El tema de los despidos y lo que cuestan en España me sorprendió mucho cuando vine de ser emprendedor en USA a España. Me sorprendió porque en USA es vox populi que el 90% de los emprendimientos fracasen pero los que triunfan terminan siendo los Google, Apple, Yahoo, Microsoft y muchos otros que dan trabajo a cientos de miles y aseguran el futuro económico de Estados Unidos. Se sabe que el mundo de los start ups se parece al de los espermatozoides, muchos fracasan pero el que llega produce un niño y la sociedad y su futuro, depende de esos niños. Pero en España no se hace ninguna distinción entre el fracaso de una start up en el momento que cierra y tiene que despedir a todo el personal, con por ejemplo, cuando Santander o Telefonica despiden. El despido cuesta exactamente lo mismo. Para mí esto no tiene sentido. Lo que tendría que ocurrir es que una nueva empresa no tiene que pagar despidos si fracasa y muere antes de llegar a los 3 años de vida, y solo entonces entrar en el régimen de los despidos. Esto, por supuesto, sería algo sabido por los empleados, que podrían ir a trabajar a empresas que sí pagan despido si dudan del futuro de la nueva empresa.

Ahora, si las cosas van bien y la empresa cumple 3 años, de ahí en adelante sí tendría que pagar 45 días por año trabajado. La regla en si no me parece mal. Pero lo que yo sí haría a todas las empresas es presentar balances como si en cualquier momento tuvieran que despedir a toda su plantilla. Y le daría a los trabajadores el derecho de irse cuando les da la gana y llevarse el dinero acumulado de su despido. Porque por lo menos así las cosas estarían claras. Que la empresa pueda despedir a cualquier empleado y pagarle sus 45 días por año acumulado, pero que el empleado también pueda irse cuando quiera con su dinero del despido, sería un método justo. Al final, sería como que cada empleado tiene unos ahorros que se acumulan por antigüedad. Sería como un bonus que se paga el día que la relación laboral se termina por cualquier razón, inclusive la jubilación.

Porque el sistema español (y europeo en general) es absurdo. Los empleados que se quieren ir te suplican que los despidas para cobrar la indemnización y el paro, y al mismo tiempo tu, como empleador, tienes empleados que no rinden y que no les puedes despedir. Con mi propuesta tal como es, es como un mundo sin culpas. El que se cansa de la empresa o tiene una oferta mejor se va con su despido. Y si la empresa entra en crisis o si no le resulta tener a tal o cual empleado, les despide con su indemnización y no se le llama «improcedente».

Conclusión: nuevos emprendimientos son arriesgados, no deberían pagar despidos en los primeros 3 años, pero luego de esos 3 años se tendría que hacer como una cuenta de ahorro que se liquida cuando el empleado se va por cualquier razón, si se va o si es despedido. El método actual es como si las cortes trataran de encontrar en el marido o la mujer un culpable en caso de divorcio. Si hemos dejado de encontrar culpable en caso de divorcio ¿por qué seguimos buscando culpables en caso de despido?

Hoy, el primero de mayo, quería comentar mi opinión sobre la lucha de clases. Para mí, es cada vez más claro que en el mundo no existe una lucha de clases entre trabajadores y empresarios. Lo que existe es sencillamente un mercado laboral en el que se encuentran empleadores y empleados. Este mercado no es tan diferente al mercado inmobiliario, o el del trigo, la carne, acero, oro, o flores. En cada mercado el que compra quiere pagar lo menos posible y el que vende que le paguen lo más posible. El resultado es el precio al que se produce la transacción. La única diferencia es que en el mercado laboral, en vez de que se cambien toneladas de alumninio por euros, se cambian horas de trabajo humano por euros. Al ser trabajo humano, como era de esperar, está más regulado que otros mercados, hay sueldos mínimos, horarios de trabajo, subvenciones a los que no logran intercambiar talento por dinero, pero salvo esas diferencias, en su mayoría razonables ya que de proteger a gente se trata, el mercado laboral es un mercado. Este sencillo concepto, tan aceptado en otros países, parece ser muchas veces algo que ocultar en España.

El resultado de esta falta de claridad es que mucha gente en España piensa que aquí hay un enorme desempleo porque los empresarios de alguna manera disfrutan despidiendo gente, o que disfrutan pagando poco. Pero mi opinión es que las principales tres razones por las que el mercado laboral es tan malo en España y la intersección entre la oferta y la demanda produce alto desempleo y sueldos bajos son estas:

-porque faltan empresarios, si muchos, faltan empresarios buenos y falta OFERTA, la oferta son los empresarios, los empleadores, los emprendedores, los ejecutivos de las multinacionales, los que hacen subir el precio del trabajo en el mercado laboral.

-porque la educación española no incentiva la creatividad y el resultado es que falta creatividad empresaria y en I+D, en España se inventa poco y se vive demasiado de la creatividad del resto del mundo. En parte por esto es que los sueldos buenos, los de la gente que inventa e innova, terminan en Silicon Valley, en el norte de Europa, USA y cada vez más en el extremo oriente. En España inclusive la gente que gana en sectores creativos gana una miseria porque hay muy poca oferta de trabajo para ellos. En España se educa para el gobierno, la construcción, el turismo, la banca. Lo que más empleo genera en este país son trabajos de mala calidad y mal pagados en cualquier sitio del mundo.

-porque España tiene tensión entre el centro y las autonomías que producen más capas de burocracia y gobierno que en otros países. Un español está gobernado desde Bruselas, Madrid, su autonomía y su ciudad. Este problema es común a toda Europa, que tiene demasiado gobierno, demasiadas leyes, demasiados controles y en general un público que le tiene mucha más simpatía al gobierno que al pueblo en si.

Así es que mi conclusión del primero de mayo es que el problema de España no está en los empresarios en sí, sino en la falta de empresarios y empresas. El problema de España no es que existe un Amancio Ortega que explota a decenas de miles de trabajadores para llegar a ser el hombre más rico de este país y entre los 10 más ricos del mundo. El problema de España es que no tiene muchos Amancios Ortegas más para que entre ellos compitan y hagan subir los sueldos como ocurre en Suecia, en Holanda (Holanda es el país más emprendedor de Europa y tiene la tasa más baja de paro). El resultado de tener pocos empresarios y muchos trabajadores es un mercado laboral donde la intersección entre la oferta y la demanda produce resultados patéticos.

Conclusión, si yo fuera un líder sindicalista, en vez de atacar a los empresarios, haría una gran manifestación pidiendo que haya más inversión, más creación de empleo, y sí, aunque me duela decirlo, más empresarios. Sí, así de ridículo como suena. Una gran manifestación a favor de la PYME, de la nueva empresa, de los emprendedores, de la creatividad empresarial, de la innovación y desarrollo. Porque del otro lado, los empresarios la tienen muy clara, no hacen manifestaciones pero sí se declaran abiertamente a favor de la inmigración porque ésta produce más oferta laboral. Ahora si, los empresarios quieren que haya más oferta de trabajo, ¿no es lógico que los trabajadores se manifiesten por más creación de empleo?

Ahora con la crisis, en Europa se está produciendo un nuevo fenómeno, el del empleado aparcado. El empleado aparcado es un ejecutivo que tiene poco que hacer, pero que no le despiden. ¿Por qué? Se me ocurren tres motivos principales. Uno porque en Europa los empleados acumulan como deuda contra la empresa su indemnización y si la empresa les tiene hace muchos años el despido resulta prohibitivo. Otra razón, que supongo que le va a costar creer a mis lectores, es que en Europa los empresarios se transforman como en el patriarca de sus empleados, se construyen lazos afectivos especiales y muchos empresarios ven los despidos como derrotas personales. Y, por último, está el tema de que los empresarios no saben cómo va a ser la crisis y si resulta de corta duración y despiden a gente ahora pierden un capital humano valioso vis a vis sus competidores.

Ante este fenómeno, desde el punto de vista del ejecutivo hay diversas reacciones. Están los que no soportan estar en el trabajo sin hacer nada, renuncian y se consiguen otros trabajos donde se ven útiles. Luego están los que creen que trabajan y realizan tareas inútiles creando una falsa sensación de contribución. Por último, están los que disfrutan del tiempo libre en el trabajo para navegar por Internet, ir a comer con colegas y, en general, sienten que no es su culpa que no haya trabajo, pero que ellos necesitan mantenerse y mantener a su familia.

El fenómeno del empleado aparcado es menos común en Estados Unidos porque ahí al no existir las indemnizaciones se despide con más facilidad y se emplea con más rapidez. En USA los sueldos a ejecutivos son mucho más altos que en España y salvo en tiempos de crisis son las empresas las que se pelean por los empleados y no los empleados por quedarse en la empresa.

Tengo amigos norteamericanos, especialmente altos ejecutivos que han dejado trabajos increibles por estar «aburridos». En Estados Unidos el término que más se usa para describir a los trabajos es que sean un «challenge» un desafío. Eso es lo que busca la gente. En Estados Unidos la identidad de las personas pasa más que en Europa no tanto por quienes son sino por lo que hacen. O digamos que lo que hacen define quienes son. Por estas razones es posible que la crisis actual sea más profunda en Estados Unidos inicialmente pero que USA salga antes de la crisis que Europa.

Es probable que a Europa le ocurra lo que pasó en Japón desde finales de los 80’s y es que este país, que aunque sorprenda es aún la segunda economía mundial, se quedó estancado, sin crecer, pero sin enormes crisis. Es como un enfermo crónico pero con una enfermedad muy leve. Sí, el Nikkei que llegó a 40.000 a fin de los 80’s nunca volvió a superar los 16.000, los precios inmobiliarios se estancaron durante 20 años, pero los japoneses prefirieron la armonía al ajuste económico.

Aunque no creo que los europeos terminen igual que los japoneses no me sorprendería que los próximos 20 años sean de gran estancamiento en Europa y que el fenómeno de los empleados aparcados tan común en Japón se extienda por nuestro continente.