El documento más importante para una inversión es el «term sheet«. En este documento se definen las condiciones generales de la inversión, como la cantidad a invertir, la valorización de la start-up, los derechos de los inversionistas, la composición de la junta directiva, etc. Este tema puede ser muy confuso para emprendedores, sobre todo para aquellos que nunca han trabajado con inversionistas profesionales (como fondos de capital de riesgo – VCs – o «ángeles» de negocios más sofisticados) que siempre utilizan un term sheet.

El día de ayer, 21 fondos europeos de VC especializados en  inversiones tempranas (early stage), han publicado un term sheet estandarizado que utilizarán como modelo para sus futuras inversiones (realmente fueron 2 term sheets: uno para uso general y otro diseñado para facilitar la reducción de impuestos en las inversiones en pequeñas compañías mediante el Enterprise Investment Scheme – un instrumento muy útil que solo existe en UK y que compensa a los inversores por el riesgo que conlleva invertir en compañías privadas). Ambos documentos se redactaron para el mercado británico, pero la idea general es la misma en el resto de los países.

La publicación de este documento es una gran ayuda para todos aquellos emprendedores que no tienen experiencia utilizando term sheets. Aunque los términos todavía se ajustarán según sea necesario para cada inversión, estas directrices generales dan a los emprendedores una buena idea de lo que se considera «práctica común» para un term sheet. Otra ventaja es que también ayudará a reducir los costos legales y a acelerar todo el proceso de inversión. Sobre todo en España hay muy pocos conocimientos acerca de este tema, y muchos inversionistas pueden dictar los términos según les parezca ya que los emprendedores no tienen la posibilidad de comparar diferentes ofertas con lo que se considera práctica común en el mercado. Incluso los mejores candidatos del MBA (de todos los países) tienen este problema, yo mismo lo veo a menudo entre mis estudiantes del IE.

Claro que no todas las start-ups saldrán ganando. Algunas podrían haber sido capaces de  negociar condiciones más favorables si la term sheet del SeedSummit no se hubiera publicado. Pero los efectos positivos seguramente superan con creces estos inconvenientes (los lectores de TechCrunch parecen estar de acuerdo, como muestran los comentarios positivos de la web). Como nota final, hasta ahora no he encontrado ninguna noticia sobre esto en español. Otra muestra de que nuestro ecosistema todavía está muy detrás de otros países europeos en este sector.

En 1492 España era el país con más judíos del mundo, unos 600.000, que representaban el 10% de la población. Actualmente hay unos 5 millones de judíos en Israel, que sería, aproximadamente, el mismo porcentaje de la población española de unos 45 millones si todos vinieran a España. Creo que llegó el momento del retorno. Me explico.

¿Cuál es el problema más grande de España? La falta de imaginación. Si, así de sencillo. Este es un país con falta de imaginación. No digo que no tenga imaginación alguna, ya que de aquí siguen surgiendo algunos fenómenos globales como el Real Madrid, el Barca, Telefónica, Banco Santander, Zara, Mango, Fon y Macarena. Pero seamos honestos, debemos tener muy poca imaginación si no sabemos ofrecerle dignidad al 20.5% de la población. Si no le damos un futuro al 40% de la juventud. ¿Y quién tiene la imaginación en el mundo de la empresa? El emprendedor.

Lamentablemente, España expulsó a los judíos en 1492 y entre ellos a muchos emprendedores. El resultado es que aún hoy este país no tiene suficientes emprendedores y la consecuencia es el patético nivel de falta de oportunidad en la que vivimos. Israel, en cambio, es un país de emprendedores que con su ínfima cantidad de habitantes atrae más VCs (capital de riesgo) que España, Italia y Francia juntos.

Considero ser judío una cultura, un pueblo unido por un idioma y una historia comun no simplemente una religion porque yo por ejemplo soy judío pero agnóstico, no religioso. Los judíos de Israel están divididos en dos grupos, los Ashkenazi y los Sefaradies. Los primeros son inmigrantes del norte de Europa. Los segundos de España via países musulmanes. Sefarad en hebreo significa España. Los judíos que vivían en España son hoy la mitad de la población de Israel.

¿Cuál es el problema más grande de Israel? Que este maravilloso país fue construido en un territorio que, aunque era de los judíos hace miles de años, no era de judíos hace cientos de años. Sí es verdad que hubo siempre judíos en Israel, pero en 1900 eran menos del 10% de la población. El resultado es que los judíos de Israel son hoy en día detestados por sus vecinos como invasores. También son detestados por los millones de palestinos que viven afuera y adentro de Israel y si estaban ahí hace 100 años. Y aunque Israel viene canjeando territorios a cambio de paz (logró esto con Jordania y Egipto y se fue de Gaza), aún sigue en conflicto con los territorios palestinos, Siria y Líbano. Para colmo, Israel tiene a Irán haciéndole la guerra usando dos para ejércitos que son Hamas y Hezbolá.

Aunque hasta ahora los judíos en Israel se han defendido bastante bien, lamentablemente, si hay un lugar en el mundo en el que puede ocurrir otro holocausto, es justamente ahí. Es por eso que creo que los judíos de Israel tienen que tener un plan B y es poder emigrar en masa si Ahmadinejad o algún otro lider que quiere aglutinar a los musulmanes matando judíos decide seguir la tarea de Saddam Hussein de tirar misiles a Tel Aviv, pero esta vez con cabezas nucleares.

¿Cuál es la solución? Que España ofrezca el retorno a los judíos.

¿Por qué un judío vendría a vivir a España?

Porque en España falta imaginación empresarial y de todo tipo, falta creatividad, faltan emprendedores y, por otro lado, desde España se puede llegar a toda la comunidad Europea. Lo que yo vi luego de hacer Jazztel, Ya.com y Fon en España es que este país es un nicho ecológico vacío de emprendedores. Los hay, pero no se puede comparar con otros países y las oportunidades aquí son muy buenas pese a la crisis. La población es educada y, a diferencia de Israel, no todos quieren ser emprendedores ni jefes. Cuando voy a Israel y me preguntan por qué no invierto ahí yo digo que porque lo que me destaca en España me haría un ciudadano promedio en Israel. Querer ir a ser emprendedor en Israel es como querer ir a jugar al fútbol en mi país natal, Argentina. Ahí yo era un verdadero «croto», en Columbia University jugaba en un equipo. Todo es relativo.

Porque el clima y territorio se parece mucho a Israel y la historia acompaña.

Porque aunque es verdad que hoy en día el español medio es algo antisemita de palabra (en España he escuchado decir «no seas judío», como si ser judío fuera un insulto), no me imagino ningún español tirando cohetes a las 8 de la mañana como hace Hamas para ver si le pegan a un chico judío que está justo entrando al colegio y lo matan.

Porque en España, salvo lo de ETA, no hay violencia, no hay que hacer el servicio militar y este es un país en el que se respeta la ley y la diversidad. En el caso de ETA, por ejemplo, inclusive cuando se sabe que en ciertas casas viven terroristas de ETA o sus familiares, el ejército español no va con helicópteros a tirarles misiles, ni les pone bombas en sus teléfonos móviles. Aquí la gente se pinta las manos de blanco, dicen «ellos matan, nosotros no» y cuando se los encuentra, a la cárcel. Creo que Israel tiene mucho que aprender de España sobre cómo tratar con el terrorismo, inclusive el islámico, del que tuvimos bastante también. Yo me siento más tranquilo como ciudadano español que ya soy viviendo en un país menos brutal en estos temas. Seré judío, pero la verdad a mi las políticas del gobierno de Israel me ponen incómodo. Me dan muchas veces pena y vergüenza y sé que a muchos israelíes también.

Porque ya tenemos viviendas como para albergar a 5 millones de personas 🙂

¿Por qué España tendría que aceptar a cualquier judío que quiera volver a este país?

Porque los judíos estaban aquí sin conquistar el país y viviendo en paz. Este país era su historia.

Porque lo que he visto yo como inmigrante argentino judío en España es que aquí bastante gente no quiere ser emprendedora, porque ser dueño de una empresa está mal visto. Porque genera envidia. Porque existe una aversión enorme al riesgo. Porque destacarse cae fatal. Porque al emprendedor se lo ve más como un explotador de mileuristas que como un motor de la economía. Porque la gente no se da cuenta que para acabar con el paro y el mileurismo lo que aquí hace falta son más emprendedores disputándose un mercado laboral que tiene mucha oferta y poca demanda. Y si realmente ser emprendedor es un trabajo «sucio» en España pero sin emprendedores este país se hunde, creo que es hora de dejar de importar trabajadores de la construcción y ver cómo se puede atraer a emprendedores.

Por supuesto, en el mundo hay mucho más emprendedores no judíos que judíos, pero España tiene un enorme lazo histórico con el judaismo.

Porque es muy probable que el inmigrante judío genere puestos de trabajo. Los resultados en Israel generando empleo son impactantes. Israel es un país en guerra, ínfimo de tamaño, sin agua, con pocos atractivos y rodeado de enemigos y no sólo consiguió un 80% de inmigración en 50 años, sino que casi todos esos inmigrantes tienen trabajo. La población de Israel creció un 50% en los últimos 15 años y su tasa de desempleo en medio de esta enorme crisis global es del 7.3%, algo insólito teniendo en cuenta que los inmigrantes de Israel llegaron en condiciones de mucha pobreza y de muchísimos países diferentes. Los sueldos en Israel son más altos que en España. Después de Silicon Valley la meca de tecnología en el mundo es Israel.

Bueno, ahora que leiste esto te explico.

Ya sé que esta idea es absolutamente utópica y absurda. Francamente, ni en España votarían una ley del retorno de todos los judíos y aunque lo hicieran pocos judíos se irían de Israel. Pero lo bueno de las utopías es que te hacen pensar. Este artículo hace pensar al judío en Israel que Israel no es la patria donde los judíos pueden estar seguros, sino el lugar en el que puede ocurrir el próximo holocausto. Este artículo hace pensar a los españoles que la verdadera causa del paro en España es la falta de imaginación. España es un país en el que ser «judío», es decir, ser emprendedor, está mal visto, no por todos, pero si por una gran parte de la población.

Y mientras este país siga viendo a los héroes nacionales en términos de generación de empleo como «judíos», a Amancio Ortega, creador de Zara, como judío (que no lo es) o a Isak Andik, fundador de Mango (que si lo es), las cosas no van a ir bien. Si ser judío es ser emprendedor, ser judío tiene que ser algo bueno. Sí, ya sé que hay judíos fracasados y que hay no judíos emprendedores y que ser judío no es garantía de nada, pero, en su conjunto, los judíos son (somos, porque yo también lo soy) un pueblo emprendedor y eso es lo que hace falta en España. Pero no solo en la empresa. En la creatividad, en la ciencia (los judíos somos un habitante cada 500 en el planeta, pero uno de cada 5 premios nóbeles tiene origen judío). En España aún hoy se aspira al conformismo. Pero la España de Aznar, que iba bien, era una España falsa, basada en el ladrillo que ya de poco sirve.

Termino con una pregunta.

Si España no hubiera expulsado al 10% de su población cuyos descendientes son hoy la mitad de la población de Israel, ¿tendría hoy 20,5% de desempleo y al 40% de su juventud sin vivienda y futuro? Lo dudo. Curiosamente, el edicto de expulsión de los judíos de 1492 duró hasta que fue revocado en sólo 1968.

Artículo de hoy en el New York Times. Relevante.

Video Relevante filmado ayer en Kinnernet, la conferencia israelí de empresarios más conocida. Sugiero pensar si los empresarios españoles filmarían un video así. Para crear hay que ser así. Y no es un tema de edad. Algunos de los que aparecen, como mi amigo Yossi Vardi, están bien entrados en años.

Por ultimo esto fue un cuento que sirvió espero para ilustrar las dos necesidades más grandes de Israel, que es la paz, y de España que es la creatividad, la capacidad de construirse un futuro como pais.

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