Estoy en Menorca, pero de casualidad hoy escuché dos historias sobre cómo la policía de Argentina es muchas veces una banda criminal armada. La primera vino de un conocido empresario argentino con quien cenamos esta noche que me contó que a a su ex mujer le robaron el coche a mano armada en la puerta de su casa en Buenos Aires y que cuando fue a la comisaría a hacer la denuncia vió a su propio coche salir de la comisaría. La policía por supuesto negó tener algo que ver.

La segunda me la contó mi casero (guardés) de Menorca. Resulta que la semana pasada fue a la Argentina y sacó dinero de un cajero automático en Buenos Aires. La policía lo siguió y directamente lo asaltó. Le pidió sus documentos y cuando el abrió su portadocumento para enseñar su pasaporte, los policías al recibir el pasaporte y ver el dinero le dijeron que o les daba el dinero o no les devolvía el pasaporte. Entonces Paco indignado les dice, «pero uds que son policias o ladrones?» a lo que los policías le dijeron «ofendidísimos» que se lo llevaban detenido por «llamarles ladrones». A este punto Paco decidió que no valía la pena arriesgarse a luchar contra ellos desde la comisaría, que mejor era perder los 1000 pesos o 200 euros. Jura que no vuelve más a la Argentina.

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Me duele decir esto, pero cada conversación que tengo con analistas de política internacional en Europa y Estados Unidos en las múltiples cenas y conferencias a las que voy confirman la misma opinión. Lula es muy querido internacionalmente, los Kirchner son directamente despreciados. La cena de anoche en casa con unos 15 expertos de diversos países sobre América Latina no fue excepción. El tema va más allá de que Argentina haya hecho default y Brasil no. Se trata más del entendimiento que tiene Lula de la necesidad de jugar y ganar el mundial de la economía llamado globalización.

Lula compite en la globalización como Brasil juega al fútbol, ganando. Argentina, que tiene todo para ganar también, pero, lamentablemente, tiene una pareja presidencial que cree que el maltrato al extranjero los hace populares. Pero están equivocados. Argentina, gracias a su gestión, está aislada y es el hazmereir de los europeos, norteamericanos y sus propios vecinos del Mercosur.

Yo, aunque sea argentino, ya me cansé de defender a mi país. No es por falta de amor, que me sobra, sino porque sus dirigentes son tan antipáticos que no voy a tratar de hacerle los amigos que ellos no quieren tener. Fuí embajador itinerante argentino durante el gobierno de Fernando de la Rua, Duhalde y Kirchner y encontré que la tarea era una verdadera misión imposible, ya sea por la incompetencia de De la Rúa como la actitud arrogante e insensible hacia el mundo de los dos presidentes peronistas.

La reelección de los Kirchner como pareja me recuerda a la reelección de Bush por el pueblo norteamericano. Primero el inentendible entusiasmo en el momento de votar que lleva a la reelección, pero luego, rápidamente, el pueblo se da cuenta del grave error cometido y… ya es tarde.