A veces me pregunto si los vascos o catalanes nacionalistas se dan cuenta de que, debido a la bajísima tasa de natalidad que tiene la población nativa en sus comunidades (1,2 cuando hace falta 2,2 para matener la población), en los próximos 50 años el desafío para preservar su cultura no será tanto el tema de luchar contra «Madrid» sino la integración de los inmigrantes, que tendrán alrededor del 50% de los hijos y poco interés en mantener culturas minoritarias.
Este es un tema parecido al de los judíos de la diáspora. Más del 50% de los judíos de la diáspora (que no están en Israel) se casan con no judíos, y como es casi imposible convertirse al judaísmo, la religión va desapareciendo poco a poco.