Abro El Pais y me quedo sorprendido con una publicidad de Citroen en la página 7 que tiene una foto de un imitador de Napoleón que dice «es cierto, somos líderes, pero en Citroen la revolución no cesa». Al leerlo me pregunto ¿Somos líderes o somos tontos? Si, ya se que pasaron 200 años de la invasión de Napoleón a España pero no entiendo como la francesa Citroen quiere vender coches en España recordándole al pueblo español la figura de un invasor que no solo causó mucho daño en España sino que aceleró la destrucción del imperio español ya que al estar España ocupada gran parte de Hispanoamérica se independizó. ¿O es que el anuncio era para Argentina y se les coló en España?

Los que no bebemos, tenemos frecuentemente problemas de integración. La presión social hacia la bebida es enorme. Los bebedores nos quieren de su lado y se sienten rechazados por el no bebedor. Yo no tomo y sufro este problema. Los bebedores se aburren conmigo. Durante la universidad he llegado a comprar cervezas y fingir que las tomaba para que mis compañeros me incluyeran en sus planes. Hasta 1995 no bebía nada de alcohol. En esa época fuí a hacerme un chequeo médico y le conté orgulloso al Dr Howard, mi médico en NYC que no bebía nada y me sorprendió diciéndome que por los antecedentes cardíacos de mi familia (mi padre murió de un ataque al corazón a los 49 años) que tendría que probar tomar una copa de vino tinto con cada comida. Algo había leído sobre el efecto positivo del vino tinto para el corazón pero creía que eran cuentos de la industria del alcohol parecidos a los de que mejor fumar para bajar de peso. Pero parece que fumar hace bajar de peso y da cancer y tomar una copa de vino solo tiene una influencia positiva. Así que como ya seguía sus consejos sobre la dieta mediterranea y el frecuente ejercicio decidí probar con el vino. Al principio me parecía bastante feo pero poco a poco y gracias a la gran selección de excelentes vinos españoles me fuí acostumbrando. Desde entonces me llegó a gustar mucho el vino tinto. Inclusive un poco el blanco. En general me gustan solo los vinos españoles, Riojas, Riberas del Duero, en blanco Albariños. Las denominaciones de otros paises me gustan bastante poco. El Zinfandel por ejemplo un vino supuestamente buenísimo de California, no me gusta nada. En Argentina disfruto el Malbec. Pero inclusive con el vino, que ahora me gusta, me pasa algo parecido a lo que me ocurre con el chocolate suizo. Me encanta pero si me como más de una barrita me empalaga. Con el vino con más de dos copas me dan nauseas. Y el resto de las bebidas alcohólicas sigo sin tolerarlas. Detesto la cerveza y cualquier cosa con vodka, gin, whisky, no me gusta el champagne, cava, en fin, nada con alcohol. En las discotecas pido mezclas de jugos con vodka pero le pido que casi no me pongan vodka. Y para colmo no me gusta nada con gas, el agua con gas no la tolero y en ciertos paises como Alemania que solo te dan con gas la paso fatal. No me gusta la Coca Cola ni la Pepsi, la Fanta menos, Seven Up y Sprite tendría que estar muerto de sed para tomarlas y el agua tónica directamente me parece increíble que alguien pueda querer beber algo así. A este punto algunos lectores pensarán que esto es un problema ideológico. Que soy una especie de puritano de la bebida que como no fumo y no bebo estoy en contra de las drogas. Y si, algo de eso hay. En Jazztel la gente podía vestirse como quería y reinaba la informalidad pero ya en el 2000 no se podía fumar, cuando en otras empresas aún si. Y el tabaco es otra cosa que me resulta incomprensible que a tanta gente le guste. Las veces que probé fumar no pude terminar un solo cigarrillo, y ni hablar de los puros. Con el resto de las drogas me pasó lo mismo, la cocaina me pareció como tomarse 10 cafés de golpe, no me sirvió de nada porque yo estoy muy alerta y despierto sin necesidad de cocaina. El café quizás es la única droga que tomo frecuentemente y con eso me alcanza. Los porros (joints) los puedo entender más, las 10 a 15 veces en mi vida que fumé porros lo disfruté, especialmente en compañía de amigos, navegando o en alguna fiesta pero para fumarme un porro tienen que estar dadas las condiciones ideales y estas ocurren rara vez. Ahora lo que yo me pregunto es por qué a mi no me gustan tantas cosas que a la gente le gusta. De todo lo que tiene fama de gustar hay poco que a mi realmente me hace disfrutar. La bebida, el tabaco, las drogas, no son para mi y esto me ha alejado de mucha gente. Ahora eso si, lo que me uno a muchos es el placer por la buena comida, especialmente la vasca, la italiana y la japonesa, así si que disfruto, y además cocino y para mi una buena comida es un placer en si mismo. El otro placer es el deporte que es lo más parecido a una droga que consumo . Cuando vuelvo de la sierra de Madrid después de pedalear por dos horas me siento invadido por una sensación de bienestar parecida a la que muchos sentirán al consumir drogas como alcohol o tabaco. Dicen que son las endorfinas y deben ser porque la diferencia en mi estado de ánimo al ir y volver es enorme. Además mientras subo la sierra en bici se me ocurren muchas ideas, resuelvo problemas. No se si se trata de las endorfinas o quizás otra teoría que tengo es que al tener pulsaciones por encima de 150 todo ocurre más rápido, inclusive la actividad cerebral. Ahora la mejor droga del mundo es sin duda el sexo. Claramente en esto comparto con la mayoría de la gente. El sexo es lo más divertido que podemos hacer, sin reírnos. Lo más placentero. La mejor droga.