Estaba leyendo esta triste encuesta en la que el 35% de los profesionales que responden dicen que prefieren estar sin su conyuge que sin su Blackberry. Yo hace años que confieso que vivo pegado a mi Blackberry y que nada, ni el E71, ni el iPhone logran destronarlo.
Pero en mi caso, como Nina también tiene el suyo y trabajamos y vivimos juntos, la cosa está balanceada. Cada uno con su Blackberry. A veces decimos «Blackberry moment» y cada uno se pone a responder sus correos por un rato.