Rusia sufre del terrorismo islámico. China sufre del terrorismo islámico. EE.UU. está implicado en dos guerras mortales y caras contra el terrorismo Islámico. Parece que la administración Obama une los puntos y comienza a tratar con China sobre este asunto y creo que debería hacer lo mismo con Rusia.

Si la mayor amenaza de desestabilización a nuestra seguridad son los sucesores de Osama bin Laden armados con dispositivos nucleares, por qué no colaborar con naciones con quienes tenemos mucho más en común que con los Talibanes y evitar esta amenaza. Además, estas naciones son geográficamente mucho más cercanas al epicentro de violencia islámica que los EE.UU. y, por ejemplo, Rusia, ha luchado contra los mismos enemigos que EE.UU. Y hay muchas otras razones para colaborar más allá de la real, aunque aún muy poco probable, amenaza de terrorismo nuclear.

Rusia y China eran dictaduras comunistas, ahora son capitalistas y autocráticos. No son todavía democracias en el sentido occidental de la palabra, pero seguramente están mucho más cerca de nosotros que en los años 70. Esta evolución solo parece ser un movimiento en la dirección correcta y una razón suficiente para establecer lazos más cercanos.

Con Bush yo sentía que los viejos halcones que controlan la política exterior no podían aceptar que Rusia y China habían mejorado enormemente. Con Obama y Clinton podríamos empezar a darnos cuenta de que la era de forzar a los otros a ser como quisiéramos que fuesen ha terminado, y que ha comenzado una nueva era en la que la tendencia será algo más similar a «bueno, cada uno de nosotros tiene sus gustos y preferencias, pero eso no quiere decir que no podamos encontrar puntos en común y ser amigos».

Inclusive, USA ha competido palmo a palmo con China y Rusia en materia de abusos de los derechos humanos. Entre la pena de muerte, Guantánamo, Abu Gharb y el bombardeo de poblaciones civiles, USA ha causado más daño durante los últimos 20 años que Rusia y China en conjunto.

Así que mejor hagámonos amigos.