Estoy en el hotel Clift de San Francisco. Es uno de los mejores hoteles de esta ciudad, muy a la moda y se que soy un afortunado por poder quedarme en un hotel así. Pero una de las cosas que me hace sentir incómodo es que al salir de este hotel encuentro más mendigos que cuando salía del Hyatt en la India. El tema de los vagabundos en las grandes ciudades de Estados Unidos es difícil de entender porque este es un país tan pero tan rico y con poca inversión se podría dar vivienda y comida a esta gente que podría dejar de mendigar. Se calcula que Estados Unidos se gastó medio trillón de dólares en la guerra de Irak (medio trillón en Estados Unidos quiere decir medio billón en España, igual mucha pasta). Si en Estados Unidos hay medio millón de vagabundos lo que este país se gastó en Irak es igual a un millón de dólares por vagabundo. No digo que la solución de este problema sería regalarle un millón de dólares a cada mendigo ya que con ese sistema directamente se penalizaría el trabajo. Tampoco digo que el tema de los mendigos sea puramente un problema económico ya que en este país de pleno empleo hay trabajo para todos. Pero me parece increible que no se haga un esfuerzo mayor para proveer de vivienda y comida a este ejército de mendigos que circula por la ciudad.

Últimamente en las conferencias a las que asisto en USA todo el mundo está conectado a internet  con Wifi y cuando uno habla lo que ve es una gran cantidad de ordenadores, la mayoría Macs, pero no la cara de la gente. En Supernova, donde estoy ahora, casi todos los miembros del público tienen una mesa con su ordenador y está trabajando mientras «escucha».

A mi francamente no me entusiasma hablar a una audiencia que quizás me está escuchando, quizás no, pero así son las cosas en las conferencias de Internet en USA. Pero hoy me contaron que en algunas conferencias están tratando de crear zonas WiFi afuera de la sala, pero no dar WiFi en la sala, porque los oradores se sienten incómodos compitiendo con el WiFi que permite al público dedicarse a todo menos a escucharles. Por ejemplo en la D Conference no había WiFi en la sala de conferencias, sólo afuera. Ahora lo que debo confesar es que estoy escribiendo este post mientras está presentando Reid de LinkedIn.

Tengo finalmente el Sansa Connect. La verdad es que estoy alucinado con este competidor del iPod porque es económico (unos 150 euros) y porque si me apunto a un servicio de Yahoo Music puedo tener acceso a toda la música del mundo.

Mi crítica, que se la dije a la gente de Zing, que lo diseñaron, y de SanDisk, que lo fabrican, es que el Sansa Connect tiene que dar muchas más opciones que Yahoo. Yahoo Music está muy bien, pero yo personalmente prefiero LastFM. Pero ellos me confirmaron que en poco tiempo lo harán mucho más Open Source y se podrá conectar con muchos servicios.

Disclosure: Fon y Sansa tienen un acuerdo por el cual si te compras un Sansa tienes un descuento en la fonera y los Sansas se conectan muy fácilmente a las redes Fon.

Estoy en Supernova y, curiosamente, me pusieron en un panel con Yahoo y AOL. Yahoo tiene mas de 400 millones de visitantes únicos, AOL tiene más de 100 millones de visitantes únicos. Fon tiene alrededor de un millón de visitantes únicos. Digamos que somos enanos con respecto a ellos. Pero no solo somos enanos nosotros, sino que las empresas en las que invierto, inclusive las bastante exitosas como Netvibes, sólo tienen 10 millones de visitantes únicos.

Pero la paradoja aquí es que, salvo Flickr, muy poca gente que conozco en USA, no hablemos de Europa, usa frecuentemente Yahoo, y AOL directamente no lo usa nadie que conozco. En Fon la ventaja que tenemos es que aunque solo el 1% de los que tienen banda ancha en el mundo se hagan foneros, tendremos muy buena cobertura.

Pero en otras empresas, como Joost, e inclusive Skype, que es tan exitosa, pero AOL messenger es 10 veces más grande en USA que Skype, lo que me pregunto es si yo no viviré rodeado de gente que hace productos en internet que son demasiado elitistas. Cuando miro la página de AOL me resulta incomprensible entender como tiene tanto éxito. Las categorías de la izquierda abajo con el AOL para negros, para chinos, para latinos me parecieron especialmente insólitas. Y, sin embargo, cuando escuchaba a los jefes de estas empresas al lado mio en el panel me repetía incesantemente «Martín, esta gente sabe algo que tú no sabes».

En Marzo de este año estuve en Japón y una de las cosas que más me llamó la atención fue su política migratoria. Me resultó interesante notar como frente a un fenómeno de creciente importancia (entre 1960 y 2005, el número emigrantes internacionales en el mundo pasó de 75 millones a 191 millones), los países tienen distintas actitudes e implementan políticas completamente diferentes. Eso es al menos lo que uno puede observar al comparar los casos de Japón, España y USA.

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Fue todo muy raro, pero al final salió muy bien. Cuando llegué a la conferencia me llevaron a un comedor donde habría unas 200 personas y me pusieron a comer con los agentes de seguridad. Cuando la cosa estaba ya rara, gris, confusa, decidí salir yo del follón y me fui a la mesa central y pregunté quien organizaba la conferencia. Ahí salió Jerome Bindé a decir que que suerte que había llegado, que estaban muy preocupados, etc, etc. Luego me llevaron al panel con Montaigner y Heckman que era a las 230 y resultó increíble.



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Hay momentos en mi vida que son realmente absurdos. Este es uno de ellos. Estoy en Montreal porque me invitaron a hablar a una conferencia que se llama The International Economic Forum of the Americas. Recibo aproximadamente una invitación por día para hablar en una conferencia o dar una charla en algún sitio y doy unas 50 por año. Pero acepté venir a esta conferencia, francamente, porque me ponían en un panel con dos personas admirables. Una es el premio Nobel James J. Heckman y la otra es el científico que co descubrió el virus del SIDA, Luc Montagnier. Dos personas que han ido sin duda mucho más lejos que yo en la vida.

Pero mi vida en si es una locura y en general viajo con mi ayudante, Nina Wiegand, u otra gente de Fon, pero esta vez vine solo pensando que me las podía arreglar y estoy por hablar y no tengo ni idea de lo que voy a decir ni conozco en persona a nadie del panel. Además, llegué, me apunté, pero nadie me dijo donde tengo que estar a las 14:30 cuando hablo. Estoy medio perdido.

El programa de la conferencia es este. El tema del que vamos a hablar los panelistas es, básicamente, sobre cómo pueden todos los países del planeta evolucionar a una economía basada principalmente en el conocimiento. Por suerte este tema fue muy tratado toda mi vida por mi padre Carlos Manuel Varsavsky, mi tio Oscar Varsavsky y de chico recuerdo las interminables charlas sobre si un científico del mundo en desarrollo tenía que ocuparse de los mismos temas que un científico del primer mundo. Así que bueno, ya veremos que tal sale todo.

Seguramente pronto encontraré al resto de las personas, pero decidí bloguear este momento caótico porque a veces siento que no doy una imagen real en mi blog de las situaciones absurdas en las que me meto.

Increible, la odisea que comenzó el 4 de noviembre del 2004 terminó hoy. Dos padres españoles que quisimos hacer que nuestros hijos sean españoles (nacieron en Estados Unidos) tardamos del 4 de noviembre del 2004 hasta hoy para que les dieran sus documentos españoles. Sigo sin entender como el español medio tolera que el gobierno español que vive de sus impuestos le de tan mal servicio. Con la notable excepción de la medicina estatal, el resto del funcionamiento español me ha parecido patético. Muchísimo peor que el norteamericano y en temas de documentos hasta peor que el argentino. No entiendo como los políticos no hacen parte de sus campañas políticas que van a hacer que la justicia se mueva más rápido, que el gobierno en si funcion mejor. No hace falta que los políticos mejoren a España, hace falta que mejoren lo que ellos mismos tan mal gestionan: el gobierno, el funcionamiento del estado.

Estoy en Estados Unidos. Como siempre, buscando WiFi. Abro mi correo y veo este video. Al final es una sorpresa del equipo de FON US y me pareció muy gracioso.

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La expansión de las nuevas tecnologías, la educación y la difusión de la banda ancha han dado lugar a una nueva generación de expertos que disfrutan usando su ingenio para descubrir cómo hacer cosas que nadie ha podido hacer (hackers) o cómo robar información y romper sistemas de seguridad (crackers). Mi argumento es que, así como existirían menos descargas ilegales de música si las discográficas cobraran un euro y no 18 euros por CD en el caso del vandalismo en red pasa algo parecido. El mundo de la informática está tan mal distribuido que una empresa, Microsoft que emplea a una ínfima proporción de todos los programadores del mundo controla más del 90% de los PCs y el resultado es que quedan muchísimos excluidos. Pero además de esto en este largo y detallado post en el que me ayudó mi colaboradora María Frick describo la situación del vandalismo en internet.

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