La situación con respecto al acceso a la banda ancha en Latinoamérica y España es diametralmente opuesta. En Argentina, por ejemplo, el ingreso medio de una persona es 70% menor al de una persona en España, pero la banda ancha es más cara, inclusive convertida a euros, mientras que la cantidad de megas es más baja.

En España tenemos ofertas de 20 megas por 30 euros. En Argentina una oferta de 5 megas cuesta 260 pesos, o sea, más de 70 euros. ¡Pero para un Argentino ganar 260 pesos es como para un español ganar 150 euros! El resultado es que el costo de internet en Argentina es astronómico comparado con España, algo que es bastante difícil de entender en un país en el que la mano de obra cuesta 70% menos y mucho del coste de estas instalaciones es justamente la mano de obra.

Dada esta situación, es comprensible que la mayoría de los latinoamericanos quieran ser Bills. Pero, en este caso, no se trata de querer ganar con los Aliens (los turistas). En Latinoamérica se trata de compartir para poder acceder a la sociedad de la información, que deja a tanta gente afuera, y de compartir para superar la brecha digital. Es más, creo que si los operadores en este entorno promueven FON lograrán aumentar mucho más las ventas.

Hay muchos consumidores listos para entrar en la banda ancha en la región, pero necesitan precios más bajos. La demanda latente de la banda ancha se ve con claridad en la enorme cantidad de cibercafés y conexiones por módem que hay en la región. Mucha gente quiere acceder a internet, pero no puede por lo caro que es.