He usado a la vez y durante muchos años un iPhone y un Android. Dos bolsillos para dos teléfonos en dos compañías diferentes: Verizon para Android y T-Mobile para iPhone en Estados Unidos y Tuenti para Android y Vodafone para iPhone en Europa. Pero durante mucho tiempo mis favoritos han sido los Android. Hasta este mismo mes los Android podían hacer muchas más cosas que los iPhone. Había diferentes tamaños de pantallas para elegir y mi favorita siempre ha sido la de 5 pulgadas, mayor que la de cualquier iPhone. A la hora de compartir, Android era mucho mejor: podías compartir cualquier cosa desde cualquier servicio. Mientras, iPhone sólo elegía los más populares. Android permitía aplicaciones para controlar el WiFi, como la nuestra de Fon; iPhone no. Algunos teléfonos como los Samsung traían baterías reemplazables, en cambio el iPhone no y no hay ningún modelo que me durara encendido más allá de 5 de la tarde. Últimamente los Samsung, como el S5, eran también resistentes al agua lo que los hacía muy útiles en verano. Y luego estaba SwiftKey, el teclado multi-idioma que es capaz de leer mi mente (porque lee mi Gmail) y adivinar cuál es la siguiente palabra que quiero poner. Un teclado que me hizo olvidar esa horrible forma de cambiar de idioma en iPhone, pulsando un globo, un sistema claramente diseñado para usar sólo un idioma. Pero sigo usando iPhones. Los uso por otros motivos: uno importante es el diseño. Siempre son los teléfonos con mejor apariencia. Me gustan como objetos. En cuanto a video o fotos, no importa lo que lo Android hiciera que siempre el iPhone tenía mejores apps para fotos y cámaras. Lo mismo con los juegos: más y mejores para niños. En general casi cualquier aplicación tenía mejor diseño y funcionaba mejor en iPhone. ¿Pero de qué servía todo esto si el iPhone era muy pequeño para escribir bien, sólo funcionaba con un idioma a la vez y su batería no duraba más allá de las 5 de la tarde?

Bien, pues escribo esto ahora para decir que mi nuevo iPhone 6 es el primer teléfono, desde que Android se hizo competitivo, que supera a cualquier Android de los que tengo. He estado usando un HTC M8, un S5, un Moto G y un OnePlus One. Sí, todavía tengo mis dudas sobre la batería, no reemplazable del iPhone. Tendré que probar si dura al menos un día. Pero el iPhone 6 con 4,7 pulgadas tiene el tamaño perfecto, es muy, muy bonito, delgado y ligero, han dejado de lado el teclado único y acepta SwiftKey, permite perfiles WiFi que son casi tan buenos como las apps de WiFi como la de Fon, viene con 128GB de memoria que permite almacenar una gran cantidad de canciones en alta calidad de Spotify y los juegos que les gustan a mis hijos. Antes solía hacer “dieta de apps” con las aplicaciones de Leo, de 7 años, y Mia, de 3. La mayoría de juegos ocupaban cerca de 1 GB cada uno. Ahora nos podemos dar un atracón de apps y que sean ellos los que estén a “dieta de juegos”, pero teniendo donde elegir. También el iPhone 6 es mucho mejor en video y fotografía. El auténtico iPhone es el iPhone 6. Seguiré usando Android junto con mi iPhone pero el tiempo que le dedicaré a iOS subirá muchísimo. Dicho esto, no quiero acabar sin hablar de uno de los factores clave: el coste. El iPhone cuesta 700€. Sí, 700€ sin tener en cuenta falsos descuentos con contratos y permanencias. Eso es lo que realmente vale, lo que se lleva Apple. Mientras por 100€ puedes tener un Moto E sin contratos y libre. Un Moto E no es ni el 15% de lo que es un iPhone 6. Si eres, como la mayoría de la población, una persona que controla sus gastos, un Moto E es un 80% de lo que el iPhone 6 es, por un 15% de lo que cuesta éste. La principal habilidad de Android que Apple nunca tendrá es la capacidad de llevar Internet al 84% de la humanidad y eso es lo que debemos agradecer a Google. Incluso un iPhone de los antiguos cuesta todavía cuatro veces más que un Moto E. De ahí que el iOS sólo esté en un 11% de todos los smartphones que se venden hoy día en el mundo. Sin olvidar que los Android siguen siendo los mejores a la hora de compartir: ofrecen su sistema operativo a otros fabricantes a coste cero haciéndose así mucho más competitivo y además permiten compartir cualquier cosa desde cualquier app. Me parece mal que Apple elija sus ganadores y perdedores limitando el envío de archivos sólo desde sus servicios preferidos.

Incluso Google, a través de sus trends, te dice que con sólo un 11% de la cuota de mercado en total, iPhone siempre consigue más titulares que Android. 

Antes de nada, mis más sinceras disculpas por el manual de instrucciones que hemos proporcionado. Estamos mejorándolo mucho gracias a vuestro feedback. Mientras llega el nuevo os voy a explicar de la manera más sencilla posible cómo conectar un Gramofon.

Si has llegado hasta aquí después de noviembre de 2014 no sigas leyendo. La instalación de Gramofon será mucho más sencilla para entonces. Esto es sólo para las primeras unidades beta de los backers en Kickstarter.

Primero saca el Gramofon de la caja y decide dónde quieres ponerlo. Necesitarás tener cerca una toma de corriente y un sistema de sonido.

Enchufa Gramofon a la corriente a través del cable eléctrico y al sistema de sonido usando el cable de audio.

Si tienes el router cerca, conéctalo a través del cable de internet (Ethernet). Es opcional pero si puedes úsalo ya que todo irá mucho más rápido.Gramofon es como un Apple TV pero de música en vez de video: se conecta via cable o via WiFi y convierte tus altavoces de siempre en reproductores de música online, de la misma forma que Apple TV convierte cualquier televisor en un reproductor de vídeo de Apple. Si no tienes el router cerca no te preocupe, Gramofon también funciona a través de WiFi recibiendo y expandiendo tu señal. Dicho esto, una advertencia: Gramofon aumentará la señal WiFi de cualquier router que no esté fabricado por Fon. No podrá por lo tanto ampliar la señal de una Fonera anterior por conflicto entre IPs y para solucionarlo se necesitan conocimientos avanzados.

A continuación descárgate la app «Fon utility». Sí, me refiero a esa app y no a la llamada «Gramofon» ni tampoco la que se llama «Fon». De las tres que tiene Fon, necesitarás la «Fon utility».

Conéctate a la señal WiFi Gramofonxxx con la contraseña que está escrita en la parte inferior del Gramofon. Si tienes más de 40 años, coge tus gafas: ¡el tamaño de la letra es muy pequeño!

Abre la app «Fon utility» y sigue las instrucciones. La aplicación en sí es como un manual de instrucciones y sirve entre otras cosas para personalizar tu Gramofon: te permite darle nombre a tus dispositivos y llamarlos como quieras (GramofonDormitorio o GramofonCocina por ejemplo) o cambiar la contraseña por defecto y poner la tuya de siempre. También la misma app te permite asociar la cuenta de Gramofon con Facebook. De esta forma tus amigos no necesitarán poner ninguna contraseña para poner música ni para conectarse a Internet, sólo iniciar sesión con Facebook. Por último y no por ello menos importante, con el registro a través de la app obtendrás un usuario y una contraseña para conectarte gratis en los más de 13 millones y medio de puntos WiFi de Fon en todo el mundo. Aqui tienes un video sobre como usar la app «Fon Utility» (en ingles).

Una vez configurado tu Gramofon y terminado el proceso, cierra la app «Fon Utility».

Abre la app de Spotify y elige tu canción favorita. Reprodúcela.

En cuanto empiece la música, busca un pequeño círculo con un icono de un altavoz dentro. Aparecera en la parte de derecha de la pantalla, abajo, junto al nombre de la canción. Pulsa sobre el círculo cuando esté de color verde y podrás elegir si escuchar la canción a través de tu teléfono o a través de Gramofon. Selecciona Gramofon y empezarás a disfrutar de tu canción a través del sistema de sonido. Aqui puedes ver como hacer esto.

Hay otra manera de escuchar música, y es a través de la app de Gramofon. Para esto:

Bájate la app de Gramofon. Cuando te lo pida, introduce el PIN que aparece en la parte de abajo de Gramofon, junto a la MAC.

Regístrate con Facebook y empieza a reproducir música con la propia app de Gramofon. Aqui tienes otro video de como usar la app de Gramofon.

Por el momento Gramofon es compatible con Spotify y con la música de la app de Gramofon que proporciona WahWah. Pronto habrá más servicios de música gracias a nuestro acuerdo con AllPlay. Haz clic aquí para más información.

Una vez más, gracias, gracias y gracias a los backers de Kickstarter. Sois increíbles.

Para crecer, Twitter se sirvió de «clientes»: plataformas como  Echofon y Twitterific, que permitieron a los usuarios gestionar la actividad de Twitter en sus cuentas en la red/móviles. Después combinó las innovaciones y el tráfico generado por esos clientes con el suyo propio y acabó limitando las APIs y desechándolos. No fue correcto, pero sí legal. Yo mismo invertí en uno, Seesmic, perdiendo lo invertido.

google_ap_imgGoogle utilizó Internet en su conjunto para crecer y ahora está pasando de ser un buscador a un proveedor de respuestas. El tiempo, los vuelos, información tipo Wikipedia… muchas búsquedas que no tienen relación con Google, pero que Google ahora no solo enlaza sino que responde. Y por esto muchos sitios web que ayudaron a construir lo que Google es ahora, empiezan a perder tráfico. La gente ya empieza en Google, ahora parte y acaba en Google. Google ya no quiere organizar la información mundial sino ofrecerla directamente. Las autoridades antimonopolio de EEUU están de acuerdo con esto, pero las de la UE no tanto y están estudiando si es un caso de abuso de poder. En el diario The Economist de esta semana hay un artículo precisamente sobre este asunto en el que varias empresas alemanas dan su punto de vista. Una de ellas es Axel Springer, de cuyo consejo de administración soy miembro. Pero resulta que Google está también presente en el consejo de Fon. Es por ello que estoy en medio y conozco muy bien ambas partes del conflicto.

Personalmente, no tengo muy claro que debería hacer la Unión Europea al respecto, «es complicado». Por una parte, Google ha construido un monopolio de facto en el terreno de la búsqueda por Internet enlazando a todo el mundo de una manera más precisa que el resto. Google lo hizo genial, sus competidores cerraron o perdieron cuota de mercado simplemente porque Google es mejor. Pero ¿es justo crecer, por ejemplo, gracias a Kayak o Expedia, y luego reemplazarlos por tu propio buscador de vuelos, que además se muestra arriba del todo cuando ni siquiera es lo más buscado? El tema es que este cambio aunque daña a Kayak y a Expedia no perjudica a los consumidores, es más les simplifica la vida, menos clicks.  Luchamos contra los monopolios porque son perjudiciales para los consumidores. Es difícil defender el argumento de que Google está perjudicando a los consumidores al responder directamente él y conseguir la información de los mismos proveedores que Kayak o Expedia. Y más cuando los usuarios prefieren obtener respuesta directa en lugar de tener que hacer clic en un segundo enlace. Pero sea justo o no, hay una cosa clara: si has construido un negocio mediante tráfico de Google, deberías replantear tu estrategia o acabarás muerto como los clientes de Twitter. Consciente de esta situación, hay una empresa que dió un giro radical y hasta ahora ha sido capaz de amortizarlo: Facebook. Hizo que Google dejara de mostrarla como resultado, cerró su contenido a Google. Pero por desgracia, Facebook aún no ha desarrollado una buena herramienta de búsqueda propia buena y encontrar cualquier cosa que alguna vez escribiste en Facebook es casi imposible. Por eso, como consumidor, me gustaría poder buscar en Facebook con la misma facilidad que puedo hacerlo en Gmail o en Internet en su conjunto pero Facebook no le deja entrar en mi contenido a Google ni aunque yo le diera permiso.

 

En mi opinión, monopolio es el de Time Warner Cable.  Si vives en Nueva York y quieres televisión por cable, no hay otra opción que esa. ¿Motores de búsqueda? Hay otros: Yahoo, Bing… Google está donde está, no porque alguien les convirtió en franquicia, sino por lo buenos que son. ¿Estudiaría yo el caso de Google si fuera regulador? Por supuesto. ¿Los pararía? Sólo si encontrara perjuicio a los consumidores.

(Foto: The Nation)