Anoche estaba cenando en Berlín con Andrew McLaughlin, el jefe de políticas de Google, y me comentó que Vint Cerf, uno de los fundadores de Internet, trabaja ahora también para Google. Conocí a Vint hace unos años y me pareció un tipo brillante. «Debe haber sido difícil fichar a Vint» le dije a Andrew y él me sorprendió con un requisito especial que Vint pidió para aceptar trabajar en Google: que le dejaran seguir desarrollando la internet planetaria. ¿En qué consiste este concepto? En desarrollar un sistema para enviar paquetes de nodo a nodo, como internet, pero que están a minutos luz de distancia.

Resulta que uno de los grandes consumos de energía de las naves espaciales está en la energía que hace falta para que sus señales de radio nos lleguen. Con la internet planetaria se pueden poner satélites en diversos planetas, que se envían mensajes los unos a los otros bajando las necesidades de potencia de los transmisores que enviamos a los confines del sistema solar.