Cuando escribí Los Ricos también Roban y di a conocer el supuesto robo de mi iPhone usando la analogía de la telenovela que hizo el padre de mi amigo, Victor Pimstein (que ahora está conmigo en Menorca), llamada «Los Ricos también Lloran», no me imaginaba que la saga del iPhone sería una telenovela en si misma. O quizás la primera blogonovela. Para ver el desarrollo de esta blogonovela basta googlear «iphone varsavsky» y ver lo que se ha publicado. Además, la misma búsqueda en mi blog en castellano muestra cómo mis propias ideas sobre el iPhone fueron evolucionando.

Ahí cuento la historia desde el día que me enamoré del pequeño aparatito hasta esta semana cuando Eric Napoli, de Fon, me ofreció comprarme otro cuando volviera de USA y me di cuenta que ya no lo quería. Luego de tenerlo un mes había llegado a la conclusión de que el iPhone era más el gadget con el que chuleaba (canchereaba) pero el que menos usaba.

Al final el iPhone se había transformado en algo parecido a las copas que pido en una discoteca que mis amigos íntimos saben que no me las bebo (curiosamente no me gusta el alcohol), pero las pido «para no quedar mal». Así es como que enseñaba el iPhone y usaba el Blackberry a escondidas.

Pero bueno, justo cuando daba por cerrado el capítulo iPhone recibo un mail de un señor –cuyo nombre decidí no poner en el blog– que dice que tiene el iPhone. Cuando, muy agradecido, le digo que me de su dirección para enviarle una atención, me responde con este misterioso mail que incluyo.

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Una de las mejores teorías de Karl Marx fue la que dice que todo el valor viene del trabajo humano y que, paradójicamente, estudié en mis clases de marxismo en la Universidad de Nueva York. Sin embargo, si tuviera que reescribir esa teoría 150 años más tarde le cambiaría algunas cosas importantes, como que el valor del trabajo no solo viene de las horas que se han invertido en la producción, sino también de un factor más difícil de medir, que es la creatividad, el valor agregado, la productividad, la capacidad organizativa, y hasta el nivel moral de esta mano de obra que no está directamente relacionado con las horas empleadas, pero que mucho afecta el resultado de la misma. Si creo que en términos generales el «capital» proviene del trabajo humano, pero creo que muchas de las teorías de Marx sobre la explotación y la consecuente revolución no se cumplieron por la manera ortodoxa de Marx de medir el trabajo humano en horas trabajadas y no en el valor agregado de cada una de estas horas, algo muy complejo de hacer. Además, Marx subestimó el poder de los sindicatos y la capacidad de organización de los trabajadores para conseguir mejores condiciones para ellos creando el estado de bienestar, pero sin abandonar el capitalismo como modelo productivo. Esto lo aprendieron bien los socialistas europeos (considero socialista también al PP) que en vez de revolución llegaron a una evolución no justa porque aún queda bastante injusticia en Europa pero bastante más equitativa de lo que existía en la época de Marx.

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En este artículo propongo la creación de una regla para definir cuáles paises tienen una proporción tal entre equidad y riqueza que se puede decir que son paises de un alto bienestar para la gran mayoría de sus ciudadanos. Esta regla sirve para dotarle de más significado al tema del PIB per cápita (medidor de riqueza) y al coeficiente Gini (medidor de equidad). Primero el problema.

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Gracias a Iurgi de Fon recibí el enlace a Gizmodo en el que Jesus Diaz hace un muy buen resumen de cómo se hace para desbloquear un iPhone de AT&T y poder usarlo en España. Al terminar su artículo Jesús hace este comentario:

es el mejor teléfono que utilizado nunca, a años luz de Nokias, Sony, Samsungs y demás morralla. Porque eso es lo que parecen esos teléfonos después de probar un bicho de estos: morralla.

Te cuento Jesús, yo estaba igual de entusiasmado cuando empecé a usar el iPhone pero al mes ya había vuelto a mi combinación del Blackberry y Nokia que tengo hace un par de años. Si, se que es absurdo llevar dos teléfonos, uno trabajar y otro para divertirse pero yo me muevo con el Blackberry 8800 y el Nokia N95 y durante el mes que llevaba el iPhone hasta que me lo robaron en Mallorca nunca logré salir solo con el iPhone. Llegó el punto que usaba el iPhone para chulearme y los otros para conectarme. Es más, cuando me robaron el iPhone algunos comentaristas preguntaron por qué lo llevaba si en España no funcionaba y la verdad es que aunque si funcionaba en España las tarifas de roaming eran absurdas y lo llevaba…para enseñárselo a amigos techies. Ahora ¿por qué el iPhone nunca logró ser mi único teléfono?

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Veo que mi post sobre los españoles quejicas –que trata la tendencia bastantes españoles de ser hipercríticos con sus líderes políticos, pese a que este país ha tenido un indiscutible éxito en los últimos 30 años–, ha generado muchos comentarios negativos. La mayoría me acusa de ignorar el mileurismo, cosa que yo creo que no hago, ya que hablo del mileurismo en mi artículo, pero entiendo que quizás no le di la suficiente importancia. En el pasado ya expliqué por qué creo que en España aún hay tanto mileurismo.

Pero el problema es que este artículo también fue muy pero muy criticado por gente que en su mayoría cree que el problema de España es que sus políticos no han logrado aún solucionarle sus problemas y sus empresarios les chupan la sangre. No importa que el desempleo haya bajado de casi un 30% a menos del 10% o de que haya cada vez más capital de riesgo o nuevas oportunidades. Los comentarios siguen siendo muy negativos y critican sobre todo a la clase dirigente española a la que consideran culpable del deplorable nivel de vida del español medio.

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Soy inmigrante. Vine a España en 1995. Desde que llegué a este país no veo otra cosa que mejoras y crecimiento. En 1999 el PBI per cápita español era de 17 mil dólares por año, actualmente es 27 mil y subiendo. A veces me pregunto si los españoles se dan cuenta de lo increíblemente exitoso que es este país a nivel económico. España está llena de carreteras nuevas, edificios nuevos o restaurados, hospitales nuevos, universidades que crecen, desempleo que desciende rápidamente oportunidades por doquier. Es más España ha incorporado a 4 millones de inmigrantes en los últimos 5 años muchos de los cuales realizan tareas que el español medio no quiere hacer más y pese a esto ha logrado crear tantos empleos que mientras la inmigración crece a tasas del 25% anual el nivel de desempleo baja. Y no solo España ha logrado atraer a los inmigrantes pobres en busca de empleo que antes iban a Alemania o Francia sino que curiosamente España tiene también una enorme inmigración de paises más ricos como el Reino Unido. Calculan que España es ahora una pequeña inglaterra con más de un millón de ingleses afincados aquí, muchos gastando sus suculentas pensiones en tiendas españolas.

Así es que viendo como han progresado en mayor o menor medida las comunidades españolas (he conocido casi todas viajando en bicicleta), me resulta incoherente la fuerte crítica que impera aquí hacia la clase gobernante, tanto política como empresaria. Escuchando al español medio criticar a sus políticos, se diría que este país es un gran fracaso. Creo que algún día llegará el momento de realmente felicitar a gente como Felipe González, Aznar, Rodríguez Zapatero, Pujol, así como a todos los españoles, trabajadores de todo tipo, empresarios o políticos que hicieron posible este milagro económico. Pero este día nunca llega y yo no escucho otra cosas que quejas cuando hablo con mis amigos españoles. Muchas veces les digo, si supieran lo mal que está el resto del mundo hispano….pero poco importa.

Si, ya sé que España tiene asignaturas pendientes como el problema del mileurismo (profesionales que solo ganan 1000 euros por mes), el absurdo costo de la vivienda, el ocasional atentado terrorista pero esto no justifica la actitud hipercrítica, quejica diría yo, del español medio. Ahora lo único positivo que puedo decir sobre la actitud de incredulidad constante del pueblo español ante su indiscutible éxito es que quizás es esta actitud que hace que la clase gobernante no se duerma en los laureles. Como contraste los argentinos cantan himnos absurdos a sus gobernantes (la marcha peronista), les da niveles de aprobación insensatos (como el nivel de aprobación actual de Kirchner de más del 60%) a líderes corruptos y el resultado es que un país que tendría que ser tan exitoso como Australia tiene un PIB per cápita que es un cuarto del español. Así que al final, puede ser, que para crear circunstancias de éxito en un país mejor tener una población demandante, hipercrítica, incrédula y que nunca está satisfecha.

Los operadores móviles confunden al consumidor con el tema de que te «regalan» el móvil, pero luego estás obligado a quedarte con ellos inclusive cuando sus competidores bajan las tarifas. Este tema distorsiona el mercado y hace muy difícil entender cuándo una tarifa es una buena tarifa. Me gustó la opción de Liberalia que tenía este vistoso coche aparcado frente a las oficinas de Fon.

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En USA ocurre lo mismo. Por ejemplo, cuando compré mi iPhone, que luego me robaron en Mallorca, una de mis críticas más fuertes fue que sólo podía utilizarse con AT&T. Y es por eso que me agrada mucho que George Hotz, un jóven de 17 años de New Jersey, logró lo que muchos estaban esperando, liberar el iPhone para poder utilizarlo con otras compañías. Eso sí, para hacerlo hay que ser bastante techie porque es un proceso bastante complicado que si se hace mal puede inutilizar el iPhone.

La situación de África es crítica: la pobreza es agobiante y es la región con mayor cantidad de conflictos y persistentes violaciones de los derechos humanos. Pero también es paradójica, porque África es uno de los continentes más ricos de la tierra en recursos naturales. Lo que me llama la atención entonces es que mientras que Asia (y particularmente China) ha detectado esta riqueza y le ha dado un lugar en su agenda económica, Europa y Estados Unidos siguen sosteniendo una postura que oscila entre el trauma post colonialista y la filantropía y que a largo plazo poco hacen por el desarrollo del continente.

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La relación entre la política y lo que se considera lengua o dialecto me llama mucho la atención. Especialmente en relación a las diferencias que existen entre Italia y España. Hablo italiano bastante bien, conozco muy bien casi toda Italia y viví un año en ese país. Frecuentemente escuché a los italianos decir que casi todos los idiomas que se hablan en Italia salvo el italiano son dialectos. Y esto no es ofensivo, los calabreses por ejemplo dicen de si mismo que algo es «dialetto» o italiano. Sin embargo, cuando me mudé a España me di cuenta que para los catalanes o gallegos es ofensivo llamar a sus idiomas dialectos pese a que la distancia linguística entre los dialettos italianos y el italiano y entre el gallego y el castellano por ejemplo es la misma. Mi conclusión luego de vivir 12 años en España es que la gran diferencia entre Italia y España es que Italia fué un país unido en la época de los Romanos que luego de 1700 años de desmembramiento se quizo reunificar. En España ocurrió lo opuesto. Castilla conquistó idiomáticamente al resto de la península en la que historicamente hubo un enorme resentimiento a su ocupación lingüística. De ahí que las lenguas de la península luchen por la igualdad idiomática con el castellano y en Italia ocurra lo opuesto . Si una lengua es un idioma o un dialecto en España e Italia no tiene tanto que ver con la distancia idiomática como como el tamaño de la población que habla una u otra y con la relación política entre los pueblos que las hablan. Así es como mis amigos catalanes que reaccionan enojados cuando llega un argentino desconocedor de la situación política de España y llama al catalán un dialecto luego vienen a Menorca y llaman al menorquín dialecto del catalán. Mi opinión es que los franceses, italianos, portugueses, castellanos, catalanes, sardos, corsos, y muchos otros, son todos dialectos….del latín. Es más, una de las materias más utiles que estudié en el Colegio Nicolás Avellaneda en Buenos Aires se llamaba gramática histórica. Primero estudiábamos latín y luego estudiábamos las deformaciones del latín que terminaron construyendo cada una de las lenguas romances. Luego cuando aprendí a hablar italiano y francés y a entender catalán y portugués esto me sirvió mucho. Aprendíamos cosas como que cuando vemos una H al comenzar una palabra en castellano busquemos una F en otros idiomas latinos ya que la H es una mutación de la F. Y así me muevo entre idiomas latinos yo, recordando mis lecciones de gramática histórica y sus sencillas reglas. ¿Otra más? Los UE son O. Huevos, Ovos. Huesos, Osses.

Agregado luego de leer los comentarios:

Para mi es paradójico los comentaristas que hablando gallego o catalán me sugieren que no hable de este tema por no ser filólogo.  Este blog es el blog de un amateur, yo, que se mete en muchísimos temas sin ser un experto entre otras cosas porque aunque respeto a los expertos creo que no se puede dejar al mundo en manos de los expertos.  Sin ir más lejos pensemos que es la democracia actual.  La democracia consiste en que el mayor número de no expertos posibles, los votantes, deleguen su poder de desición a un grupo de expertos una vez cada muchos años y se retiren del proceso político.  El resultado como vemos es bastante malo.  Yo en cambio creo en la democracia de los blogs porque creo en el poder de cualquier persona para estudiar un tema y comentarlo.  Me pasé suficientes años escuchando y/o hablando castellano, francés, italiano, portugués,  catalán, menorquín, y hasta gallego para poder opinar y mi opinión aunque enriquecida al leer los comentarios no ha cambiado.  Creo que el tema de qué es considerado un dialecto y qué es un idioma en este mundo es mucho más político que filológico y que por eso en Italia lenguas más antiguas que el italiano aceptan ser llamadas dialectos del italiano (porque los que las hablan voluntariamente decidieron acoplarse al italiano) y en España los que hablan idiomas más antiguos que el castellano al haber sido obligados a adoptar el castellano rechazan al mismo.

Vi que el artículo en el que trato, con la ayuda de María, de explicar «por qué la música» fué muy criticado por aburrido. Voy a probar de nuevo.

Soy un enamorado de la música, me la paso escuchando todo tipo de música. Ahora mismo estoy escuchando Bebot (Filipino) de Black Eyed Peas, pero antes estaba escuchando a Carla Bruni, y más tarde puede ser que esté escuchando a Macy Gray o a Piazzola. Es más, ahora mismo mi hijo Leo, de 9 meses que aún no camina, cuando le pongo Black Eyed Peas y lo tengo de las manos, baila riéndose feliz. Así es, Leo no camina, apenas gatea, pero ya baila. Y mi hija mayor, Alexa, cuando baila parece que el altavoz (parlante) es ella misma. Fué por esto, para entender estos momentos de felicidad explosiva en los que todos disfrutamos la música como locos, que le pedí a María Frick, la investigadora de este blog que estudiara el tema de por que la mayoría de los seres humanos estamos tan enganchados a la música.   Quise entender por qué una buena canción nos puede hacer pedalear con más fuerza o dejar caer una lágrima (la canción de los desaparecidos de Gotan Project me produce ese efecto al punto que ya no la puedo escuchar más). Pero el problema con el que se topó María es que realmente no se sabe por qué y por eso el post quedó «aburrido». Se que es desilucionante pensar que nos pasamos tantas horas dedicadas a un tema que no entendemos. Que hay gente que acude a terapias musicales sin saber por qué estas funcionan o chicos que pasan años estudiando a tocar el piano, la guitarra, el violín, arpegio tras arpegio sin entender por qué van a clase. Aún más extraño debe ser para un músico que dedicarle su vida a colección de «ruidos con alma» cuya magia no logra entender. Nadie conoce la fórmula para hacer canciones que tengan éxito y de ahí la angustia de compositores famosos ante sus nuevas producciones que pueden triunfar o fracasar. Se sabe que hay que tener buena voz para cantar, pero muchos la tienen y muy pocos son escuchados. Lo mismo con los compositores de todo tipo de música, muchos componen, pocos logran público. Algunos conectan con millones otros con miles, otros con su profesor de música. La música pertenece a esa colección de temas claves de la vida que no entendemos: la podemos guardar en un cajón junto a tratar de entender por qué dormimos, por qué soñamos, o cómo funciona la memoria, la conciencia, o por qué nos gusta el arte, o ciertas comidas. En fin, hay tantas cosas básicas que nos causan mucho placer, miedo, odio, asco, que no entendemos. Al no ser una persona religiosa veo al conocimiento como un universo que se expande, primero lentamente entre los animales, luego entre los humanos. Veo una aceleración en el crecimiento de este universo en los últimos 300 años, pero si tuviera que decir cuanto de ese universo hemos visitado arriesgaría un 10%. Nos hacen falta muchos científicos «exploradores espaciales», para realmente llegar a entender el entorno en el que estamos. Y el astronauta que había entendido el por qué de la musica quizás era ese de David Bowie, que se perdió en el espacio…¡con la explicación! ¿Dónde estás Major Tom flotando en tu nave? Queremos saber.