Ahora mismo estoy viendo TV3 en Menorca y entiendo casi todo.  Estoy viendo las noticias.  Digamos entiendo como para verlo y enterarme de lo que pasa y no querer cambiar el canal.   Y nunca estudié catalán.

Una de las cosas que sorprende a los argentinos cuando venimos a vivir a España es la hostilidad idiomática.  Porque entre brasileros y argentinos por ejemplo, hay un interés fuerte entre los mutuos idiomas.  Todos hacemos un esfuerzo y nos encontramos a mitad de camino en algo que llamamos «portuñol».  Nos divertimos y nos entendemos.  En mi caso y el de mis amigos del colegio el objetivo para aprender portugués de adolescente era ir a Brasil a ligar. Terminabamos el colegio y si uno quería tener su primera experiencia sexual era mejor aprender portuñol e irse de vacaciones a Florianópolis. Como te imaginarás eso era ya de por si un gran incentivo para adquirir un idioma que por cierto en una semana se entendía sin problema, especialmente enseñado por una garota.  Y las chicas argentinas también soñaban con su garoto 🙂 La atracción sexual ayudaba a los idiomas.

Pero cuando vine de grande a España me encontré con una situación totalmente diferente.  Digamos que no había ningún apetito «sexual» o cultural entre catalanes, castellanos, gallegos, y otros de aprender sus idiomas, más bien todo lo contrario.  Aquí existe una agresividad latente entre idiomas.  Es como si el español cree que en el cerebro solo entra un idioma, con suerte dos.  Y esto no es así.  En mi caso además del inglés y castellano que son dos idiomas nativos para mi, hablo francés e italiano, entiendo portugues, gallego y catalán y estoy aprendiendo alemán.  Mi interés ha sido siempre el mismo, entender, comunicarme y si, también enamorarme porque es solo el amor a mi querida esposa que me hace embarcarme en algo tan difícil como aprender alemán.  Pero nuestra hija está por nacer y no me quiero perder nada de lo que ella le diga.

Pero lo ocurre aquí es que como todos los que hablan gallego o catalán también hablan castellano, solo ellos saben lo que el resto de los españoles no saben, y es que la distancia linguística entre todos los idiomas españoles y peninsulares (excepto el euskera) es mínima.  No hay comparación entre lo que puede ser aprender alemán y catalán.  En un mes, se pueden aprender 1000 palabras claves y entender algo como las noticias en catalán.  Lo que se aprende en un mes aquí llevaría un año entre digamos el castellano y el inglés.  Voy a dar ejemplos de lo que estoy viendo.

Dol per les victimes, dolor o duelo por las víctimas (no se cual pero viene del latin porque en italiano, portugués también hay palabras similares)

Marxa indignada a Madrid, marcha indignada en Madrid. En catalán la x es como la ch

L Uruguai regna a sudamerica, Uruguay reina en sudamerica. lo de la gn como ñ es igual en italiano

¿Fácil no?

Ahora, llegar a hablar bien catalán, o bien portugués, o bien gallego es otra cosa y salvo mucho interés no lo recomiendo.  Pero entre argentinos y brasileros no se trata de hablar bien, se trata de entendernos y lo mismo debería ocurrir entre españoles. Y si en muchas partes de España se hablan otros idiomas (de vuelta euskera excluido) que son tan parecidos al castellano, por qué no hacer un pequeño esfuerzo para entenderlo? Un mes? Quizás hasta se liga más 🙂 Es hora de dejar el idioma como división y de empezar a usarlo como acercamiento.

Por eso creo  a los 14 años todos los españoles tendrían que estudiar un año de idiomas peninsulares (los que no saben) habría más entendimiento y menos disputas, especialmente si es algo casual, a tiempo parcial y acompañado de un buen viaje a las ciudades más bonitas de Galicia, y Cataluña.  Aquí se puede ver lo que estudian los españoles en el secundario.

Por supuesto también todos tendrían que estudiar muchísimo más inglés que ahora. Pero el problema es que en este país es que muchos profesores de inglés no saben inglés.  No entiendo como no toman extranjeros para enseñar inglés.  Cuando me hice piloto en España vi la vergüenza que era el examen de inglés para pilotos.  Ni el examinador ni el examinado sabía inglés. En los cielos alemanes se habla inglés, por encima nuestro se habla en castellano por la radio lo que hace la aviación aquí mucho más peligrosa.  Y ni hablar de los presidentes de gobiernos angloanalfabetos que tenemos o de la clase empresarial muchos que hablan como Emilio Botín (que habla así).  Pero a diferencia de los que dicen que para que perder el tiempo con el catalán, creo que justamente los chicos españoles, al encontrar fácil aprender un idioma peninsular, podrían entusiasmarse y aprender mejor inglés que es sin duda indispensable hoy en día para ser una persona educada.  Y si por mi fuera terminaría con los doblajes ya.

Conclusión, seamos todos más cultos, hagamos un esfuerzo, aprendamos el idioma de nuestros compatriotas.  Por lo menos para entendernos.

Hablo castellano, inglés, francés e italiano…pero no alemán. Me gustaría aprender alemán, pero por lo que he podido ver, hablarlo bien debe ser bastante difícil. Pensando en este desafío y poniéndome objetivos más modestos, como el de poder descifrar de qué trata un artículo en un periódico o una conversación entre amigos, se me ocurrió un método. Ahora que tenemos tanto poder de computación, debe ser fácil saber cuales son las 1000 palabras más frecuentemente utilizadas en un idioma. Inclusive, se debe poder saber qué porcentaje de todas las palabras que aparecen en un periódico representan esas palabras. Si estas son, por ejemplo, un 20% de todas las palabras escritas en un cotidiano, quizás sí vale la pena hacer el esfuerzo. Si no, nos queda la posibilidad de usar traductores.

Me contaron que Google está trabajando en el primer traductor por computadora que realmente puede llegar a funcionar. ¿El Método? Tener una enorme base de datos indexada de traducciones hechas por humanos y contrastar las oraciones con otras equivalentes ya traducidas. ¡A ver si los de Google me ahorran finalmente tener que aprender alemán!

En Argentina Microsoft se pronuncia Maicrosoft. En España Microsoft. En España se lucha contra las palabras extranjeras como si estas fueran caballos de Troya que esconden a los enemigos del español. En Latinoamérica, y en casi todos los otros países, la situación es muy diferente. Se aceptan las palabras extranjeras con más facilidad y se las trata de pronunciar correctamente.

Aquí en España, si uno hace esto, directamente le miran mal. El orgullo parece consistir en pronunciarlas mal, a posta. Pero, dado que, por suerte, el resto del mundo es más abierto a las palabras extranjeras, nosotros decidimos que todos los que tengan FON serán foneros, donde sea que estén y hablen el idioma que hablen. Y está funcionando. El español tiene algo romántico para los extranjeros. «I want to be a fonero», venían los suecos y las suecas a decirme anoche en la gran fiesta de SIME. Yo, feliz.

Luego de escribir mi artículo sobre el Presidente Zapatero y la importancia de hablar inglés, me sorprendió recibir muchos comentarios extremadamente agresivos hacia el Presidente de Gobierno. Publiqué algunos, pero muchos otros no. Los que no publiqué eran simplemente insultantes a la figura del presidente y no me pareció correcto que aparecieran en mi blog. Además, abriendo mi blog a los críticos de Zapatero, me vi en un problema aún mayor, porque ideológicamente me encuentro mucho más cerca de Zapatero que de su predecesor.

Aunque me parece bien que cualquiera publique su opinión en mi blog -siempre que no sea grosero-, no era mi intención que este blog se transforme en una plataforma de ataque a un presidente cuyas ideas muchas veces comparto.

De todas formas, sigo pensando que Zapatero y sus sucesores, así como el público español en general, tendrían que estudiar idiomas. No creo que el hecho de que Zapatero no hable inglés lo imposibilite para realizar una buena gestión como algunos dijeron. Para mi, Zapatero es a su manera un buen representante de la generación post franquista. La gran novedad de la gestión de Zapatero es la promoción de una agenda humanista e incluyente. Si alguien me hubiera dicho hace dos años que España hubiera sido el país más tolerante y progresista de Europa, pasando por ejemplo la ley a favor del matrimonio de personas del mismo sexo, jamás me lo hubiera creído. España fue durante décadas, casi diría durante siglos, símbolo de la intolerancia.

Hoy en día España ha pasado de representar la inflexibilidad a representar la tolerancia, una gran virtud en un mundo donde mucha gente piensa que bombardear (USA) o poner bombas (Al Qaeda) es la manera de tratar con los que piensan de manera diferente.

Apoyé la retirada de este gobierno de Irak y requirió mucho valor enfrentarse a Estados Unidos para lograrla. La propuesta de este gobierno de promover una alianza de civilizaciones en un mundo dominado por gente que piensa en el choque de civilizaciones, me parece especialmente razonable. La inclusión de tantas mujeres en el gobierno es una novedad a nivel global y especialmente en una de las cunas del machismo.

Conclusión: Zapatero se ha transformado en el presidente razonable y tolerante de Europa y, quien sabe, siendo tan joven… Quizás aún puede estudiar inglés.

El presidente Zapatero estaba presente sentado en primera fila durante la sesión de apertura de la Clinton Global Initiative. En el podio estaba Tony Blair, el líder europeo con quien Zapatero tendría que tener muy buena relación… pero no la tiene. Sorprendentemente, Zapatero, se fue en medio de la sesión inaugural de la conferencia.

Su comportamiento me extrañó. Quizás se retiró porque tenía otro compromiso en Naciones Unidas, pero su partida puede haberse debido a otra razón. La Clinton Global Initiative, probablemente por ser tan global y tener gente cuyas lenguas maternas deberían ser por lo menos de 50 paises diferentes, no ofrecía traducción simultanea. En este caso la retirada del presidente podría deberse simplemente a que no entendía lo que Condolezza Rice, Bill Clinton y Tony Blair decían. Todo esto me hizo pensar sobre si era o no era necesario que un presidente español hablara inglés.
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