Cuando comenzamos Fon y llamamos nuestra empresa un movimiento, alguna gente nos dijo que las empresas no se tienen que meter en política. Pero ahora resulta que dos de las empresas más grandes de tecnología se han metido en política de una manera muy significativa: apoyando al controvertido matrimonio gay.

Aclaro, yo estoy a favor del matrimonio gay, pero ese no es el tema. Sabemos que hay mucha gente que está en contra del matrimonio gay y me preocupa el concepto que las empresas se manifiesten a favor o en contra de algo que hoy puede ser el matrimonio gay, mañana la retirada de Irak, y pasado el aborto.

No nos olvidemos que las empresas no son una democracia, casi todo lo contrario, son casi una dictadura. Entonces si las empresas están a favor de algo, ¿qué sentirán los empleados que están en contra?