Y otros temas de la maravillosa Menorca que tanto he llegado a querer, pero cuya administración hace que su patrimonio histórico peligre.

Escribí este artículo en inglés sobre las absurdas y tristes razones que puede llevar a la gente a morir en una guerra. Estados Unidos, y España también, han inventado un nuevo tipo de mercenario extranjero, el que pelea para otra nación por dinero y por obtener la nacionalidad. Muy triste el tema. En el caso de los musulmanes la promesa es en el más allá y más difícil de entregar, consiste en 72 vírgenes. Más tarde llegará la traducción.

Este es un artículo que escribí el 26 de octubre del 2001 en El País. Decidí volverlo a publicar hoy porque 6 años más tarde lo encuentro muy vigente y es relevante al debate que está ocurriendo en mi blog sobre el tema del terrorismo islámico.

La Guerra Laica

En estos tiempos encontrar a alguien que de verdad crea en el Diablo es una auténtica aparición. Más aún si se trata de uno de los hombres de negocios más importantes de España. Llamémosle Juan. Cuando Juan me aseguró con toda sinceridad que Osama Ben Laden es la prueba viviente de la existencia del Diablo, me preocupé. ‘Tienes que coincidir conmigo’, sostuvo, ’solamente el Diablo encarnado en seres humanos puede ser responsable de los ataques a las Torres Gemelas’. A continuación, Juan me aclaró que existen dos fuerzas contrapuestas, las del bien (nosotros, claro) y las del mal (ellos, por supuesto). ‘Aquel día’, dijo en referencia al 11 de septiembre, ‘el Diablo se salió con la suya. La batalla, sin embargo, continúa’.

Confieso que no tuve valor para explicarle a Juan, a quien respeto y quiero, que su razonamiento me parece muy poco original: sin ir más lejos, Osama Bin Laden y sus amigos talibanes piensan exactamente igual. A pesar de que simpatizo con la idea de que transformar aviones civiles en armas de destrucción masiva parece obra del demonio, Osama y sus seguidores sin duda argumentarán que dejar a miles de niños iraquíes sin medicinas, o usar Napalm contra la población vietnamita, o arrojar la bomba atómica sobre ciudadanos japoneses es y ha sido igualmente diabólico. El principal argumento de los talibanes es simétrico al de mi amigo Juan: Estados Unidos es el Gran Satanás que, aliado con líderes árabes corruptos, intenta impedir a los creyentes adoptar las leyes islámicas que actualmente gobiernan Afganistán.

RETÓRICA RELIGIOSA
Estados Unidos se había acostumbrado a utilizar la retórica religiosa en la política para describir y justificar sus muchos años de guerra contra el comunismo, una doctrina atea. Pero ahora que en ambos lados se invoca a Dios, quizá fuera mejor plantear el combate de tejas para abajo, como se dice en España. Esto no es una ordalía o un juicio de Dios, ni una yihad ni una cruzada, sino una guerra. Diferente a las que hemos padecido, pero semejante en algo fundamental: se trata de un enfrentamiento de valores e intereses económicos. Estados Unidos y Europa sostienen ciertos valores y estamos preparados para luchar por ellos. Los terroristas islámicos creen en valores fundamentalistas y también están dispuestos a luchar por ellos. Además, este conflicto ideológico se superpone al enfrentamiento de complicados intereses económicos. Ellos producen petróleo y Occidente los automóviles que lo necesitan. Estados Unidos produce armamento y los terroristas islámicos lo necesitan. Ellos producen heroína y Estados Unidos y Europa los adictos con dinero para pagarla. Y así caemos en una gran negociación de intereses económicos e ideologías donde el divorcio total es imposible. Y luchamos. Pero ésta no es la lucha entre el cielo y el infierno en la que cree mi amigo Juan. De poco nos ayudará afirmar que Dios está de nuestro lado. Con Dios sucede algo semejante a lo que Descartes afirmaba del sentido común: que debe de estar muy bien repartido, porque todo el mundo considera que tiene suficiente.

ELLOS Y NOSOTROS
La diferencia que nos importa señalar no es que Dios esté de nuestra parte y el mismísimo Diablo en el lado contrario. Paradójicamente, en eso es casi en lo único en que estaríamos de acuerdo los talibanes y nosotros: en que Dios está de nuestro lado. Hay, en cambio, muchas cosas que sí nos diferencian de verdad. Éstas no son verdades religiosas, sino diferencias de los valores más básicos sobre los cuales será construida nuestra sociedad, y en este caso son tan grandes que por sí solas creo que merecen justificar un conflicto armado. Nosotros creemos en la democracia; ellos, no. Nosotros creemos en la libertad de culto; ellos, no. Nosotros creemos que ellos tienen el derecho a vivir en paz; ellos no creen que nosotros lo tengamos. Nosotros creemos que ellos tienen derecho a hacer proselitismo en nuestros países; ellos persiguen y a veces asesinan a quienes promueven otra religión en los suyos. Nosotros creemos en el pluralismo; ellos, en la uniformidad monolítica. Nosotros creemos que las leyes son obra de los hombres y que las podemos cambiar de común acuerdo; ellos creen que las leyes nos fueron entregadas por Alá y son inalterables. Nosotros creemos en la libertad de prensa; ellos, no. Nosotros creemos que hombres y mujeres tienen los mismos derechos; ellos, no. Nosotros creemos en la libre educación para hombres y mujeres; ellos, no. Nosotros no creemos que los menores deban ser soldados; ellos, sí. Nosotros creemos en ayudar a los musulmanes cuando son víctimas de la opresión -como hicimos en Bosnia y Kosovo-; ellos no están dispuestos a ayudar a un infiel aunque esté en la miseria.

Entonces, ¿qué vamos a hacer? Probablemente lo que ya hemos hecho antes: luchar por nuestros valores e intereses económicos y ganar esta nueva guerra.

AFGANISTÁN
Es difícil afirmar sin sonrojarse que en 1992 durante la guerra del Golfo luchamos por nuestros valores. La guerra del Golfo fue principalmente una guerra por impedirle a Sadam Husein, un enemigo declarado de Occidente, hacerse con una cuota demasiado importante del mercado del petróleo. Sin embargo, ideológicamente, esta guerra es más fácil de explicar digamos a un soldado que va a pelearla. En Afganistán no hay petróleo. Esta vez no se trata de defender el bajo precio del petróleo, sino de impedir más matanzas de civiles en Estados Unidos o en Europa, se trata de la defensa de un modo de vida con el que estamos a gusto, se trata de rechazar una conversión forzada a una ideología que no nos gusta. Basta con decirlo como es. No es necesario recurrir al auxilio divino ni bendecir los misiles Tomahawk. Al final, combatiremos porque, a pesar de todos los problemas que vemos en Occidente, queremos que nuestros hijos, y principalmente nuestras hijas, sigan viviendo en un lugar más parecido a Nueva York, París, Londres, Madrid o Barcelona que al Kabul de los talibanes.

EL PROBLEMA DE INVOCAR A DIOS
Esto es lo que me gustaría explicarle a mi amigo Juan y al gran lobby religioso norteamericano: cuanto más invoquemos a Dios, más nos parecemos a ellos. El convencimiento de que Dios está de nuestro lado es lo que tenemos en común con el enemigo. Pero estamos en guerra, precisamente, a causa de todo aquello que nos diferencia. En eso es en lo que debemos insistir. Lucharemos para defender lo que tenemos aquí en la tierra, y tenemos suficientes razones para hacerlo sin necesidad de argumentar que Dios se encuentra de un lado y el Diablo del otro. No dejemos que ni Osama Bin Laden, ni los elementos más religiosos occidentales, controlen la retórica de esta guerra. Ésta no es una guerra santa, es una guerra laica. Una guerra para defender una sociedad democrática que pese a sus grandes defectos sigue siendo la que hicimos y la que queremos. Una sociedad en la que se puede ser católico, protestante, musulmán, judío o ateo. Como dijo un ministro protestante el otro día por la CNN cuando le preguntaron cómo Dios podía permitir algo como el atentado a las Torres Gemelas, él respondió con mucha sabiduría: ‘Éste no es un conflicto entre Dios y los hombres; éste es simplemente un conflicto entre hombres y hombres’.

Esta nota ha sido publicada en el periódico El País de Madrid, el 26 de octubre de 2001, a pocas semanas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Aunque estoy en Menorca, debido a la diferencia horaria me desperté a las 4 de la mañana (ya las once en Tokio). Al abrir mi Netvibes leo una rarísima noticia. Resulta que Magdi Allam, el periodista musulman más conocido de Italia se acaba de convertir al catolicismo. Esta conversión que ya de por si recibe la pena de muerte según la ley musulmana no fué hecha con mucha discresión. Magdi Allam, el editor del Corriere della Sera consiguió que el mismo Papa Benedicto XVI le bautizara personalmente y en la Vigilia Pascual. Ahora mismo no tengo tiempo de hacer una investigación sobre la vida de Magdi Allam pero parece que la evolución fué que pasó de ir a La Meca en 1991 a criticar a sus ex correligionarios musulmanes en su labor de periodista, a ser amenazado de muerte por estas críticas, a decidir hacerse católico. Los pocos artículos que leí sobre el tema haciendo una búsqueda en Technorati hacen énfasis en el tema de que Magdi Allam que ya vivía con una custodia policial constante estará aún más en peligro. Esto de por si demuestra intolerancia por parte de muchos musulmanes porque creo que cada uno hace de su Fe (o en mi caso de mi no religiosidad), lo que quiere y que es incompatible con nuestros valores que alguien reciba la pena de muerte por criticar o cambiar de religión. Pero así como me parece terrible el tema de los periodistas y los escritores musulmanes que viven amenazados de muerte por sus opiniones también me parece criticable el cometario del Papa referente a la conversión que dice según AP.

«We no longer stand alongside or in opposition to one another». No estamos más de lado o en oposición el uno del otro. Eso de decir que un musulmán es algo opuesto a un católico no me parece correcto. En general opino que las peleas entre musulmanes, cristianos y judíos poco tienen de religiosas porque estos tres hijos de Abraham tienen mucho más en común entre ellos que ellos con los laicos entre los cuales me incluyo.

Y también este es el mismo Papa que decidió adoptar esta plegaria para la celebración litúrgica del Triduo Pascual.

Recemos por los judíos. Que Dios Nuestro Señor ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres. Dios, omnipotente y eterno, tú que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, concede, propicio, que, entrando la plenitud de los pueblos en tu Iglesia, todo Israel sea salvado

Esta actitud recibió una crítica muy razonable por parte del ex Presidente uruguayo Julio Maria Sanguinetti.

Lo que yo me pregunto es si Magdi Allam piensa ir a misa todos los domingos y rezar antes de irse a dormir y ser realmente católico practicante porque sino realmente no entiendo su desición. Yo hubiera preferido recibir a Magdi Allam en la comunidad de los laicos, que es la mía. A ver si ahora tendré a Magdi Allam también rezando porque yo «llegue al conocimiento de la verdad».

Prometí volver de Japón con una respuesta al misterio de por qué tantos japoneses donan wifi y tan pocos usan wifi. Estuve estudiando el tema en detalle y creo que la respuesta es la hipótesis original, la de que los japoneses prefieren dar que recibir o más dar que recibir en proporción a los europeos o norteamericanos. Estuve en la fiesta fonera con unos 300 foneros y gracias a Nina Nikkhou que me traducía hice muchas entrevistas a foneros. Durante estas charlas les preguntaba cuál era según ellos el mejor atributo de Fon y la respuesta en general era algo como que Fon era algo bueno para hacer por su calle, su barrio, casi ninguno dijo «porque si doy un poco gano mucho». En Francia por ejemplo el lema de Fon es comparte un poco y recibe mucho, este lema no funcionaría bien en Japón porque haría sentir incómodo al fonero japonés. La conclusión es que los foneros japoneses son gente muy generaosa que quiere que otros usen su wifi más que gente que está buscando usar wifi de los demás. Porque aclaro que no es que los japoneses nunca se conectan sino que la proporción entre donaciones y conexiones es diferente. En España tenemos unas 10 conexiones por mes por cada punto fonero y en Japón 2.

Otro tema interesante es el del humor. En la fiesta de Fon tuvimos una representación del campeón del mundo de Air Guitar que es también un comediante y hace un show entre el y su amigo. Durante el show los foneros se reían muchísimo pero yo no entendía de qué. Mi idea era que los cómicos les tomaban el pelo porque como sabemos en occidente es muy común que los cómicos le tomen el pelo al público. Pero cuando pregunté me dijeron que no, que el estilo japonés de dos cómicos es uno que hace de tonto y otro que confirma lo tonto que es pero que nunca se meten con el público porque quieren hacer reir a la gente y no ofender a nadie. En Suecia en cambio en una fiesta fonera los cómicos no hacían otra cosa que tomarme el pelo a mi y en occidente eso es normal y hay que «tomárselo con humor». Pero de vuelta en Japón el humor es a expensa de uno mismo, no de los demás.

Como dije abrí El País cambiando de avión viniendo de Tokio cambiando de avión en Paris y al encontrarme con la ilustración de los campos de concentración pero aplicada de los judíos a los palestinos escribí el artículo que escribí sin saber que el funcionario del ministerio de defensa israelí dos semanas antes había efectivamente usado un lenguaje amenazante que contenía la palabra destrucción que puede ser interpretada como Holocausto para los Palestinos.

Habiendo dicho esto creo que más allá que el funcionario haya cometido un enorme error al usar la palabra en hebreo que se usa para referirse a la destrucción pero para el holocausto también sigo pensando que El País tiene una postura demasiado anti israelí en su cobertura del conflicto del Medio Oriente. Yo me encuentro frecuentemente enfrentado a las políticas del gobierno de Israel pero tengo claro que lo que yo estoy a favor es la solución de Oslo, un país Palestino y otro país, Israel, según las fronteras de Oslo.

Por otro lado en los últimos años mi postura se ha acercado y no alejado a la del gobierno israelí especialmente por lo que ocurrió en Gaza. Yo estaba a favor de la retirada de Israel de Gaza. A mi me sorprendió muchísimo que Israel llegara a tener casi una guerra civil por sacar a los colonos de Gaza y crear un estado puramente palestino en Gaza. Y realmente pensé que Gaza iba a funcionar muchísimo mejor. Pero al ver que Gaza elige a Hamás un partido que en vez de ocuparse de construir una Palestina desarrollada y democrática se dedica a buscar conflicto con Israel y tirar cohetes creo que me equivoqué. Hay que entender a Israel ahora. Israel tiene a Cisjordania ocupada y desde ahí no le llegan misiles sobre sus poblaciones civiles y tiene a Gaza sin ocupación y le llegan misiles muy frecuentemente. Con una comparación así es entendible que los israelíes ahora duden de sacar a sus colonos de Cisjordania como lo hicieron de Gaza.

Hoy venía en el avión mirando las fotos que tenía de Japón y se me ocurrió una idea que llamo el Fotocuento. Es parecida a Twitxr que me tiene muy enganchado pero no es igual. Se trata de lo siguiente. Hoy en día, las cámaras digitales te permiten filmar y te permiten hacer (sacar) fotos. Pero lo que no te dejan hacer es un híbrido y esta es mi idea. Lo que a mi me gustaría es ir caminando por Tokio grabando un comentario al estilo podcast pero a medida que lo hago voy sacando fotos. ¿Por qué hacer un fotocuento y no un video? Porque la fotografía es parecida pero no igual al video. Primero hay un tema de ancho de banda, si hago un fotocuento puedo poner fotos de muy buena calidad y aprovechar el cuento para ir cargando las nuevas fotos. Pero segundo porque no es lo mismo ver fotografías que ver videos. Para mi los que tendrían que hacer esto son los fabricantes de cámaras digitales y teléfonos móviles. Tendrían que poner un setting más entre filmar y fotografiar, el setting del fotocuento que te permite hablar e ir sacando fotos. Termino comentando que una de las ventajas de Sevenload (soy inversor) es que es el único sitio que combina la funcionalidad de un flickr con la de youtube y te deja subir todo tu SD Card junto y el sitio solo se da cuenta cuando está recibiendo fotos o videos. Pero claro, aún no recibe fotocuentos.

Acabo de leer un artículo de José María Ridao en El País, cambiando de avión entre Tokio y Madrid, que me dejó horrorizado. Me explico. ¿Te pasó alguna vez que lees algo en un medio y simplemente no te lo puedes creer? Bueno, sin poder estar seguro de que José María Ridao miente, porque no tengo tiempo de hacer un estudio ahora, creo que simplemente todo el artículo está basado en una mentira.

Empiezo por la ilustración que es muy grande en el medio del artículo y que tiene la frase Arbeit Macht Frei, extraida de los campos de concentración donde murieron más judíos (6 millones, mientras que actualmente somos 13 millones en todo el mundo) de los que hoy viven en Israel. Pero aclaro que la ilustración no está ahí para recordarnos la terrible tragedia del exterminio de judíos, gitanos y otros inocentes en el holocausto, sino para decir que el gobierno israelí «anunció un holocausto entre los habitantes de Gaza en respuesta a los misiles lanzados por Hamás». Así mismo como lo cuento. La noticia dice que el gobierno israelí anuncia un holocausto y la ilustración que no viene en internet pero sugiero al que pueda que la vea por lo absurda tiene las puertas de un campo de concentración con la terrible frase en alemán, Arbeit Macht Frei.

Lo que yo no entiendo es por qué El País publica algo que simplemente no puede ser verdad. No tengo todos los datos pero estoy seguro que el gobierno israelí jamás dijo que van a empezar el holocausto del pueblo palestino. Esta información tiene que ser falsa (quizás algún político loco dijo algo así pero hasta eso me cuesta creerlo porque no puedo creer que un judío diga que va a empezar un holocausto). Si lo que quiere decir el equipo editorial de El País es que la respuesta israelí al bombardeo de civiles desde el aire en forma de cohetes por parte del gobierno de Hamás es desproporcionada eso me parecería entendible. Todos tenemos derecho a nuestra opinión y yo puedo leer perfectamente una opinión que diga que la respuesta fué desproporcionada, que murieron muchas más víctimas civiles del lado palestino que del israelí, que tanto el gobierno de Hamás como el de Israel tienen que parar de atacar a los civiles del otro bando. En fin, se pueden argumentar muchas cosas y que yo sea judío no quita que yo mismo no piense (y si pienso) que la respuesta del gobierno israelí fué desmedida. Es más lo mismo pensé cuando el gobierno israelí respondió al ataque de Hizbollá invadiendo Libano y yo mismo doné dinero a las víctimas del Líbano y creé «Jews for Lebanon» para que otros judíos donaran fondos a las víctimas del Libano y expresaran su desacuerdo con la respuesta israelí. Pero a José María Ridao y a todos los que tratan de llamar a los judíos nazis porque respondan duramente a las agresiones de grupos terroristas mi comentario es que no hace falta llegar a la mentira o al ridículo para expresar una opinión. Que el resultado es el opuesto que el que se trata de conseguir. Pero esto en España no solo pasa con Israel, pasa con muchísimos temas. La prensa en España no parece creer que su objetivo es contar lo que ocurre cotidianamente sino lo que los editores quieren que ocurra. Mi consejo a mis lectores es que es mejor leer la sección internacional de los periódicos argentinos como La Nación y Clarín que leer El País o El Mundo. Quizás la prensa argentina en general es mejor en temas internacionales porque los medios argentinos no tienen una agenda propia en temas de política internacional.

Yo no soy bueno en idiomas extranjeros para la traduccion de la maquinaria.
Yo escribi el texto adecuado para la traduccion automatica.
Por favor, sea paciente.

Me Mishima Takayuki. Japoneses que viven en Urayasu, Chiba usuarios de FON.
FON yo simpatizo con los ideales celebrado.
Fui corriendo sitio de la comunidad de usuarios fon.
Http://fon.nezumicky.com/

Foto adjunta.
Simplemente, disparar FON Noche.
Martin y Fujimoto y cinco fon usuario imagen.
Camaras de telefono movil, foto bruto, pero me ha aumentado tesoro.

Tambien, por favor, venir a Japon.
Y el Japon goza de la belleza, yo soy feliz.

A continuación comparto con vosotros algunas fotos y un video de la fiesta que organizamos en Japón. El video muestra al campeón del mundo de Air Guitar, Ochi «Dainoji» Yosuke, que es una especialidad en la que se imita a una guitarra sin tocarla.

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En Japón la gente trabaja tanto que están siempre cansados. Muchos viven en un cansancio crónico. Especialmente los ejecutivos de las grandes empresas. Ahora mismo estoy en una reunión en una de las empresas más grandes de Japón y aprovecho para bloguear porque en esta parte de la reunión hablan todos en japonés. Al escucharles hablar japonés y no entender miro más sus caras y me doy cuenta de las ojeras que tienen, de que algunos están luchando contra una fatiga crónica. Es más antes de entrar a la reunión en la sala de espera había un ejecutivo durmiendo, lo mismo nos pasó ayer en un Excelsior que son como los Starbucks en Japón, un tipo se quedó dormido mientras tomaba café. Esta es una de las partes más negativas que le veo a la sociedad japonesa, que la gente trabaja demasiado y no duerme. En España a veces pasa lo mismo pero porque nos vamos mucho de marcha (de joda). Un tema que empeora la falta de reposo es la increible cantidad de horas por mes que los japoneses pierden yendo de casa al trabajo porque trabajan en Tokio u otras grandes ciudades pero viven afuera de la ciudad. 90 minutos de viaje mucho sin poder sentarse es común. Claro, yo mismo también estoy muy cansado trabajando tanto estos días pero me cuido, me escapo cada tanto a dormirme una siesta, o darme un paseo, pido que no me pongan reuniones temprano. Trato de sobrevivir a este ritmo infernal. Los empleados de Fon Japón son los que más trabajan en todo Fon de lejos. Viven en la oficina y responden correos a cualquier hora. Aclaro que aunque en Fon todos estemos muy agradecidos con el ritmo que llevan no es que Fon exige que trabajen así. Pero es la norma en este país en el que el sacrificio es lo habitual.