Simón Peres comenzó la sesión diciendo que a pesar de que el presidente Clinton trabajó muy duro para solucionar el conflicto en Medio Oriente, “hemos sido más exitosos en crear nuevos problemas”. También aseguró, citando a Ghandi, que “cuando un gato está persiguiendo al ratón, no importa si el ratón pide un cese de las hostilidades”. Esta última frase fue dirigida a Nasser, ministro de Relaciones Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina y representante de Abbas en la conferencia,  con el objetivo de que éste le solicite a sus pares palestinos contener al grupo Hamas, que representaría al gato en esta historia. “El tiempo de privatizar la paz ha llegado”, concluyó Peres luego de afirmar que la sociedad civil debe jugar un papel más preponderante a la hora de demandar paz en la región.

Por su parte, Nasser dijo que la solución al conflicto no pasa sólo por la creación de dos estados independientes, sino también por hacerlo volviendo a las fronteras de 1967, año en que se libró la Guerra de los Seis Días. A pesar de ello, afirmó que la retirada israelí de Gaza ha sido algo positivo, pero que el territorio por si mismo no es sostenible política ni económicamente. En general, Nasser pareció en su discurso mucho más conciliador que Arafat y sus representantes en el pasado. Actualmente, dijo que la Autoridad Palestina necesita resolver tres temas urgentes: 1) recolectar la cantidad de basura acumulada en las calles que hoy por hoy no reciben ningún tipo de tratamiento; 2) lograr el control de áreas en Cisjordania; y 3) enviar un mensaje claro al mundo afirmando que “ambas partes están comprometidas en la implementación de la Hoja de Ruta”. Para lograr este último punto, concluyó que se debe terminar con los asentamientos, ya que los mismos hacen que el objetivo de crear dos estados en la región sea difícil de alcanzar.

Finalmente, Jim Wolfensohn, quien fuera presidente del Banco Mundial hasta hace unos pocos años, comenzó su disertación diciendo que su trabajo en el Medio Oriente se inició bajo un clima de total desconfianza entre israelíes y palestinos y que, a pesar de que existen cuestiones mucho más importantes para lograr la paz, hay otras concretas que se deben resolver en Gaza. En particular, Wolfensohn se refirió a la construcción de viviendas y también, al igual que Nasser, a la recolección de la basura.

Según Wolfenshon, por más que los estados quieran limitar su relación lo máximo posible, la interdependencia entre ellos será esencial. Para ello, habrá que encontrar un balance entre seguridad y crecimiento económico, lo que permitirá generar empleos. Su argumento principal es, entonces, que palestinos e israelíes necesitan que tanto unos como otros prosperen económicamente.

Simón Peres, quien siempre brinda una cuota de humor para ilustrar su puntos de vista, intervino nuevamente para contar que unos pocos días antes de la conferencia, mientras Abbas mencionaba en las Naciones Unidas que estaba teniendo problemas en controlar a sus fuerzas de seguridad, Sharon afirmaba que probablemente en poco tiempo dejaría su puesto de Primer Ministro, con lo cual estaría encantado de asumir el trabajo de controlar a las fuerzas de seguridad palestinas si fuera necesario. Luego de contar este chiste, Peres sugirió que lo que se necesita es un poco de ingenuidad y un gran esfuerzo común.

También Nasser volvió a intervenir al decir que los atentados contra civiles israelíes es algo que nunca debería haber ocurrido y que no debería volver a ocurrir. Su afirmación despegó a la actual conducción palestina de la de su predecesor, Yasser Arafat. Nasser terminó su presentación con una autocrítica, ya que también reconoció que alcanzar buenas prácticas de gobierno es todavía un desafío pendiente para la Autoridad Nacional Palestina.

Jim Wolfensohn fue alabado tanto por Peres como por Nasser. Este es un buen síntoma, ya que luego de haber escuchado a israelíes y palestinos discutir en distintos foros, finalmente soy optimista. A pesar de que Sharon me disgusta mucho –y que solía referirme a él como SHARAFAT cuando escribía sobre la necesidad de reemplazarlo junto a ARAFAT para llegar a un acuerdo de paz-, ahora tiendo a pensar que la paz es posible de alcanzar con Abbas y Sharon. Ha ocurrido muchas veces en la historia que estados que estuvieron fuertemente enfrentados en el pasado sean hoy aliados en la paz; Gran Bretaña y Alemania son un buen ejemplo de ello.

Bill Clinton cerró la sesión solicitando a todos los presentes en la sala, unas 600 personas, que se comprometan personalmente a apoyar tanto a los palestinos como a los israelíes en el camino para lograr la paz. Su última frase “dios los bendiga a todos”, sonó como el cierre apropiado para la sesión.

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