Hay diversas razones para leer mi blog, pero entre ellas la de la antropología contemporánea. Como viajo mucho y he vivido en diversos países y al mismo tiempo soy ciudadano español por adopción, puedo darle una perspectiva diferente a los españoles sobre sus costumbres que otros blogueros nativos. Ya he comentado, por ejemplo, que los madrileños y los barceloneses son muy parecidos (algo que causó la misma sorpresa en ambas partes, justamente porque son tan parecidos, y se ofenden de la misma manera).

Bueno, aquí tengo otra curiosidad antropológica, los argentinos nos reimos mucho si algo nos parece gracioso en el cine. Nos reimos como se rien los británicos, por ejemplo, o los italianos. Pero en España si pusieran medidores de risa en los cines descubrirían que este es el país en el que la gente aprende a reirse…. en silencio. Luego de muchas carcajadas mal vistas estoy poco a poco aprendiendo el arte de sonreir sin emitir sonidos.

Ahora lo que me pregunto es si este verdadero arte de reirse en silencio se traducirá a otros placeres, en concreto el sexual. Los argentinos somos muy demostrativos con nuestros placeres, tanto la risa como el sexo. Pero como nunca tuve relaciones con una española no estoy al tanto del nivel de decibeles que se acostumbran a emitir por aqui (curiosamente, no era una pregunta que hacían para dar la nacionalidad).

Atacado por la incógnita acabo de consultar con mi amigo, el antrópologo amateur Pablo Larguía, que está ahora navegando conmigo entre Mao y Pollensa y me dice que sin duda las argentinas son más gritonas. Mi experiencia como conferenciante es similar. Los españoles se rien en silencio- Otras culturas, como la norteamericana, a carcajadas.. Algún día aprenderé el arte español de reirse en silencio. Debe ser especialmente útil para reirse no con alguien, pero de alguien.