Image via WikipediaEl País tiene dos historias de intolerancia hoy que merecen ser destacadas. Una trata sobre una pareja catalana de dos hombres, PJ de 56 años, y JM de 54, que en Kotu, Gambia hicieron «proposiciones deshonestas» a un taxista. Este taxista decide entonces llevarles no a su destino sino directamente a la comisaría.
Parece que PJ y JM no se habían enterado que…
Hace sólo 15 días, el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, dio un plazo de 24 horas a todos los homosexuales para que abandonaran el país. «Les cortaré la cabeza», amenazó a los que se quedaran.
Así es, nada más y nada menos que cortarles la cabeza.
Esta historia me recordó a lo que me ocurrió a mi en Marruecos en los 80 cuando era estudiante. Resulta que aburrido de Marbella que con todo respeto a mis lectores de Marbella me parece poco atractiva me fuí a Tanger con unos amigos en «busca de lo exótico». Pero como siempre a la noche nos fuimos de marcha sorprendidos de ver tanta discoteca y resulta que ligué con una chica marroquí guapísima. Al salir ya «enamorados» íbamos abrazados por la calle y todo iba muy bien hasta que de repente…. el gran susto. Un patrullero de la policía local se subió a la acera, nos cortó el paso y gritando cosas en árabe nos detuvieron y llevaron presos. Alcancé a entender que en Marruecos besarse en la calle era peor que robar un banco. La chica marroquí con la que estaba, que en realidad era francesa pero de familia marroquí y estaba ahí de vacaciones, me explicó de qué se trataba nuestro «crimen». Las pasé canutas en la comisaría, arrestado junto a presos comunes, pero logramos que nos liberaran porque el padre de la chica tenía conexiones con la casa real. La policía me trató siempre correctamente y al final me dejó en el ferry a España pero cuando llegué de vuelta a España besé la tierra de felicidad.
Pero ahora veamos la otra cara de la moneda, que aunque viene sin amenazas de corte de cabeza también es, en mi opinión irracional.
Resulta que aquí en España tenemos un Ministerio de Justicia que denegó la nacionalidad a un senegalés porque fué polígamo. Esta decisión luego fué revertida por la Audiencia Nacional pero solo porque
Ndiaga Diop entregó un certificado donde hacía constar su opción por la monogamia
Visto desde el punto de vista de un heterosexual europeo a mi el tema me parece bastante hipócrita de nuestra parte. No entiendo como se puede estar a favor del matrimonio homosexual y en contra de la poligamia. Si la lógica es que adultos pueden hacer lo que quieran si no le hacen daño a los demás ¿donde está el daño en la poligamia? Yo no soy ni homosexual ni polígamo pero si vamos a dejar a los hombres, casarse con hombres, y a las mujeres casarse con mujeres, ¿por qué no dejamos que Doña Flor tenga dos maridos y Ndiaga tenga dos mujeres? Recordemos que estamos en un país donde la poligamia está prohibida pero la infidelidad es promovida abiertamente y es legal ofrecer alojamiento a cambio de sexo supongo que a más de una mujer u hombre. En mi opinión nuestro rechazo a la poligamia es más un prejuicio contra otra cultura, la musulmana que la acepta, que un verdadero rechazo moral hacia el hecho de la poligamia en si. Vivir y dejar vivir tiene que ser nuestro lema en este período nuevo de la integración cultural.