Creo que muchos medios de comunicación tradicionales, al sentir que los blogueros les quitamos audiencia, equivocadamente asumen que queremos ser periodistas. Pero lo que no se dan cuenta es que en muchos casos, como el mío, no somos periodistas. Yo no soy periodista ni lo quiero ser. Sí soy un emprendedor, que hizo 6 empresas y que luego de la aparición de los blogs se le ocurrió bloguear la séptima: FON. Y al hacerlo encontré un método para enseñarle a los que quieran ser emprendedores cómo se hace una empresa en tiempo real -como mis alumnos en el Instituto de Empresa-. Por otro lado, yo también me beneficio de las interesantísimas ideas que recibo de la blogosfera para mejorar mi oferta. Por ejemplo, Glenn Fleishman, un bloguero que primero nos criticó mucho de maneras que yo llamaría exageradas, se pasó luego a la crítica constructiva y me dio una idea que consiste en ofrecerle roaming fon a todos los clientes de una empresa. Es decir, que en vez de que los Aliens nos lleguen uno por uno cuando encuentran un hotspot, hagamos un acuerdo con Vodafone y que nos envie miles de Aliens de golpe. Este es uno de los tantos ejemplos de ideas que recibimos de la blogosfera.

Yo creo que la blogosfera está permitiendo que muchos de nosotros podamos compartir nuestros post con audiencias espectaculares (en todos los sentidos) y también creo que al mismo tiempo se está generando una gran confusión entre periodistas y blogueros. Hay blogs con más visitas que muchos medios online, y los que estamos por la blogosfera la consideramos un territorio de libre expresión, pero no somos periodistas en la mayoría de los casos, ni pretendemos serlo ni mostrarnos como tales.

Como decía McLuhan, al que se estudia en muchas facultades de comunicación (pero que también está en la Wikipedia para que los blogueros podamos enlazarlo), el medio es el mensaje. Puede que los blogs estén conquistando un espacio propio como medios de comunicación de masas, lo que no significa por extensión que lo que escribimos en ellos pretenda ser un mensaje periodístico o reclame para sí esa identidad. El blog como medio encuentra su razón de ser en la cualidad individual, subjetiva, abierta a críticas y comentarios de sus mensajes.

Si estudiamos el caso de FON la gran mayoría de los blogueros que colaboran o trabajan para FON ni son periodistas ni persiguen serlo. Joichi Ito es uno de los blogueros más importantes del mundo y fonero líder en Japón. No es periodista; tampoco se hace pasar por periodista. Joichi es un emprendedor como yo y bloguea porque le gusta y porque al hacerlo demuestra las ventajas de Six Apart, la empresa que produce el soft de muchos blogs. Yo soy emprendedor y blogueo porque me gusta y porque mi blog ayuda a explicar las ventajas de FON, y tanto mi equipo como yo -os aseguro- intercambiamos cientos de emails con lectores que quieren ser emprendedores. También diré que mi blog me da la posibilidad de recibir críticas constructivas que me ayudan a mejorar FON.

Empleados y asociados nuestros bloguean desde antes de FON y además han conseguido un prestigio reconocido. Alvy, que está en nuestro consejo y era el jefe de operaciones de Ya.com, bloguea en Microsiervos, en mi opinión porque ama la tecnología y le gusta compartir lo que encuentra. Iurgi, nuestro programador de openwrt, acaba de sacar su blog y escribe en él lo que le llama la atención; Mayte tiene uno que se llama «La irrealidad me supera» y escribe sonetos de cualquier cosa menos de tecnología. Teo, nuestro programador web, tiene un blog llamado El Tridente, que es muy atractivo; Mariano en Argentina y Eduardo en México tienen blogs especialmente interesantes y son blogueros porque les sale del alma; Pierre Chappaz, fundador de Kelkoo y ahora inversor en FON, es otro emprendedor bloguero.

Habiendo dicho esto la mayoría de la gente que trabaja o está asociada con FON no tiene blog. Christiane Zu Salm, en Alemania, Ola Alvharsson, en Suecia, Yann Mauchamp, Jean Bernard Magescas, en Francia; Jan Karen y Bob Stumpel, en Holanda; Antonio Sáez, Antonio Fuentes, Diego Cabezudo, Alberto Méndez en España… ninguno de ellos es bloguero.

Así que lo que yo percibo es que el conflicto principal que tienen algunos medios de comunicación es sentirse amenazados por la desintermediación que implica la blogosfera. Cuando yo decidí lanzar la noticia de que Google y Skype se habían asociado a FON, el WSJ se sintió desintermediado. En vez de que yo le contara la noticia al WSJ y ellos dieran la primicia, resulta que la primicia la di yo en mi blog. La importancia de la noticia en sí es relativa, pero en cualquier caso mi post y yo les privamos de un producto informativo, y las empresas de comunicación necesitan productos informativos porque son su materia prima.

En cualquier caso, ya reconocí que mi manera de dar a conocer la información puede considerarse un error, pero quiero explicar por qué pienso que el WSJ escribió un artículo al final bastante tímido sobre el anuncio, en el que decía que FON generaba estática al anunciarse a través de la blogosfera.

El temor que tienen algunos medios de comunicación con los blogueros en general, y puede que con un emprendedor bloguero como yo en particular, es que en cierto modo la blogosfera amenaza su negocio. Mi blog, por ejemplo, es leído por más gente que un buen número de las revistas de negocios españolas más reconocidas.

Es verdad que muchos prefieren ir a la fuente. Yo creo que el lector tiene que hacer las dos cosas. De mí van a tener la noticia y las novedades como yo las cuento. De los profesionales de la información van a tener una cobertura periodística más amplia, más crítica y contextualizada.

Pero para un medio de comunicación tradicional, enfrentarse a este nuevo escenario en el que un bloguero emprendedor puede generar un medio más leído que el suyo, adquiere tintes intimidatorios. Para mí, en cambio, tener un blog es maravilloso, porque ejercito mi derecho a expresarme libremente. Antes sentía que la prensa hacía lo que quería conmigo. Recuerdo cuando vino mi agente de relaciones públicas hace 5 años para decirme que si no les poníamos publicidad de Jazztel, en La Razón nos iban a basurear. Yo, por supuesto, no les puse nada de publicidad. Y ellos, por supuesto, me basurearon.

Pero vuelvo a mi punto inicial. Yo no soy periodista. Ni pretendo serlo. Yo tengo mi blog y soy un emprendedor que cuenta sus proyectos en su blog, así que publico lo que yo decido que es más interesante. Publico críticas (hay muchas) pero la línea editorial la defino con un criterio propio. Como muchos blogueros, ahora tengo mi medio. Si ahora alguien intentase amenazarme como sucedió en su día con La Razón, yo podría bloquearlo y hacer co-partícipes a decenas de miles de lectores. Quizás por eso desde que tengo FON no me pasó nada de ese estilo. Sí debo reconocer que tengo a los Ricardo Galli e Ignacio Escolar de este mundo que les encanta darme caña, pero lo hacen por amor al arte y porque siguen convencidos de que hay muchas cosas para mejorar en FON. Pero yo puedo responder, rebatir, discutir y, aunque me cuestionen, defiendo su derecho de hacerlo, así como ellos no intentan conculcar el mío. Hay críticas, sí, pero hay respeto.

Después de vivir 10 años en España, estoy descubriendo una de las razones por las cuales cuesta sacar proyectos adelante en este país. Simplemente, que no hay nada mejor que un español para criticar a otro español (tengo las dos nacionalidades, española y argentina). Curiosamente, el país en el que vivía antes, quizás el más exitoso del mundo, Estados Unidos, sufría del problema contrario, el famoso «not invented here» que hacía de lo que se inventaba afuera automáticamente una solución dudosa. Dos polos opuestos. En España, el inventado aquí parece ser sinónimo de mala calidad. En Estados Unidos, no inventado aquí parece ser sinónimo de mala calidad.
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Hay gente que critica mi blog diciendo que «anuncio» cosas que aún no han ocurrido y que en algunos casos, como el de Swisscom, nunca llegan a ocurrir. Mi respuesta es que mi blog no «anuncia» cosas, sino que las cuenta tal como van ocurriendo. En el caso de Swisscom, estuvimos muy cerca de llegar a un acuerdo, pero no se pudo lograr.
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