Durante mi estancia en Nueva York la semana pasada, tuve la oportunidad de desayunar en mi casa de NYC con Kumi Naidoo jefe de Greenpeace, al cual conozco desde hace 11 años. Kumi es una magnifíca persona y desarrolla una importansísima labor para Greenpeace. Kumi no es una de esas personas que desarrolla su activismo únicamente desde su despacho, os dejo el link a su bio porque merece la pena saber algo más sobre él y sus increibles anécdotas.

Estuvimos durante mucho tiempo hablando sobre cuales son los retos medioambientales a los que nos enfrentamos durante esta década y cómo Greenpeace les hace frente. Una de las ideas que le propuse a Kumi fue la de utilizar la “vergüenza pública”. Uno de los ejemplos más claros sobre este método es el uso de la pieles para vestir y en cómo se convirtió en algo socialmente inaceptable, pasando de ser un elemento de moda a convertirse en casi un acto «criminal» usarlas.  Le comenté como este estigma social podría asociarse a los vehículos con motores de  más de 3 litros, especialmente en USA donde son tan comunes los motores de 5 litros, también que las habitaciones que tengan el aire acondicionado por debajo o las calefacciones que estén por encima de una cierta temperatura, estas acciones podrían tener un mayor efecto en el medioambiente y en el cambio climático que muchos viajes en el “Rainbow Warrior”. Lo que hace falta es que en USA se cree la conciencia que ya existe bastante en Europa de no derrochar energía.

También conversamos de cómo yo podría ayudar a Greenpeace y decidimos que me podría involucrar en el activismo de la parte online de la organización. Tengo pendiente encontrarme con mi compatriota argentino Martin Prieto, quien está realizando un magnífico trabajo en este ámbito. Fui invitado también a  la inauguración del nuevo “Rainbow Warrior” construído en Gdansk. Por las descripciones parece un barco increíble.

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