desde la Sacs. Creo que hay una correlación entre ser gregario y ser desordenado y ser solitario y ser ordenado pero eso es pura especulación (shit, dije especulación, mis lectores españoles se cabrean porque odian a los especuladores, shit dije shit, mis lectores españoles se cabrean porque meto inglés, shit que difícil son algunos de mis comentaristas, shit).

Pero más allá del tema del desorden que había en el barco quería comentar el tema de navegar con dos barcos al mismo tiempo algo que a un ordenado no le gustaría porque le parecería que queda feo eso del remolque. No elegante.

Pero antes de hablar de que navego con dos barcos al mismo tiempo una advertencia. Si me vas a hacer el típico comentario de lector resentido de que no solo tengo un barco sino dos barcos y que hay gente muerta de hambre por favor deja de leer este post y no veas el video. Yo ya se que hay gente muerta de hambre y para eso tengo mi fundación y hago proyectos como Educ.ar. Pero también soy un fanático de la vela y el mar y tengo mis barcos. Bueno, ahora que me saqué a los pesados de encima sigo con el tema de los dos barcos.

Hace años que tengo dos barcos que se ven en el video. Uno es el Aphrodite que compré en el 2000 luego de vender mis acciones en Viatel y el otro es la Sacs 42 que compré en el 2005 porque se me dió la gana. La Sacs 42 es un barco increible por lo que cuesta. Es un gomón de 42 pies (12,5m) con dos motores de 250 caballos. Yendo a 24 nudos consume 100 litros por hora. Yendo a 30 nudos que es la máxima velocidad consume 160 litros por hora así que por motivos medioambientales digamos que la llevo en general a 20 nudos que consume 70 y de ahi hasta 25 nudos. La Sacs es el complemento perfecto para el Aphrodite. Tiene dos camarotes que le encantan a mis hijos adolescentes, hasta Nina y yo nos hemos hecho escapadas solos en la Sachs a Palma. Tiene cocinita, heladera, toilet, en fin, lo indispensable. Es como ir de campamento. Además la Sachs es perfectamente remolcada por el Aphrodite como se ve en el video y le quita solo medio nudo con el mismo despliegue de velas. Asi que transportar la Sachs no requiere encender los motores y como el casco es enorme tiene mucha estabilidad en el mar. Un barco como el Aphrodite cuesta 3 millones de euros. Tiene 5 camarotes y lleva a 4 tripulantes en dos de esos camarotes lo que significa que deja solo 3 camarotes para mi familia. Estuve averiguando pasar de un 92 pies a un 110 pies con 5 camarotes y el precio del barco se duplica. Hay fórmulas que se dan en los barcos y una de ellas es que los precios suben con el cubo de la eslora (el barco crece en tres dimensiones). La Sacs te da más volumen por un precio, 100.000 euros, que en el mundo de los veleros grandes es menos que pintarle el casco o cambiarle la cubierta. Y te da libertad, planes alternativos. Por ejemplo el otro día estábamos en Pollensa y el Aphrodite no pudo entrar en Puerto Pollensa por su calado. Entonces pedimos un amarre para la Sacs así mis hijos adolescentes se fueron de marcha y nosotros nos quedamos cuidando a Leo. Y por supuesto está el tema de la seguridad. Si llegara a pasar algo al Aphrodite, raro pero no imposible. La Sacs sería una embarcación de rescate disponible ahí mismo. Una vez salí en un mistral de Mahon con la Sachs para ver como era y es impresionante como aguanta. Es más segura que una Sunseeker o Princess de más de 50 pies.

Bueno, basta de escribir, aquí va el video del caos durante la navegada.

Este es un video que filmé durante mi último viaje a San Francisco de los murales de la Torre Coit en Telegraph Hill. Una parte del video está en inglés, que es cuando Dave Sifry me explica el significado de algunas de las pinturas de los murales.

Ahora mismo estoy en uno de esos momentos raros de mi vida en el que estoy solo en mi cuarto de Menorca.

En nuestra sociedad se acostumbra a dividir a la gente según su edad, su género, su nacionalidad, su profesión o su situación laboral, pero pocos catalogan según si son solitarios o gregarios (es más, no creo que exista una palabra que implique un índice de soledad vs gregarismo). Pero si lo hiciéramos, es decir, si construyéramos una escala de 0 al 10 donde 0 es una persona que no dialoga con nadie en todo el día y 10 una persona que vive rodeada de familia, amigos, compañeros de trabajo y no está nunca solo, yo estaría cerca del 10. Asi es que este momento, en el que estoy solo en mi cuarto es rarísimo.

En general, los únicos momentos en los que estoy solo son cuando voy a montar en bici y esto tampoco es común porque, en general, salgo con amigos. El resto de mi vida estoy siempre acompañado, ya sea de Nina, con quien somos pareja y además trabajamos juntos, de alguno de mis cuatro hijos, de mis amigos, de otros familiares o de compañeros de trabajo. Estar solo ahora no fue planeado. Estoy solo de casualidad. Volví de navegar, Nina se fue a la piscina, mis 3 hijos mayores se quedaron en el barco con 6 amigos, Leo no quería salir del agua y se quedó en la playa con su niñera, y yo…estoy solo 🙁

Cuando hablo con amigos extranjeros me entero de que mi estilo de vida gregario, no es tan normal afuera de España. En su caso es común que coman solos en un restaurante, por ejemplo, algo que yo no hago. O que vayan solos al cine, algo que no me gustaría hacer. Inclusive tengo un amigo mio al que le encanta estar solo, que se va de vacaciones en plan aventura (se alquila una avioneta en Namibia y se va a pilotar solo, o se alquila una Ducati y se recorre Italia solo en moto).

La idea de irme solo de vacaciones me parece penosa. Cuando lo hacía, de adolescente, no duraba mucho solo, como se puede leer en la autobiografía que escribí de mis 17 años. A este punto, me pregunto si será por mi desagrado a estar solo que me vine a vivir a España. Porque España, según mi experiencia, es el país más gregario que yo haya conocido. Me explico.

En España el modelo de desarrollo urbanístico parece diseñado para evitar que nadie se quede solo. Si uno sale de Madrid a andar en bici, como hago yo, es clarísimo, por ejemplo, donde termina San Agustín de Guadalix y empieza el campo. La diferencia es total: pueblo, campo, ciudad, campo. Pero en Argentina la ciudad se va disolviendo en el campo. Primero los edificios, después las casas, después las quintas, las chacras, los campitos, los campos, las estancias. En Estados Unidos lo mismo. Uno sale de East Hampton –donde tengo una finca– y la densidad poblacional baja a medida que uno sale del pueblo. En el pueblo las casas tienen terrenos de un cuarto de acre, luego de medio acre, luego de un acre, luego de dos acres, y al final vienen las fincas.

Por lo que vi en los 13 años que llevo viviendo en España es que el español es un ser muy gregario. España tiene una estadística impresionante: lo mucho que le cuesta a los hijos separarse de los padres. Si las españolas fueran marsupiales llevarían a sus canguritos en la bolsa decenas de años. Es más, 3 decenas para ser exactos, porque España es el país que más tarde se van los hijos de las casas de los padres. Y creo que esto es porque a los padres no les molesta que sus hijos sigan haciendo lio y a los hijos les gusta la compañía de los padres más de lo que quieren confesar porque, caso contrario, aunque la vivienda cueste un ojo, los hijos vivirían por su cuenta en pisos diminutos.

Pero en España el tema no va solo de padres e hijos. Por lo que yo vi, mis amigos españoles tienen muchísimo contacto con sus familias extendidas y aunque tienen pocos hijos tienen muchísimos primos y se ven con ellos. Y ni hablar de los amigos. Los españoles cultivan la amistad como los franceses la seducción. La lealtad entre amigos es fuertísima, inclusive entre compañeros de trabajo. Las empresas que hice en España, Jazztel, Ya.com y ahora Fon parecen familias. Los compañeros de Jazztel del 2000 siguen haciendo fiestas juntos. Es impresionante. Los de las empresas que hice en USA con suerte se hacen amigos en Facebook.

Con esto de estar siempre rodeado de gente, a veces mis amigos de otros países me preguntan lo opuesto. Es decir, si no me gustaría «mandar todo al carajo» como se dice en Argentina y pasarme una temporada solo. Pero mi respuesta es un rotundo no. Yo soy feliz cuando hay follón en mi casa, cuando mis hijos se aparecen con sus amigos y tenemos esas cenas multitudinarias como será la de esta noche. Es más mis tres hijos mayores nacieron en Estados Unidos donde viví muchos años pero cuando empecé a ver cómo eran la relaciones intergeneracionales en ese país me quise ir y me vine a España. Eran lo opuesto que lo que había sido mi infancia en Argentina a donde hubiera vuelto si no fuera por la desconfianza que me daba la clase dirigente argentina.

Cuando era chico éramos mi hermana y yo, pero luego mi padre se casó con una mujer que tenía 4 hijos de nuestra edad y, aunque al principio me pareció una invasión casi inaceptable pasar de 2 a 6 chicos al final, el estado de follón permanente me cautivó. Cuando tenía 12 años hicimos un viaje mi padre, su mujer y los 6 chicos en una camioneta Ford por la Patagonia Argentina. Fuimos de Buenos Aires a Puerto Madryn, de ahí a Esquel, Bariloche, y vuelta a Buenos Aires. Aunque ese viaje es por una parte que no es más de un tercio de la Argentina, en Europa eso sería como ir de Barcelona a Amsterdam, de Amsterdam a Berlin y de Berlin a Barcelona. Fueron muchísimos kilómetros. Para mi ese viaje fue un descubrimiento, conocí a mis «nuevos hermanos» y aunque sufría los celos y rivalidades normales de la situación, cuando me entregaba al «despelote» (follón en argentino) lo disfrutaba totalmente. Y así terminó siendo el resto de mi vida un agradable follón.

Y se ve que hoy no aguanté el silencio y decidí escribir pensando en mis lectores…que estar solo.

Me sigue pasando que los filtros anti spam se comen por lo menos un mensaje útil de los 200 que recibo por día lo que me obliga a leer mi spam. Un consejo, antes de cabrearte con alguien, mira tu filtro anti spam. A veces la gente responde de una nueva dirección que no tenías en tu libreta. Al final le podrás decir que le encontraste en medio de un mar de viagra, alargamientos de pene, pildoras antidepresivas baratas, programas pirateados en venta y diplomas que no requieren estudios.

Ser judío en España es difícil. Lo es por una razón: casi no hay judíos en España. Bueno, no es que no haya judíos en España, sino que somos muy pocos: los miembros de todas las comunidades judías de España no llegan a los 15.000 según las propias instituciones judías (aunque según los cálculos de los embajadores de Israel y de Argentina en España se acercan a 30.000) en un país de 45 millones de habitantes.

Pero en España sí hubo judíos. Hace mucho tiempo. Cuando fuimos expulsados del reino éramos unos 600.000 o el 10% de la población. Pero gracias a esa expulsión (que fue terrible no sólo por lo injusta, sino por lo eficaz), España pasó a tener 1 de cada 10 habitantes judíos en 1492 a 1 cada 3.000, actualmente.

Siendo tan pocos judíos en este país lo más probable es que la mayoría de mis lectores nunca haya cenado en casa de una familia judía, o conocido en profundidad a un judío. Sin embargo, según El País de hoy, el 56 por ciento de los estudiantes secundarios españoles dicen que «estaría poco o nada dispuesto» a trabajar con un judío.

Para que quede claro: este horroroso prejuicio que demuestran los estudiantes españoles es también el mismo que sienten por otras minorías. En orden de rechazo de los estudiantes españoles, los gitanos se llevan el «premio» siendo rechazados por el 67% de los escolares. Luego vienen los marroquíes, despreciados por nada más ni nada menos que el 64% de los estudiantes españoles y enseguida después venimos los judíos. El rechazo es menor hacia los Europeos del Este (un 47%), aún menor hacia los africanos (un 45%), tras los que vienen los latinoamericanos y asiáticos (un 43%), y los menos rechazados son los norteamericanos y los comunitarios (28 y 22% respectivamente).

¿Pero cuál es la gran diferencia entre todos estos grupos y los judíos? Que el prejuicio antisemita del escolar español medio es un prejuicio basado no en el encuentro con judíos –que como digo es estadísticamente improbable– sino por la historia antisemita española desde la Inquisición. Yo me pregunto en qué está basada la judeofobia en este país. ¿Cómo puede ser que haya desprecio por el judío sino se le conoce?

En España, por ejemplo, ser judío es sinónimo de ser tacaño o avaro cuando en Estados Unidos son las instituciones judías las que más dinero invierten en asuntos sociales, destinados en la mayoría de los casos a no judíos.

Además, están los medios masivos de comunicación españoles que habitualmente atacan a los 6 millones de israelíes judíos –que viven entre más de 1.000 millones de musulmanes– de ser la causa de la violencia en el mundo árabe y musulmán (cuando los palestinos representan una ínfima minoría de éste).

Existe en España otro antisemitismo que es el del progresismo que cree que Israel controla a Estados Unidos y que tanto Israel como Estados Unidos son dos países enemigos de la convivencia y la estabilidad global, al que se le añade el antisemitismo de la derecha católica tradicional.

Pero hay más. Existe en España la creencia de lobby judío todo poderoso. En Estados Unidos hay 34 mil lobbystas registrados en el Congreso entre los cuales una minoría son judíos. Si bien las instituciones judías en Estados Unidos (como el American Jewish Committe, Anti Difamation League, Bnai Brith o American Israel Public Affairs Committe) tienen poder, y hacen un aporte importante al resto de la sociedad americana y al Estado de Israel, no se entiende cómo la prensa española habla tan frecuentemente del lobby judío norteamericano como si controlara los destinos de la política y la economía mundial, cuando todos sabemos que es pequeño en comparación al lobby de la industria armamentista, petrolera o farmacéutica o a los 34 mil otros lobbies que hay en Estados Unidos.

Justamente, lo que no existe en España –pero muchos españoles creen que sí– es un lobby judío. Lo que existe en España es el trabajo que hacen las ínfimas comunidades judías españolas para que baje el nivel de prejuicio contra los judíos.

Ser judío en España no es fácil. Un compañero de mi hijo Tom fue suspendido recientemente por agredirle por ser judío. Mis hijas Alexa e Isabella también han tenido que sufrir situaciones en las que chicos españoles hacían comentarios antisemitas. El colegio al que van mis hijos es inglés y nunca han recibido comentarios antisemitas de chicos ingleses, ni tampoco de chicos alemanes, o de otros países de Europa, que son la mitad de los chicos. Quienes que frecuentemente hacen comentarios antisemitas son los españoles. Es más: recientemente los padres de chicos no españoles se juntaron para hablar con los padres de chicos españoles y alertarlos sobre este problema que ahora parece bajo control.

En el plano personal, el hecho de ser judío no me ha causado problemas en España. Mis grandes amigos aquí son de familias españolas tradicionales, Miguel Salis, Pablo Perezpayá, Jesus San Vicente, Alfonso Gomez Acebo, Juan Herreros y en general no he notado prejuicios ni en ellos ni tampoco en sus hijos.

Tampoco he tenido problemas a nivel social, político, como profesor del Instituto de Empresa ni como emprendedor. El prejuicio antisemita en España es fuerte pero parece estar basado en dos ejes: uno es el de la educación familiar, en el cual en ciertas familias está aceptado ser antisemita cuando en verdad no se conoce personalmente a ningún judío. El otro eje es el económico. Los judíos somos frecuentemente acusados de la miseria de los no judíos. Prejuicios como que «matamos a Cristo» ya no se escuchan tanto, pero prejuicios como «todos los judíos son ricos y controlan Wall Street» aún existen.

Una de los sitios donde más frecuentemente encuentro el antisemitismo es en mi blog. Hasta un comentarista de El Mundo me llamó una vez judío especulador. Basta con googlear «Varsavsky judío» para ver la cantidad de comentarios antisemitas que hay.

Mi conclusión es que se puede sí ser judío en España, pero no es fácil. Si bien soy una persona laica, no practicante, estoy orgulloso de mis orígenes. Pero me duele mucho y me entristece que exista tanto prejuicio contra una minoría como la judía, un pueblo milenario perseguido durante siglos y siglos, y que en España es prácticamente invisible. ¿Se trata de ignorancia o de una cierta judeofobia inconsciente en un país casi sin judíos?

En este video que filmé mientras estuve en el Fortune Brainstorm, reflexiono sobre las cosas que realmente me interesan y apasionan en la vida.

Luego de mi segundo día en el Fortune Brainstorm que se lleva a cabo en hotel Half Moon Bay, en San Francisco, no puedo dejar de hacer el siguiente comentario. Los grandes líderes empresariales como Michael Dell y Jeff Bezos, personas cuyas empresas llegan a cientos de millones de consumidores y tienen ingresos de miles de millones de dólares, no son necesariamente grandes comunicadores. Mientras tanto, blogueros que llegan a millones de lectores y con ingresos ínfimos comparado con los grandes, como Robert Scoble, Kara Swisher y Om Malik, son unos comunicadores fenomenales, entretenidos y que saben cómo llegar a la gente. Las sesiones de Dell y Bezos fueron difíciles de digerir, mientras que las de los blogueros fueron realmente muy divertidas.

Lo que no entiendo muy bien es cómo personas que logran tanto a nivel empresarial no tienen luego la capacidad de comunicar mucho y personas que producen tan poco en comparación a ellos, como los blogueros, pueden comunicar tanto y tan bien. ¿O es que los líderes de empresas como Michael y Jeff podrían presentar y comunicar muchas más cosas, pero no lo hacen porque son las cabezas de imperios que cotizan en bolsa y sus manos están de alguna forma atadas en este tipo de conferencias? Si bien creo que parte de esto es verdad –he tenido la oportunidad de tener conversaciones privadas y laborales con ambos–, lo que puedo asegurar es que CEO’s como Michael y Jeff obtienen grandes resultados porque están enfocados y profundamente comprometidos con sus empresas, y no porque sean grandes comunicadores.

En mis conversaciones privadas con Michael Dell vi que es una persona que conoce en gran profundidad el mundo de los ordenadores o compus (algo obvio),  a sus competidores y conoce el estado exacto en que se encuentra su empresa en todo momento, al igual que tiene bien claro los desafíos que enfrenta y las oportunidades que aparecen. Pero cuando comenzamos a hablar del mundo en general, la impresión que tengo es que Michael ya tiene las manos llenas con su imperio, que genera 61 mil millones de dólares en ingresos al año, y que la política le interesa bastante poco. Como si Michael pensara… «¿qué más me queda por conocer bien?» Y lo mismo se aplica a Jeff Bezos, quien también entiende muy bien lo que quieren sus clientes y es un genio en lo suyo pero no parece ser un interesado por temas políticos y sociales (sí por temas científicos).

Dicen que el que mucho abarca poco aprieta, y ambos, tanto Michael como Jeff, conocen muy bien su objetivo, sus clientes y es en eso en lo que están concentrados y enfocados en todo momento. Como lo dijo Michael en su exposición de ayer, «tenemos oídos muy grandes en Dell». Y, efectivamente, así es. Probablemente esta obsesión hizo a Dell una persona muy exitosa y, al mismo tiempo, no muy interesante de escuchar cuando expone en público. Lo mismo ocurre con Chad Hurley, al que fuimos a visitar ayer a Youtube con Nina y Tom. Chad es muy tímido en público, en privado tampoco es un gran comunicador, pero cuando uno está con el siente que es una gran persona, que tiene muy buenos valores, y mucho más capaz de realizar que de comunicar.

También es cierto que a veces ciertos líderes empresariales son también grandes comunicadores, como es el caso de Steve Jobs. Pero es interesante ver que a pesar de comunicar tan bien en público sea bastante rudo en el trato a nivel personal. En una situación mano a mano, diría que Jeff Bezos es gracioso, considerado y amable, al igual que Michael Dell. Steve Jobs es todo lo contrario. Quienes no lo conocen personalmente piensan que es simpatiquísimo, mientras que los que han tratado con él en persona no están de acuerdo.

Entonces, ¿cuál es la conclusión? Que todavía tengo que encontrar al líder empresarial que sea un buen comunicador, divertido de escuchar en público, buena persona en privado y que sea exitoso manejando su empresa pero supongo que eso es mucho pedir. Y tanto Jeff Bezos como Michael Dell son interesantes y divertidos, en persona.

En este video muestro la red «The Lost», que es una de las mayores redes de búsqueda de personas en los Estados Unidos.

En este video muestro brevemente algunos lugares de San Francisco. Comienzo por el museo judío, sigo con las oficinas de Francis Ford Coppola y termino con un lugar de tortas (tartas) en el que hay que sacar turno con bastante anticipación para ser atendido.

Estoy estos días en San Francisco, ya que Tom y yo vamos a participar hasta el miércoles del Fortune Brainstorm TECH.

Ya he filmado antes otros barrios chinos de USA, y en este caso comento sobre el Barrio Chino de San Francisco.