Me han invitado otra vez a participar en la Revista NOTICIAS; esta vez, en la sección “Clases Magistrales” . Publico a continuación mi nuevo artículo “Miento porque soy vivo. Reflexión sobre una mala costumbre argentina”. El artículo es largo y no típico de formato blog.


Miento porque soy vivo (Reflexión sobre una mala costumbre argentina)
Por Martín Varsavsky
Revista NOTICIAS – Clases Magistrales / Materia- Educación

La Argentina parece encaminarse a una nueva estabilidad. Después de la crisis del 2001, ha alcanzado nuevos niveles de crecimiento económico y ha mejorado mucho el nivel de empleo. Esta vez existe la esperanza de que estos cambios sean permanentes, que no se repita el falso despegue del retorno democrático de Raúl Alfonsín ni aquella ilusión del menemismo, sino que sean cambios reales que nos permitan alcanzar los niveles de ingreso per cápita y desarrollo que tendrían que esperarse de un país tan rico como el nuestro.

Sin embargo, para convertirnos en un país moderno y desarrollado, todavía nos queda un buen trecho por recorrer y muchos obstáculos, entre ellos una inequidad endémica que crea enormes tensiones sociales, una política internacional en la que la Argentina se alía a perdedores como Venezuela y se aleja de países exitosos como los europeos, y una seria falta de innovación e inversión en infraestructura necesaria. Pero voy a dejar esos factores de lado y pretendo enfocarme en uno que no se menciona tan frecuentemente pero que creo que es uno de los obstáculos más grandes que enfrentamos. Se trata de un problema que no es único de los argentinos, claro, pero que sí es típicamente nuestro. Algunos lo llaman falta de transparencia, otros corrupción, pero creo que es mejor ir al grano y llamarlo como lo que realmente es: la cultura de la mentira, una enfermedad endémica.

Mi argumento es que si los argentinos no logramos en conjunto ser menos mentirosos, más transparentes, más honestos, y, especialmente, dejamos de endiosar a los mentirosos, nunca llegaremos a crear el ambiente de confianza necesaria para que el país se desarrolle. Porque, como se ha demostrado más de una vez, existe una enorme correlación entre el nivel de honestidad de un país con el funcionamiento de sus empresas e instituciones y el crecimiento. Como prueba el trabajo de Transparencia Internacional, los países más transparentes, los más honestos, son también los más desarrollados. Y la Argentina tiene uno de los peores rankings de transparencia del mundo. Dicho de una manera, menos políticamente correcta pero más clara: conformamos una de las sociedades más mentirosas del mundo.

El problema medular del culto a la mentira en la Argentina es que está tan metido en la mentalidad nacional que, como dijera Jorge Luis Borges, «a un argentino le preocupa menos pasar por inmoral que pasar por zonzo». Es justamente esa «viveza criolla» que tanto nos caracteriza e identifica la que promueve la deshonestidad como modo de vida y nos ancla en el subdesarrollo. Mentirosos, por supuesto, hay en todo el mundo. Lo que ocurre es que los argentinos cultivan una peculiar cultura de la mentira que nos tira para abajo, lo que nos ha llevado, entre otras circunstancias, a ser uno de los países más desarrollados del mundo hace unos 80 años a convertirnos ahora en uno de los menos desarrollados, junto a otros latinoamericanos, fuera de África. Creo entonces que, en vista del rumbo positivo que comienza a recorrer nuestro país, amerita repasar los daños que aquella idiosincrasia nos ha generado. Es un intento de provocar la reflexión y la búsqueda de soluciones que permitan de una vez por todas alcanzar un crecimiento digno e igualitario basado en la honestidad.

La idiosincrasia de la viveza

Para el «Mundial de Alemania 2006», la empresa Adidas sacó una réplica exacta de la chaqueta utilizada por la Argentina en el ‘86 añadiendo en la espalda la frase «la mano de Dios». Más de un argentino -entre los que me incluyo- compró esa chaqueta para pasearla con orgullo frente a los hinchas de otros países. Y es que «la mano de Dios» se ha convertido en el momento cumbre del fútbol argentino y elemento clave de nuestra identidad. En mi caso, luego de tener que explicar varias veces a norteamericanos y europeos qué quería decir la frase estampada, comencé a sentir vergüenza y dejé de usar la camiseta. Me molestó al fin que los argentinos fuéramos famosos por una mentira. En nuestro país, «la mano de Dios» es una viveza, en el extranjero es simplemente una trampa. Porque lo cierto es que, más allá de la «argentinidad» que concita, el episodio refleja ni más menos que las miserias de nuestra idiosincrasia.

Según Julio Mafud, la viveza criolla es una actitud que contrarresta la angustia, la soledad, el aislamiento y los miedos que surgen de una sociedad desarraigada y con altos niveles de exclusión. En su esencia, el propósito que estimula al vivo es demostrar que su viveza le permite someter a los que no son tan vivos como él, y que puede sacar beneficios aun de las circunstancias más adversas. Es por esto que intenta estar siempre por encima de los demás -con los que únicamente puede establecer la relación de victimario a víctima- y que todo acto destinado a poner de manifiesto que él es un vivo estará justificado de antemano. El gol de Maradona condensa estas características. Una sociedad dolida tras la guerra de Malvinas enfrenta su angustia y sus miserias mediante el engaño. A pesar de ser reconocidos mundialmente por la calidad de nuestro fútbol, hacemos trampa para lograr a toda costa la euforia y el sentimiento pasajero de revancha, de comunidad y de superioridad. Dejamos por un momento de ser «menos» y damos vuelta la historia para ser victimarios de los ingleses. Es una creencia muy difundida. Veinte años después, y a pesar de que Maradona admitió que hizo el gol con la mano, el suyo será siempre el gol más lindo del fútbol argentino. ¿La justificación? «Ellos nos habían hecho un montón de cosas», «fue algo que salió de adentro, fue picardía». ¿El remate? «Le volvería a hacer un gol con la mano a los ingleses». Mientras que para los ingleses Maradona es un tramposo que se salió con la suya, la proeza sigue siendo para nosotros motivo de orgullo, eslógan de camisetas, estampilla de correo y mito de la identidad nacional: en 2005 Maradona fue considerado la personalidad más representativa del país.

Pero el tema que angustia es que nuestra cultura nacional está plagada de antecedentes y manifestaciones de esta idiosincrasia. En el Martín Fierro, por ejemplo, se encuentra uno de sus más populares representantes: el viejo Vizcacha, ícono literario de la cultura de la corrupción y del negociado. Frente a Martín Fierro, que representa la postura ética, el viejo Vizcacha es un símbolo del individualismo, el acomodo y la trampa. Encarna a aquél que se resigna a la realidad y se hace cómplice de ella. «Hacéte amigo del juez», aconseja, con el único objetivo de asegurarse para sí un «palenque ande ir a rascarse». En las historietas, Isidoro Cañones -personaje de Dante Quinterno-, Falluteli -de Divito- y Avivato -dibujado por Lino Palacio- son también versiones de esa «viveza criolla». Personajes que celebran la vida fácil, que prefieren vivir de los demás antes que trabajar y que adornan la mentira con simpatía para poder conseguir sus fines. En el cine y la televisión nacional reciente tampoco escasean ejemplos. En la serie «Los Simuladores», los protagonistas entienden que a veces lo legal no es justo y que entonces la mentira es una herramienta para hacer justicia. En el largometraje «Nueve Reinas» se muestran personas comunes que recurren al engaño porque la situación lo permite. En «Derecho de Familia», el protagonista -a pesar de sentir la necesidad de «parar» la cadena de silencios y mentiras frente a su padre- contrata a un amigo actor para engañar a sus alumnos. Y en «El Hijo de la Novia», justificada por la buena intención, la mentira se transforma en el mecanismo de acción. Todos lloramos cuando el buen padre logra engañar a la madre en su casamiento, porque, en realidad, una buena mentira lo justifica todo.

Estas expresiones son, lamentablemente, reflejo de la vida cotidiana. Pero no debemos engañarnos y pensar que la viveza es un defecto de unos pocos. Porque, como sostiene Mafud, la viveza está amparada por la complicidad de la sociedad. En otras palabras, si en la Argentina la viveza tiene valor de virtud es porque los que no son tan vivos la comparten, admiran o elogian. Otro ejemplo es el programa de televisión de Marcelo Tinelli«Show Match»-: en él, la diversión gira en torno a la burla y la falta de respeto por los demás y, sin embargo, el éxito es contundente. Es uno de los programas líderes del rating de la TV argentina y, bajo distintos nombres, se mantiene en el aire desde 1992 con el mismo formato: la celebración compartida de la «viveza criolla». También «Caiga quien Caiga» consiste en celebrar el humor del engaño y el formato que trató de ser exportado tuvo un éxito relativo, porque aunque a la gente de todo el mundo le pueda causar gracia una buena trampa, sólo los argentinos parecemos tener una paciencia eterna para programas, películas, e historias basadas en el engaño.

De tal palo, tal astilla

De esa fuente idiosincrática, surgen los líderes y partidos políticos que tenemos. Aunque reneguemos de ellos, son la fiel representación de que en la Argentina está autorizada cualquier maniobra «astuta» o «pícara» a fin de conseguir satisfacer los intereses individuales. Nuestra vida política está llena de casos que ilustran este comportamiento y advierten sobre sus consecuencias en la sociedad. Un primer ejemplo es la omisión de la verdad o la mentira descarada que los líderes cometen ante los ciudadanos, ya sea a través de los discursos políticos o por el manejo de la publicidad e información estatal. Según un estudio realizado por la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y el Instituto Open Society (IOP), existe en nuestro país una cultura enquistada de abuso persistente por parte de los funcionarios públicos respecto a la manipulación de la distribución de publicidad en función de objetivos políticos y personales. Los gobiernos utilizan sus recursos de publicidad como «garrotes» o «zanahorias» financieras, según los casos, para llevar a la quiebra a una publicación molesta o influir sobre su contenido. De vuelta: esto no ocurre sólo en la Argentina, pero ocurre mucho más y goza de impunidad mientras que en otros países más desarrollados tales actividades son menos frecuentes y son sancionadas de una u otra manera.

A nivel nacional, incluso, «los funcionarios de alto rango habitualmente hacen objeto de presión e intimidación inaceptables a los propietarios de medios, editores, e incluso a periodistas individuales para que morigeren las críticas al gobierno o para que se manipule la cobertura de noticias a su satisfacción». Esta triste realidad ha sido puesta en cifras por Poder Ciudadano: durante el 2005, a pesar del presupuesto asignado de 88 millones de pesos, el Poder Ejecutivo nacional gastó más de 127 millones de pesos en publicidad sin presentar ningún criterio objetivo respecto a su distribución.

Otro claro caso de la viveza política nacional es la manipulación de las instituciones democráticas por parte de los políticos argentinos. En los últimos veinte años, hemos realizado 38 reformas electorales y 32 reformas constitucionales a nivel provincial; hemos manipulado la Justicia a través de la composición de las Cortes, el debilitamiento del poder de los jueces y el retaceo presupuestario; y hemos provocado innumerables cambios y acomodos en las organizaciones públicas. El daño causado por este tipo de manipulaciones es difícil de cuantificar, pero quizás otro ejemplo muy reciente sea todavía más ilustrador. En estos meses, el kirchnerismo hizo una «jugada política» en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), un organismo estatal independiente del gobierno supuestamente generador de informes y estadísticas veraces. El Presidente designó una nueva directora en el Área de Precios y modificó la metodología de análisis de la institución. Mientras que el Gobierno dice que la decisión se debe a la escasa confiabilidad de la información y los intereses corporativos del INDEC, sus funcionarios y directivos sostienen que el objetivo del Gobierno es la mera manipulación de los índices de inflación y, en consecuencia, el valor de la canasta básica y los niveles de pobreza e indigencia (indicadores fundamentales para el cumplimento de los compromisos de deuda, el otorgamiento de nuevos préstamos y la eficiencia de las políticas sociales).

Este desfachatado intento para promover la mentira corresponde a una larga historia de gobiernos nacionales de interferir en los órganos estatales y manipularlos para justificar su gestión y garantizar su futuro político. Es cierto que hay condicionantes estructurales y vicios del propio sistema que promueven estas tendencias políticas en nuestro país. Pero lo que me interesa mostrar es que, en nuestra idiosincrasia, la mentira es siempre una estrategia posible, aunque esto repercuta negativamente en el conjunto de la sociedad a través de la desmoralización del pueblo, el desprestigio de las instituciones democráticas de gobierno y la evaluación negativa del mercado y del sistema político argentino a nivel internacional.

Las consecuencias sociales

Como dijo Arturo Jauretche, los vivos «somos inteligentes para las cosas de corto alcance, pequeñas, individuales, y no cuando se trata de las cosas de todos, las comunes, las que hacen a la colectividad». Esto trae aparejadas gravísimas consecuencias para la sociedad: cuando se practica colectivamente, la «viveza criolla» genera amnesia, anomia y corrupción, en un círculo vicioso que es muy difícil de cortar. Enraizada en esa «viveza criolla», la sociedad argentina es la sociedad más individualista de América Latina. Esto genera, entre otras cosas, una grave tendencia a la amnesia política. Es cierto que cuando se descubren mentiras en la Argentina -o al menos algunas mentiras- se genera una gran alarma en la población. Pero la alarma tiende a ser pasajera, una conciencia esporádica que lejos de buscar soluciones de raíz y producir cambios significativos, actúa como una catarsis colectiva que una vez finalizada abre paso a la resignación (sí, aquella del viejo Vizcacha) y permite a todos volver sin culpa a la rutina del individualismo.

En el 2001, por ejemplo, tras la fuga masiva de capitales y la congelación de los depósitos bancarios, la ciudadanía no sólo se expresó con un alto índice de abstención electoral y el llamado «voto bronca», sino que la inconformidad llevó a una crisis social generalizada que provocó la renuncia del Presidente. Y al coro de «que se vayan todos» se organizaron cacerolazos y asambleas barriales, surgieron nuevos representantes y actores políticos y se colocó la «reforma política» como una prioridad de la agenda. Sin embargo, una vez aliviadas las tensiones, la reforma política quedó en el olvido y no sólo no se fue nadie sino que se quedaron todos, aun los peores. Ejemplos parecidos son, entre otros, los de Cabezas, las inundaciones de Santa Fe, la desnutrición en el Norte, todos casos de gran cobertura mediática en un momento y rápido olvido en el siguiente. Cuando descubre la mentira, el país vive episodios de horror y súbito descubrimiento de la realidad. Entonces se refuerzan los lazos comunitarios y se rearma la comunidad. Pero la autocrítica y el esfuerzo colectivo pasan tan rápido como aparecen nuevos personajes en «Bailando por un Sueño», se crean nuevos subsidios estatales o la Argentina gana algún campeonato. La cultura de la «viveza criolla» no impide descubrir la mentira, su efecto es aún más nocivo: permite olvidarla.

Practicada en gran escala, esa viveza también produce anomia, en el sentido de la omisión, alteración o reemplazo generalizado de las normas de acuerdo a la conveniencia individual. Esto genera un orden social e institucional que no es respetado ni por los ciudadanos ni por los dirigentes, y en el cual es Estado es incapaz de imponer su autoridad. Tanto es así que de acuerdo a un estudio realizado en 2005 por TNS-Gallup para La Nación, los argentinos opinamos que somos individualistas (72%), no respetamos la ley (77%) y que valoramos los caminos fáciles (73%). Y, según los datos de la Encuesta de Cultura Constitucional, encargada por la Asociación Argentina de Derecho Constitucional (AADC) e IDEA Internacional, el 41% de los argentinos piensa que hay momentos en que es necesario desobedecer la ley, el 38% sostiene que si cree que tiene razón está dispuesto a ir en contra de lo que manda la ley y el 23% que no está dispuesto a obedecer una decisión que no le gusta aunque esta haya sido adoptada por la mayoría.

Una consecuencia directa de esta anomia social es la corrupción en todas sus formas: prebendas, apropiación directa de fondos públicos, clientelismo, mala asignación de los recursos estatales o beneficio de los funcionarios sobre el interés público. Según el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, la Argentina está entre las naciones más corruptas del planeta. No sólo somos más corruptos que los latinos europeos sino que nos encontramos por debajo del promedio del continente americano (3,8 puntos), donde, por ejemplo, países como Colombia y Perú resultaron ser más transparentes que nosotros. Lo cierto es que en los últimos años, el país ha soportado más de un escándalo por corrupción. Por mencionar algunos: el contrabando de armas, la estafa del oro, el lavado de dinero, el caso IBM- Banco Nación, los contratos de los DNI de Siemens, las coimas del Senado o el contrato de Hidrovía por la concesión del peaje del dragado y balizamiento del Río de la Plata. Entre otros.

Claro, como advierte la ONG Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica (CIPCE), debemos reconocer que «detrás de cada funcionario corrupto hay un empresario que corrompe». Tal es así que, según su base de datos, el perjuicio atribuido al Banco Velox alcanzó los 2.000 millones de dólares y el Banco de Italia está involucrado en una causa por un fraude de 744 millones de dólares. Al Banco Alas se le atribuye un perjuicio de 140 millones de dólares, y están denunciados el Citibank, Multicrédito y el Banco Mercurio. Enrique Piana todavía carga con la causa de la mafia del oro, con 19 millones de dólares en juego. Y Ciccone Calcográfica está acusada por un fraude de 72 millones de dólares y asociación ilícita.

La «viveza criolla» es mentirosa, y practicada a gran escala es corrupta, viciosa e ineficiente. Es por esto que Carlos Nino (Un país al margen de la ley, 1992) se refirió a la anomia argentina como una anomia «boba», en la que todos violamos la ley hasta tal punto que, por hacerlo, nadie obtiene ventajas sobre otros y todo se transforma en pérdidas. La trampa generalizada solo trae desorden, pérdida de recursos, tiempo y de energía. Y es por esto, en gran medida, que seguimos atados a la inestabilidad social, política y económica: la viveza criolla y su mentira nos anclan en el subdesarrollo.

El papelón internacional

Vale la pena mencionar que nuestra idiosincrasia no sólo nos trae problemas internos -los que ya son suficientemente graves si los medimos en términos de pobreza o desigualdad, por ejemplo- sino que nos provoca incómodos roces internacionales. Hay anécdotas «menores», como las de los nuestros turistas argentinos. Como todos sabemos, hemos amasado mala fama mediante infinitas avivadas de poca monta, como robar los ceniceros del restaurante, quedarse con los cubiertos del avión o las toallas de los hoteles y «pinchar» teléfonos. Pero hay también momentos más álgidos y muy negativos en nuestras relaciones exteriores. Quizás el episodio más ilustrativo sea la suspensión de pago de la deuda externa anunciada en el 2001 por el entonces presidente interino Adolfo Rodríguez Saá, recibida por muchos con algarabía. No sólo estafamos entonces a nuestros propios tomadores de bonos y a los ahorristas perjudicados luego por la pesificación, sino que mentimos y robamos a miles de ahorristas e inversores extranjeros. Tras el «default» y la consecuente reestructuración de la deuda todos -inversores locales y extranjeros, ahorristas individuales, empresas y futuros jubilados- perdieron el 75% del capital invertido en bonos del Estado nacional.

Un retrato más actual es el conflicto de las papeleras. Tal como sostiene Eduardo Montes-Bradley en su documental «No a los Papelones», este problema tiene su origen en las mentiras con raíces en la idiosincrasia argentina. La causa del problema es «la paranoia de los argentinos con esa sensación de que nos quieren saquear», porque «si no son los yanquis que se quieren robar el agua, son los judíos que se quieren robar la Patagonia o los brasileños las Cataratas o los chilenos la Cordillera». Coincido con Montes-Bradley cuando dice que para los argentinos «siempre es el otro». Como con el gol de Maradona, nuestras avivadas necesitan de un victimario. Por eso acusamos a los uruguayos con argumentos pseudo-ambientalistas o explicamos la estafa de los bonos culpando de usureros a los ahorristas e inversores. Nos excusamos con una mentira que nos permite evitar nuestra responsabilidad y continuar con nuestra viveza boba. Lamentablemente, olvidamos que no estamos solos en el mundo y que hay pueblos (e inversores) que sí tienen memoria.

Hacia el 2007…

En tanto promueve la deshonestidad, la «viveza criolla» ha dejado de ser una costumbre ocasional argentina para convertirse en un grave defecto moral y cultural que ha corroído nuestros parámetros éticos y ha instalado una tragedia en nuestra sociedad. Mentimos porque nos creemos vivos y no nos damos cuenta de nuestra torpeza. Es así que estamos atrapados en un callejón sin salida: queremos un gobierno democrático, pero no estamos dispuestos a comportamos como demócratas para alcanzar sus beneficios. Queremos ser un país rico, pero no respetamos la legalidad que esto requiere. Demandamos estabilidad institucional y transparencia política, pero no somos capaces de asumir individualmente estos valores. Queremos ser Martín Fierro pero nos comportamos como el viejo Vizcacha. En esa indecisión, la mentira sigue rondando y devastando nuestra riqueza y nuestras posibilidades de un futuro digno. Mientras sigamos festejando el gol de Maradona, continuaremos acusando de naïves y perdedores a quienes eligen el camino de la honestidad. Mientras sigamos estafando con mentiras, continuaremos alimentando la desmoralización de quienes quieren hacer las cosas con decencia y están dispuestos a esforzarse para lograr el progreso de sus familias y del país.

Estamos sufriendo las consecuencias de nuestras propias mentiras y las de nuestro autoengaño. Es cierto, Argentina vale oro, pero está cubierta de barro. Para que brille, para mostrarla al mundo y ser «más», debemos arremangarnos todos y limpiar este enchastre que hemos hecho juntos. Es hora de que dejemos de acusarnos mutuamente, de buscar víctimas o espectadores de nuestras acciones. Debemos comenzar a pensar en plural y a hacernos responsables de nuestro propio desarrollo.

Ojalá las nuevas elecciones reflejen la voluntad de cambio y elijamos no a una persona a quien podamos luego culpar de nuestras desgracias sino a nosotros mismos como hacedores y beneficiarios de un nuevo proyecto de gobierno y democracia.

Con la colaboración de Maria Frick

Sigue a Martin Varsavsky en Twitter: twitter.com/martinvars

Sin Comentarios

j0an en junio 15, 2007  · 

ufff muy largo para mis ojos contra la pantalla..

cuando compre la revista lo leo y te comento 😛

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Rubén en junio 15, 2007  · 

Excelente post Martín. Tenés una impresionante capacidad de análisis.
Mis felicitaciones.

Rubén

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Galleguayo en junio 15, 2007  · 

Magistral.

Gracias por el artículo…

Como uruguayo siempre digo que los argentinos tienen una riqueza, que es su espíritu combativo y esa rebeldía necesaria para sobreponerse a las adversidades… somos pueblos hermanos, somos muy parecidos y sabemos de lo que estás hablando (a nosotros nos toca también la viveza criolla, que la aceptamos como herencia de ser un País de hijos y nietos de emigrantes).

La «viveza» la entendimos como un arma para sobrevivir y combatir las adversidades que se le presentaban a los nuevos uruguayos recién bajados de los barcos, lamentablemente en los últimos años se ha desvirtuado y algunos la utilizaron para llenarse los bolsillos, robando a la gente.

Y aunque ahora andemos medio peleados (bloqueados), sabemos que en el fondo, este lío de las papeleras nada tiene que ver con la gente, ni siquiera con el tema ambiental… solo es cuestión de coimas y de aflorar sentimientos nacionales para lograr reelecciones. Es decir, la nueva versión de la «viveza» criolla, que te contaba antes.

Nuevamente te doy las gracias a tí, y a todos los argentinos que actúan con razón y corazón…

Unha aperta.

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Gustavo en junio 15, 2007  · 

Que duro Martin, que duro pero es verdad.
Me fui de BsAs porque no aguantaba esta forma de ser, porque sabia que fuera tenian que hacerse las cosas de forma mas seria.
Me da muchisima pena volver a leer que estamos igual, mi familia sigue alla, en ese quilombo y espiral de locura colectiva del que nadie es capaz de salir.

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Cristian en junio 15, 2007  · 

Me parece que ya esta muy gastada la analogia de comparar a la sociedad argentina con «la mano de Dios». Por otro lado, el gol mas lindo es el segundo de Maradona en ese partido, y no el que hizo con la mano.

Y otra cosa mas! Esa replica de la campera que uso la Argentina en el mundial ’86 es media «trucha» puesto que no era estan empresa la que vestia a la seleccion albiceleste en esa epoca, sino la francesa Le cop Sportif.

Saludos!

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Federico en junio 15, 2007  · 

Hola Martín, hace más de un año que leo tus posts, pero este me ha cautivado mucho. No tengo más que decir que las consecuencias de nuestra «viveza criolla» ya tan mundialmente reconocidas han hecho que hace tres meses tuviera que emigrar a España, un país del cual dijiste más de una vez, «La Argentina que me hubiera gustado tener».

(Y ya que estamos en esto, otra vez estamos sin gas allí me está diciendo mi madre vía MSN, y mi padre es remisero.)

Seguí así Martin, sin dudas desde afuera estás haciendo y has hecho mucho por los argentinos. ( educ.ar, un dolar por estudiante )

Saludos!!!

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Carlos Paredes Leví en junio 16, 2007  · 

Todo eso explica porque, nada más llegar a España, el argentino viene a la defensiva, con la paranoia de que todo el mundo le va a engañar…
Por suerte, no dura mucho.

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MMMQQL en junio 16, 2007  · 

Martín, la verdad que es muy descriptivo de la sociedad argentina. Podés hacer que los nombres de las personas que comentan se vean en negrita o de otro color porque es muy dificil seguir los comentarios

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Anibal en junio 16, 2007  · 

Impresionante!
Cuanta verdad y cuanta impotencia me hace sentir esto. La verdad, que lamentablemente como dices, la mentira y el engaño está tan enquistado en la sociedad nuestra, que cada día tengo menos esperanzas de que esto cambie, sin embargo no por ello cada uno desde su pequeño espacio no debe dejar de intentar que las cosas cambien, tal vez algún día mi hijo pueda ver ese cambio. Esperemos que así sea ….

saludos y muy buena nota!!!

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maría en junio 16, 2007  · 

En esta nota vi reflejada todos mis sentimientos de frustración durante los 35 años que viví en Argentina… intentamos con mi marido muchas veces salir adelante económicamente con inicitivas propias, pero bueno, somos honestos y nunca lo logramos…
Hace 3 años que vivo en España y puedo sentir cómo su gente es «buena por naturaleza» (como dice la nota, habrán tramposos, mentirosos, estafadores… pero no son la mayoría)
Y vuelvo a sentir lo que mi papá siempre me decía de chiquita y yo no entendía en esos momentos «los argentinos no tienen memoria»
Opino igual que Gustavo y cuando se tiene la oportunidad de salir «del ombligo del mundo» , se pueden comparar otros estilos de vida y hoy puedo decir que la decisión de irnos fue la correcta, por nosotros y por nuestros hijos…

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Mario Berman en junio 16, 2007  · 

El post realmente es muy objetivo. Creo que podríamos agregar miles y liles de ejemplos que ayudarían a seguir anestesiando a la masa para ver sin ver lo que hay detrás del arbol. (yo robo para la corona dijo un flor de hdp que todavía sigue pululando por los pasillos).

Si se pudiera independizar al poder judicial del gobierno de turno y que se haga justicia como corresponde sobre los responsables caiga quien caiga, creo que sería un buen comienzo para comenzar a sanear un poco la conducta de los funcionarios que son en definitiva quienes caen en la tentación y son quienes habilitan los grandes negociados. Si una empresa fuera «detectada» coimeando y por ello quedara impedida de continuar con esa actividad comercial por un «equis» tiempo amén de que sus directivos tuvieran que cumplir con una fuerte pena de carcel NO VIP, la corruptela generalizada se frenaría de un día para el otro. Las soluciones están a la vista pero nadie toma la posta porque aparentemente están todos metidos dentro del mismo juego.

Me encantaría verlo a Menem justificando de donde sacó la fortuna que tiene hoy cuando antes de su primera campaña electoral para gobernador de La Rioja tenía que vivir en un departamento prestado porque no tenía donde caerse muerto, o luego del golpe militar, que fue a parar a Mar del Plata a vivir en casa de una amiga que le daba una pieza para dormir.
Hay muchas cosas sin explicar en una sociedad que prefiere mirar para otro lado o meter la cabeza en un agujero como el ñandú.

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Claudia en junio 16, 2007  · 

Como dice el Gualeguayo – Magistral, Gracias por este artículo-

Un fuerte abrazo!

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Jose Cebrian en junio 16, 2007  · 

Tranquilo, que aquí en España también nos gusta «jugar con la verdad». Conoces el refrán: «el hambre agudiza el ingenio» verdad? La necesidad hace que hagamos cosas…. Y en qué parte del mundo no es así? Algo intrínseco al ser humano.

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Leonardo en junio 16, 2007  · 

Martín,

Estoy de acuerdo con vos en un 99% de todo lo que decís de este asunto. Sobretodo por que me he sentido más de una vez un honesto en un mar de «vivos».

El 1% en que difiero, aunque no sé si ese porcentaje arbitrario cabe, es sobre tu clasificación de países «exitosos» y «perdedores»? Aquí creo que se esconde un preconcepto algo peligroso, una forma de ver el mundo que según veo no se condice con la realidad: ¿España es un país exitoso? ¿Lo es solamente por actitudes de sus gobernantes, de su pueblo, o es que están pegados a la unión europea? ¿Acaso los fondos de cohesión no cuentan? ¿Qué hubiera sido de España sin la Unión Europea?

¿Argentina no se desarrollaría si recibiera semejante ayuda de la UE, pese a su cultura de la mentira? ¿Acaso el robo astronómico de la deuda externa argentina no tuvo complices extrangeros, si bien los principales culpables son argentinos? ¿La tangentópoli italiana, no es un caso similar? Y con lo mal que pueda estar Italia ahora, sigue siendo Europa, y tiene un piso muy alto donde caer.

Comparto con vos la idea de desterrar la mentira y la «viveza», pero no podemos pasar por alto que hay poderes «superiores» que deciden el rol que tendrá la Argentina en el mundo y será muy difícil salir de ese arnés.
Concedo sin embargo que ese es el desafío y que no queda otra que tomarlo, y que la cultura de la mentira no nos ayudará en lo más minimo.

Saludos desde Argentina.

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Gustavo Rodriguez en junio 16, 2007  · 

Muy buen artículo Martín, lamentablemente siento exactamente lo mismo que vos respecto de la viveza criolla, pero trato en cada uno de mis actos de poner mi granito de arena para cambiarlo!
Seguramente vas a recibir muchas críticas por el artículo, pero te puedo asegurar que no somos pocos los argentinos que nos avergonzamos por esta conducta.
Con tu permiso, voy a referenciar el artículo en mi blog.

Salu2!

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Patitofe0 en junio 16, 2007  · 

Ayer pensé: con esta fuente tan pequeñita, creo que no voy a leer los comentarios largos o me quedaré ciega.
Pero el artículo me fue cautivando y llegue al final casi sin darme cuenta.
Es que es “Magistral” porque has tocado en él un elemento que tiene que ver con lo Sagrado: La Verdad.
Pero este mensaje no sólo es aplicable a la Argentina, ¡NO! Es tan profundo y sagrado que se hace necesariamente Universal. Aplicable a una persona, a una familia, a un padre, a un hijo, a una esposa, a una familia, a un empleado a un jefe, a una empresa, a un gobernante, a una región, a un país, a un continente, a un planeta…
Si lo vemos de esta manera, y lo llevamos cada cual a nuestro universo particular, estaríamos hablando de la suma que conduce al Mundo Perfecto. Y no es una utopía: ¡Es posible!
De verdad, hermoso Martín.

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Mario Dehter en junio 16, 2007  · 

Hay cosas que gustan ser escuchadas y cosas que se necesitan saber (aún cuando no gusten que se digan). Vientos del sur traen voces sobre la crónica mentira argentina de (todos) los argentinos… pero los desprevenidos podrían dejarse tapar el sol por una moneda de 5 céntimos. Todo depende quien sostenga y donde coloque la moneda entre el sol y quien lo mira.

En general la actitud frente a las mentiras son siempre tres: 1) lealtad, o el silencio de «dejarla pasar» porque a mi también me conviene, 2) la voz, o la denuncia tolerando los peligros de ser sancionado por «los leales» y 3) la salida, como mi caso… como el de tantos, incluso el Sr. Varsavsky, que optamos por irnos del país que nos ha mentido y al que también todos nosotros hemos mentido.

Mi reflexión en torno de «Miento Porque Soy Vivo» es que nadie debe dejarse tapar el sol por 5 céntimos y nadie tendría que arrogarse la libertad de seguir mintiendo (aún cuando se trate por omisión o mála memoria) diciendo lo que se quiere oír, pero silenciando lo que se necesita saber.

Cordiales saludos,

Mario Dehter
http://www.educactiva.eu

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Mario Diaz Laguardia en junio 16, 2007  · 

Estoy totalmente de acuerdo contigo en que no sólo ocurre en Argentina. Mientras leía me vinieron muchos ejemplos similares de Cuba.
Varios antropólogos y sociólogos han escrito sobre «la viveza» de los cubanos. Quizás valdría la pena hacer un estudio con una visión más «globlal» para descubrir claves que quizás otros investigadores estén pasando por alto.

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Martin Revert en junio 17, 2007  · 

Excelente artículo. Quizá me hubiera gustado que mencionaras que no sólo existen casos resonantes de corrupción-coima-Estado, sino que también las empresas privadas, principalmete con casas matrices en el exterior son virtualmente obligadas a consumir tecnologías y procesos de negocio que no se adaptan regionalmente a las necesidades del mercado.
¿Porqué?. Porque saben que culturalmente en las capas de CEO’s & CIO’s argentinos tiene aliados dispuestos a llevarse su tajada.
Es impresionante la corrupción privada en áreas IT, en donde estas compañías ubican a «expertos» que lo único que ofician es de agentes comerciales para ubicar productos patrocinados por sus casas matrices.

¿Licitaciones?¿Multiplicidad de ofertas?¿Matrices de evaluación?¿expectativas de ROI?: Nada de eso, se implementa aunque no sirva, la corrupción la IT no tiene tiempo para el robo hormiga ni para estimar puntos de equilibrio.

El impacto de estas situaciones está siendo mortífero, más aún cuando las empresas privadas de Argentina con matrices extranjeras, en su mayoría, son un simple commoditie que va pasando de mano en mano de corporaciónes ineficientes y corruptas.

¿Un ejemplo?
Aerolíneas Argentinas era un monstruo que solo le daba pérdidas al Estado, la privatizaron (previas coimas corruptas) y pasó a Iberia, quienes se encargaron de acrecentar aún más la destrucción. Luego Iberia tuvo su propio destino inevitable, porque los vivos piensan a corto plazo, el inteligente no le interesa el atajo. Ahora está el grupo Marsans, otro grupo de vivos, que tiene sus buenos vivos argentinos de representantes embolsando dinero, con combustible subsidiado por mi y el resto de los argentinos, con un servicio deplorable, aeronaves escasas y alquiladas a otros vivos, canibalizadas por falta de repuestos. Alrededor de todo esto, el rumor de que un «preocupado» quiere obtener nuevamente una mayoría del Estado para «recuperar» la ex aerolínea de bandera.
En ese modelo, todos se perjudican. Sin ir más lejos ayer volé de Buenos Aires a Córdoba. Debía salir a las 12:10PM, pero a las 12:30PM nos informan un cambio de aeronave. Me quitan mi pasaje, el asiento que había elegido y me mandan a un lugar que no había elegido a una hora no deseada. Embarcamos 13:10PM. 13:30PM le pregunto a una azafata a qué hora pensaba que ibamos a salir y me respondió que no lo sabía. 13:40PM le exijo a la azafata que averigüe el horario de salida y que le comunique al resto de los pasajeros el motivo de la demora. 13:50PM vuelve la azafata y me dice que la demora es «culpa» del personal de tierra, como si de personal de otra compañía se tratase. Llego a Córdoba una hora media después de lo que debería haberlo hecho, cansado, nervioso y con hambre (Aerolíneas Argentinas ha llevado su catering a una expresión de minimalismo alímentario etíope) . ¿Que ocurrió en realidad?. Aerolíneas había cancelado el vuelo anterior, derivó todos sus pasajeros al vuelo siguiente, colocó un avión de mayor porte y continuaba demorando a los pasajeros a la espera de «pescar» algún otro pasajero que quisiera subir con destino a la 2da ciudad de Argentina. Eso es lo que la viveza criolla, con tinte de corrupción privada argento-española hace para obtener un rendimiento óptimo de su escasa flota: Tratar a sus Clientes como ovejas sin decisión, disgregar a su personal en la ignorancia para que la corrupción no se note. Pero se nota.

La corrupción en Argentina no solo pasa en entre el Estado y los privados, también ocurre en el medio privado, bajo la atenta inoperatividad de los organismos de control.

Mas vale embolsar rápido, que programar un negocio a varios años. Esa la idiosincracia del ámbito gerencial privado argentino, del cual los extranjeros están MUY al tanto y lo han sabido aprovechar.
No es paranoia, es simplemente algo que está ocurriendo en este instante y que no se corrige solo con cambio de actitud electoral.
Es mucho más profundo que eso.

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Eternauta en junio 17, 2007  · 

Martín, coincido con vos, pero:

*** Argentina ya tenía esa idiosincracia cuando hace 80 años era un país de los más desarrollados del mundo. O sea, esto no es nuevo.

*** Italia es nefasto, en el mejor de los casos igual a Argentina (yo creo que es muchísimo peor) y sin embargo es un país desarrollado (al menos el Norte).

Si bien es cierto que esa parte de la cultura argentina es detestable, también lo es que no es la única causa y probablemente ni siquiera sea la principal de la decadencia.

El tema es si la transparencia viene antes que el desarrollo o viceversa. Personalmente creo que es al revés: que el mismo desarrollo hace intolerable la falta de transparencia. Sin ir más lejos España era terriblemente más corrupta y más «a la Argentina» hace 30 años de lo que es hoy.

Gracias por tu esfuerzo, saludos, y no aflojes.

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JA en junio 17, 2007  · 

Buen Post,

Algo tengo muy claro, y es que Argentina y España NO se pueden comparar.

Hubiese sido impagable ver una Argentina en el contexto e influencia de la Unión Europea.

Salutes.

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Roberto S en junio 17, 2007  · 

Excelente. Quizás un poco largo. Viví durante 41 años en BsAs y hace 15 meses que vivo en EEUU. Soy de los que piensan que Argentina no cambia más, ni siquiera mis hijos creo que vean algo bueno, quizás mis nietos, ojalá.
Por eso hace poco más de un año decidimos aprovechar la oportunidad y acá estamos. Cuando leo lo que está pasando me dá mucha bronca por mis familiares que quedaron allá. No puedo creer como algunos siguen pensando en políticas populistas, demagógicas y con intervención del Estado en pleno siglo XXI. Siempre le echamos la culpa al de afuera, EEUU a la cabeza y ahora llegamos pelearnos con Uruguay!!! Nos hacemos los amigos del ridículo de Chavez, mientras la primera dama hace compras por la Quinta Avenida y París. La única manera de asegurarse un voto es con asistencialismo del Estado, Planes Trabajar para una generación que solo espera vivir sin mover un dedo. Estas últimas semanas ha habido desabastecimiento de leche….en la Argentina!!!!
Argentina te quiero pero no te extraño.

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Patricia Campbell en junio 17, 2007  · 

Bravo, tal cual, excelente, los chilenos conocemos bien la falta de palabra, las mentiras, las fanfarronerías, la viveza de nuestros vecinos,
estamos y estaremos siempre de pie atrás con ellos.
Buena semana, un abrazo

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MMF en junio 17, 2007  · 

Martín,

Estoy de acuerdo contigo y me pregunto si cuando tratas con algún compatriota tuyo muestras ciertas reservas que con otras personas de otros países no las tendrías.
También me pregunto cómo crees que será posible que los argentinos puedan volver a confiar en ellos mismos como pueblo, si como bien dices allí se tiene tan arraigada esa «viveza» de la que están tan orgullosos.

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Matías Gómez Iza en junio 18, 2007  · 

Martín, la viveza es la ¨inteligencia¨ para la vida de subsistencia, la INTELIGENCIA (moral+sabiduría+…) es para la vida de existencia, los argentinos somos exitistas de formación por la educación cortoplacista que imparten nuestros gobernantes desde hace años. Los que nos formamos como ¨suizos¨ no hemos podido funcionar de una manera lógica en este sistema. Para lograr sobrevivir necesitamos transformarnos aunque sea un poco en ¨argentinos¨. De todas formas los valores negativos que comentás en el artículo afortunadamente no son los que he recibido, pero escribo somos, porque también soy argentino y aquí vivo.
Un abrazo.Matías.

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Daniel Cialdella en junio 18, 2007  · 

Largo, pero cada frase es clara, directa y en forma sencilla dice algo. Pocas veces he encontrado un post con tanta informacion (justificada) en un mismo sitio, un post que resume los ultimos años de Argentina.

Le he enviado el link a unos 50 amigos para que lo disfruten/lamenten tanto como yo.

Gracias por poner en unas cuantas palabras, la explicacion/justificación de «porque ocurren las cosas».

Personalmente hace 4 años que estoy en España, salimos luego del crash del 2002 e intentaré no volver. Comparto totalmente lo que has comentado, pero creo que no es posible «limpiar» a Argentina, y la única salida es «Pistarini»… Me he cansado estando allá de tratar de vivir bien, dentro de la ley, como Dios manda, pero no es posible… A mi me fué imposible.

Tarde o temprano tenes que jugar con las reglas del juego que hay allá, que has expuesto muy bien. Yo me cansé de intentar cambiarlas.

saludos y gracias por refrescar nuestra memoria.

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pedro en junio 18, 2007  · 

Una pregunta Martín. Cuando hablas con el que llamas tu amigo, Moisés Naim, le dices de manera tan arrogante y mezquina que su país es un perdedor, o más bien conversas con él, con la necesaria objetividad y matizando que el «perdedor» es su gobierno/dictadura y no la población y el país per se?.

No comparto contigo ese optimismo filtrado que tienes por Argentina , tachando y juzgando negativamente a muchos otros paises de la región como si fueras poseedor de la verdad absoluta. Entiendo que ya estás levitando hasta el punto de creerte un estadista, pero por favor, trata de no generalizar ni seas tan superficial en temas que no conoces lo suficiete, guiandote sólo por lo que lees o te cuenta un particular. Entiendo y comparto totalmente un rechazo visceral por el pichón de dictador Hugo Chavez y su demagogia (con dinero en efectivo, que es la mayor diferencia con otros de la región, entre ellos Kirchner), pero no subestimo (para nada) la potencialidad de un país. Tal vez te deberías enfocar en criticar, además de Chavez, Correa, etc, a Kirchner que te saboteó la creación de la linea aerea, y no tratar de vender la idea de una Argentina prospera (que conozco el pais y argentinos que si matizan un poco), aunque sin lugar a dudas, si más estable y encaminada.

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Martin Varsavsky en junio 18, 2007  · 

Eternauta,

Una cosa importante de Italia. En Italia ahora mismo mucha gente se está preguntando por qué es que se ha transformado en el país que más problemas tiene de los grandes de Europa, el que menos crece, el que va de crisis en crisis, y la respuesta que sale mucho es la «furbizia» es decir la «viveza» italiana. La corrupcion

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pepecr en junio 18, 2007  · 

Los argentinos tienen mas de italianos, de napos, que de espanoles. Es la cultura de la camorra que les llego de la suela de Italia la que tienen alli. No deja de ser una casualidad que Italia sea el unico pais desarrollado del mundo con un nivel de corrupción propio de Venezuela o NIgeria, vamos la excepción que confirma la regla.

La viveza de todas formas es el grado mayor y superlativo de lo que llamamos en Espana, picaresca y yo creo que en ambos casos es la consecuencia de la reacción del pobre ante los abusos del poderoso, donde no se puede vivir sino te fuerzan a sobrevivir machando sin piedad a los otros.

En general es un problema de toda Sudamerica y Centroamerica, y un circulo vicioso del que es dificil de salir, ya que no se sale de la corrupción siendo pobre, y no se deja de ser pobre mientras se permanezca en la corrupción, esto lleva generaciones y duros aprendizajes colectivos.

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pepecrist en junio 18, 2007  · 

la viveza es en parte la unica salida que tiene el pobre ante los abusos del poderoso, con el tiempo llega a formar parte de la cultura y entonces se tarda generaciones en erradicarla, esto se consigue a base de afrontar crisis y aprendizajes correctivos colectivos, para que la gente tenga por desprestigiado lo que era prestigioso por ser parte de la cultura.

Es un tema complicado, es dificil salir de la corrupción mientras el pais sea pobre, y para dejar de ser pobre hace falta salir de la corrupción. Esta ademas el tema educacional, la población de un país pobre es fácilmente manipulable y la culpa de la situación de pobreza y crisis siempre se le echará a un enemigo exterior.

Como excepción a la guerra de menor corrupcion mas riqueza economica esta Italia, con un nivel de corrupción similar al de Venezuela o Nigeria. La causa? la historia de Italia, de miseria, emigraciones y abusos politicos sobre la población. Se tarda generaciones en salir de una cosa asi, lo mismo que en cambiar una cultura de la supervivencia y el machaque.

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PpGrande en junio 18, 2007  · 

Hablas de Argentina en comparación de España y te pregunto si no tienes el casi el mismo sentimiento entre el norte de Europa y España

el contexto es muy diferente, cierto. Pero tras estar 4-5 años estudiando/viviendo entre Alemania y Dinamarca me doy cuenta como la picaresca (termino español a lo que tu vienes a llamar viveza) es prácticamente inexistente aqui. La gente es mas clara y directa (personalmente no lo traduzco a ser mas sincera o mejor), pero no acusa tanto del pequeño engaño al prójimo

me resulto particularmente visible en la universidad, el «chivarse» o «pasarse la solución», es algo incluso mal visto en la universidades norteñas

quizas a todo esto influya la educacion que se recibe desde pequeño (nuevamente, no digo que en terminos absolutos sea mejor pues esta muy lejos de ello) y sobre todo el respeto a los organismos/autoridades.

Me llama la atención sobre todo el respeto ( e incluso amistad) a la policía, en España si ves a un policía te resguardas no valla a ser que te «calque» sin tener por que estar haciendo algo ilegal, en Alemania ni tan siquiera se inmuta la gente. es mas. Pero a su vez esto proviene del trato de la policía a la gente, recuerdo como anécdota unos carnavales en la ciudad de Dusseldorf cuando la cabalgata se retraso mas de dos o tres horas, la policía mientras, a parte de pasear procurando un orden se preocupaba de amenizar (ligeramente) a los mas pequeños. Eso en España inimaginable

El caso de los profesores viene a ser parecido, por desgracia crecí rodeado de un profesorado de «casta», profesores de mas de 50 años, que vivían en su gran chalet (estoy hablando de un pueblo de la meseta) casados con profesores e hijos de profesores, a los que se envidia (y odiaba) por su alto salario. Si a esto le sumas que haya un tanto por ciento bastante alto (en mi caso diría casi un 50%) de incompetitividad. Que respeto esperas que los niños de 10 años muestres hacia el profesorado ??

y esto me hace pensar si no es el gen Latino que nos hace actuar así. Grandes pasiones y escasa memoria…

saludos,
Pedro.

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maroto en junio 18, 2007  · 

A Pedro,

Exacto, lo has dicho clarito y breve. Yo estoy por Austria y es exacto lo que tu dices, es la cultura de esta gente el bien colectivo y el cumplimiento de las normas. Un ejemplo clarito, en los buses no hay revisor, cuando raramente pasa un inspector, los casos en lo que los he visto, todo el mundo tiene su billetito, todo el mundo excepto precisamente los que tienen pinta de inmigrantes de paises pobres, no falla. Y en todo lo demas igual.

Lo que comentas de la Policia es absolutamente cierto, la Policia no tiene una historia de represion y abuso de autoridad como en Espana, pero no solo el POlicia, el funcionario suele ser servicial y cooperante, sin el aire de perdonavidas y arrogancia que suele tener en Espana, por eso los servicios funcionan, todo el mundo cumple y se puede confiar y preveer que las cosas van a funcionar manana y pasado tambien. Esto que en Espana y demas paises latinos se confunde con cabezas cuadradas suele tener un impacto profundo sobre la felicidad de la gente, porque cómo se puede ser féliz en un país latino donde no te puedes fiar ni de tu «madre»? teniendo que desconfiar desde el tendero, taxista, jefe etc porque a la minima te enganan? donde no puedes preveer el comportamiento profesional de la gente, imaginate si eres empresario, claro por eso las inversiones van a donde van, y los paises ricos son cada vez mas ricos y los pobres mas pobres, y no por la explotacion precisamente, sino por la honestidad de cada uno.

Entiendo a los argentinos que no se quieren volver a Argentina, algo similar pasa con los espanoles que estamos en Centro y NOrte de Europa.

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marcia aldaz en junio 18, 2007  · 

Querido Martin, me gusta mucho este artículo, pero más me gusta tu actitud, que es la de frente a la posibilidad que te publiquen, plantees este tema tan profundo que padecemos. Y tambien me gusta que redactes como argentino tomando parte de nuestra identidad. Como comenté en otro post, creo que la corrupción se va enraízando en la transmisión del discurso, como por ej: «en este país no se puede vivir», «no importa que robe un poco pero que solucionen (los políticos) los problemas que tenemos», o entre la dirigencia política el que no roba es un «boludo». O ese enajenarse (sentirse no parte) en frases como: «acá no se puede vivir», » no vamos a hacer esto o lo otro porque no sabes que puede pasar». Como si hubiera un «otro» que no somos nosotros los que generan estas situaciones. Ese «otro», creo que es el argentino y «nosotros» somos los europeos, los que, no queremos saber nada con «este» país. La casa está sucia, pero resulta que la casa no es «nuestra». ¿De quíen es entonces?.¡Flor de problema de identidad!. Tenemos que empezar a curar esto. Te recomiendo que leas el Clarín del este sabado.
Bueno, lo principal entonces para mejorar nuestro funcionamiento es resolver esto. El tiempo que lleve dependerá de que los que tiene la oportunidad de llegar a la mayoría generen esta conciencia. Y desde ya la independencia de los poderes estatales.
Por otro lado, es lo principal, pero no es todo. La mayoría no descansa en estos valores. Gente buena y honesta puede salir adelante quizá con doble esfuerzo, pero se puede. Conozco muchas personas sinceras que no caen en esta «viveza Criolla». También creo que habría que capacitar a la clase política como tantas veces se dice y no se hace. En fin creo que somos muchos los que queremos que esto cambie. Marcia

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LUdR en junio 18, 2007  · 

En la Argentina el boludo no es el que roba, sino el que se dejo robar…. y esta creencia es aceptada por todos (en Argentina).

Sin embargo cuando vienen los problemas siempre son culpa de los demas… lo cual ya deriva en el autoengano.

Chamuyar, caminarle a uno, avivarse, etc… Argentina convirtio la mentira en algo patologico.

Yo creo que este post es el mas acertado a la hora de explicar que le paso a Argentina. Bravo Martin!! Ojala lo lean los pendejos en la escuela.

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Guga en junio 19, 2007  · 

Martín:
Excelente y muy doloroso para los Argentinos ,a quienes nos cuenta tanto enfrentar la pura y dura realidad.En tu nota mencionas estudios y a pensadores argentinos que vieron el problema y lo explicitaron muy bien , pero por otro lado algunas de las encuestas que citas reflejan el DOBLE DISCURSO que nos carateriza… si tuvieramos que elegir decimos que preferimos violar la ley…somos INCURABLES no porque seamos peores que otros sino porque la Mentira ya ha hecho carne en nosotros y nos engañamos a nosotros mismos…
Lo único que me me deja una ezperanza es que por alguna razón muchos de los Argentinos que se han ido (como tu caso) y viven en sistemas con valores diferentes ,pueden avanzar , sobresalir, cumplir las reglas y progresar ..sin necesidad de ser los VIVOS..¿es que entonces podemos ser diferentes???..pero aquí en Argentina como podremos salir del propio engaño si no lo reconocemos y en todo caso le echamos la culpa a los otros???
Y si todo esto es verdad …no entiendo como podés creer que esta vez no vamos a terminar igual que en los fracasoso anteriores de nuestra historia democrática…si no hemos cambiado nada…sólo el tipo de cambio..y el nombre de los LADRONES…pero nada más…
Abrazo …y seguí comentando estos temas que nos ayudan a pensar diferente sobre nostros mismos…

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Tere Marin en junio 19, 2007  · 

Hola:
A este artículo de Martín Varsavsky con el que se puede estar de acuerdo en el todo o en las partes quisiera añadir uno de Javier Ortiz ,analista político y dice así:
«A juzgar por lo que se viene avanzando –y en consonancia con lo que era de temer–, se nos avecina una semana entera de loor y gloria a «nuestra ejemplar Transición». 30 años de las primeras elecciones democráticas. 30 años capicúas: en las del 15 de junio de 1977 también hubo partidos a los que no se les permitió presentar abiertamente sus candidaturas, lo que les obligó a disfrazarse de lo que pudieron.

Es bien conocida la cínica afirmación de Paul Joseph Goebbels: «Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad». Buena parte de las supuestas verdades de la Transición española, que la mayoría de los españoles toma por evidencias, no son sino mentiras repetidas hasta la saciedad.

Me referiré hoy sólo a tres.

Primera mentira: se da por hecho que en España se instauró la democracia porque el pueblo español decidió poner fin a la dictadura. Lo cierto es que el paso del sistema franquista al régimen parlamentario fue una decisión largamente madurada por las potencias occidentales, que necesitaban integrar plenamente a España en sus estructuras políticas, económicas y militares, lo cual exigía la homologación de su sistema político. Estudiaron cómo hacerlo por una vía que excluyera cualquier veleidad izquierdista, y se emplearon a fondo para lograrlo. Se volcaron en el respaldo político y en el apoyo económico a quienes podían materializar sus designios, y lo lograron. Son hechos que hoy están ya sobradamente documentados. En todo caso, sólo una exigua minoría del pueblo español estaba por aquel entonces dispuesta a movilizarse en pro de la democracia.

Segunda mentira: se da por hecho que, si triunfó la reforma del régimen franquista y no la ruptura, fue porque no había condiciones para proceder a la instauración ex novo de un Estado genuinamente democrático. En realidad, la ruptura fue imposible, ya para empezar, porque quienes hubieran debido promoverla renunciaron a ello. Los dirigentes de las dos fuerzas principales de la oposición democrática (el PSOE, fuerte por sus apoyos internacionales, y el PCE, por su arraigo militante) pusieron todo su empeño en acceder cuanto antes a la legalidad, como condición para aspirar a integrarse en los ámbitos del poder. Para poder lo primero que se precisa es querer, y ellos ni lo intentaron.

Tercera mentira, no menos tópica: «el Rey fue el motor del cambio». Muy al contrario, el Rey fue una pieza clave para asegurar la continuidad reformada de buena parte de las estructuras del franquismo. En rigor, el Rey fue el freno del cambio. La Monarquía reinstaurada conforme a los planes de Franco ayudó a impedir que el cambio fuera más lejos de lo que convenía a las oligarquías locales y foráneas.

Pero da igual. Volverán a decir lo de siempre por enésima vez, con lo que las viejas mentiras se volverán todavía más verdad.

Javier Ortiz es un reconocido analista político español, que colabora con diversos medios de comunicación, además de tener página web propia.»

Saludos de una española en Argentina…………Tere Marin

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Iñigo en junio 19, 2007  · 

Martin, a quién votarías en las elecciones a Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires? Quién te parece que representa el cambio que vos decis?
Saludos,
Iñigo

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Martin Varsavsky en junio 19, 2007  · 

PpGrande,

La diferencia de producto bruto entre Argentina y España y la de España y Dinamarca es parecida.

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marot en junio 19, 2007  · 

c Otra de las cosas, es a lo que se denomina engano en estos paises del norte de Europa, es por ejemplo el decir que se va a hacer una cosa en un plazo determinado y no se haga, eso se tiene por engano y suele conllevar la protesta airada del perjudicado y el desprestigio del incumplidor.

Esto en los paises latinos, incluida Espana, se tiene por algo absolutamente normal, donde uno ya se acostumbra a que la gente diga las cosas para quedar bien, quitarse el muerto de encima o lo que sea, pero cumplir con la obligacion contraida en el plazo estipulado, muy raro.

La impuntualidad se tiene por otra forma de engano, y esto ya es norma cultura en todos los paises latinos, pasar del reloj, y llegar media horita tarde a la cita, es la norma no escrita.

La otra es el incumplimiento sistematico y con placer de las normas, el espanol en comparacion con los de estos paises es practicamente un delincuente, ya no hablo del argentino que eso ya no se puede definir, y es una de las cosas donde se nota mas fuertemente el impacto, el choque de culturas. Cuando por aqui se pone un decreto o norma en una pared o ascensor es para cumplirlo no para que quede bien o cubrir hipocritamente un mandato administrativo.

UN caso ejemplar, en Austria se ha lanzado una norma de tráfico que obliga a todos los autos a llevar las luces encendidas de dia, se ha comprobado cientificamente que eso reduce en un porcentaje significativo los accidentes de tráfico, pues bien uno ve todos los coches sin excepcion con la luz encendida, no falla ni uno. Se imaginan una cosa asi en Espana? pues eso para lo bueno y para lo malo, estos tios, los del norte de Europa son extraterrestres en comparacion con los espanoles, italianos y demás, europeos somos de nombre, pero las diferencias culturales son gigantescas, podria estar contando anecdotas y descripciones para cubrir una enciclopedia, nada, solo se necesita vivir en estos paises para darse cuenta.

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alex en junio 20, 2007  · 

Martín hoy en Clarín aparece una nota sobre argentinos emigrados que ayudan al país desde fuera, y te nombran por tu aporte con educ.ar. La nota trata sobre una convocatoria para premiar a un/a argentino/a que de algún modo y de forma altruista colabore con el país desde la distancia.

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Sergio Zimerman en junio 20, 2007  · 

Hola Martin,

te voy a contar otra historia deportiva protagonizada por un argentino:

El mundo siempre recordará a Roberto De Vicenzo por lo que perdió, no por lo que ganó, debido al descuido que protagonizó en la edición de 1968 del Masters de Augusta, firmando una tarjeta incorrecta que incluía un par y no un birdie, como había realizado la tarde del domingo en el hoyo 17. Su frase no fue menos inmortal: «Que tonto soy». Segun De Vicenzo esta actitud le valieron el respeto y el reconocimiento mundial.

Enfrentando el éxito y la catástrofe, y tratando a estas dos circunstancias de la misma manera, inspiraron al escritor golfistíco Peter Dobereiner a usar la frase de Rudyard Kipling para referise a De Vicenzo. En palabras de Dobereiner, «Para todos, De Vicenzo es un hombre gigantesco, porque enfrentó al más grande triunfo y la más devastadora derrota que el juego del golf puede ofrecer». La Federación de Golf de los Estados Unidos y la Asociación de Escritores de Golf coincidieron, otorgando a Roberto De Vicenzo los premios Bob Jones y William Richardson, respectivamente, en 1970.

Lo que lo hizo perder fue el increíble error de su compañero de juego, Tommy Aaron y el hecho que De Vincenzo firmó, en lo que fue catalogada como una de las vueltas de golf más impresionantes en un campeonato major. Hizó solo 65 golpes en Augusta National ese dia, incluyendo un bogey en el 18, en el día de su 45 cumpleaños. Sus 31 en los primeros nueve hoyos comenzaron con un aguila 2 en el primer hoyo, y empataron el record del campo. Hubiesen sido buenos para empatar a Bobby Goalby y tener que definir en un desempate, que en caso de haberlo ganado, le hubieran dado al gran golfista argentino Roberto De Vicenzo los títulos del British Open y el Masters en el mismo año.

yo creo que Maradona y De Vicenzo son dos caras de una misma moneda y si bien coincido con vos en el alto grado de corrupcion y de ¨viveza¨ que tenemos y alimentamos día a día, como siempre y en esto tambien creo que hay dos Argentinas ojala la que triunfe sea la de De Vicenzo, finalmente y desde esta otra optica seria bueno un post sobre la honestidad y el afan de lucha y superacion de algunos argentinos como escribiste este sobre la lo mas miserable de algunos de nuestros coterraneos.

P.D. tome parte del texto de esta pagina: http://www.basegolf.com

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Alexis en junio 21, 2007  · 

Un pequeño apunte: ¿estamos hablando de la viveza criolla ‘argentina’ o ‘porteña? Porque cuando voy a ciudades del ‘interior’ del país, la sensacìón que tengo es que la gente se parece mucho más a la española que a la de Buenos Aires. Creo que no habría que generalizar tanto una patología geográfica en un pais tan extenso y diverso.

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Martin Varsavsky en junio 22, 2007  · 

Bueno Alexis,

Se ve que pensamos diferente sobre muchos gobernadores argentinos y sus colegas…

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Alexis en junio 22, 2007  · 

Claro, yo me refería al ‘ciudadano de a pie’ y no a los caudillos que gobiernan las provincias. Y esto que dije lo noto en el trato diario, en la calle, en las paradas de colectivos, en los negocios, en los taxistas. Un saludo

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María Teresa en julio 6, 2007  · 

Un horror.

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ANA en julio 19, 2007  · 

En realidad Martín en Argentina no se si somos mentirosos o precursores.
Me parece que el»macaneo»como vulgarmente lo llamamos acá ha invadido al mundo.Es quizás propio de momentos difìciles.Tu eres muy joven pero, después de la guerra venìan muchos italianos que se decìan INGENIERI y no habìan entrado en las universidades.Yo recuerdo que eso molestaba un poco a nuestra seria sociedad intelectual de ese entonses.
Recuerdo que cuando era estudiante-en la época en que todavìa enseñaban tipos como tupadre-nuestras universidades eran muy buenas .Mucha gente fracasaba y se
iba al extranjero,de allì venìan con master.
Decìan ,por lo menos cuando yo fuí a visitar unos parientes en Usa ,que las universidades vendìan practicamente los tìtulos a los extranjeros.
No creo que haya sido asì pués algunos pasaron a la historia contemporanea con esas licenciaturas.

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Malele en julio 29, 2007  · 

Hola Martín, ya en otra oportunidad te manifesté mi disidencia respecto de este tipo de artículos en que considero usás un vocabulario hiriente y una cuota de ensañamiento con Argentina que no entiendo ni voy a entender nunca ¿qué tanto odio tenés al punto de considerar que 40 millones de habitantes somos «eso» que vos describís? Lo mismo el tema de la «viveza criolla» ¿quien te dijo a vos que TODAS las personas son así? ¿vos realmente crees que los honestos aquí son minoría? Me parece que deberías separar la clase política de lo que es el ciudadano de a pie.
Aquí hay un grave problema de inmadurez política producto de siete años de dictadura militar, la peor y de las más crueles que sufrieran los países latinoamericanos. Los dos presidentes radicales que tuvimos doy fé que quisieron hacer las cosas bien pero tuvieron que luchar contra varios frentes: a Alfonsín le hicieron 14 paros generales y se le levantaron tres veces los militares con Rico y Seineldín a la cabeza reivindicando un pasado que la gente desaba dejar atrás; más allá de su impericia para manejar el tema económico se supo después que hubo connivencia entre grupos aliados al peronismo y al empresariado para provocar la caída del ex presidente (hiperinflación-desestabilización-saqueos). Tras la hiperinlfación pasamos a una década de pseudo-dolarización con hiperdesempleo y burbuja financiera. Vino De la Rua y nuevamente ante los graves problemas de huída de capitales (previo aviso, se sabía desde marzo de 2001 que volaban de Argentina) ¿qué hizo un sector del peronismo sindicalista? conspirar y desde sus «bases» organizar nuevamente saqueos para hacer caer al gobierno.
Se me hace muy largo pero ¿qué sensación tiene un pueblo después de ser rehén de las mafias enquistadas en el poder? Hoy día la gente tiene hasta miedo de votar por otros partidos porque dicen «los peronistas no lo van a dejar gobernar».
Yo te querría ver a vos intentando «operar» ese tumor canceroso que nos aqueja desde hace más de 50 años. ¿Como harías vos para sacar de en medio a un Moyano que te amenaza con pararte el país a través de sus camioneros? ¿Como harías vos para sacar de en medio a un Barrionuevo que mandó a sus muchachos gastronómicos a quemar urnas electorales en Catamarca porque no ganó la elección para gobernadora su hermana y vive amenazando con «mostrar carpetas» de todos los que están en el gobierno si intentan echarlo del senado?
Estás muy equivocado al juzgar tan duramente al pueblo argentino, nosotros la gran mayoría silenciosa somos gente buena y trabajadora; el problema (dijo un amigo) es que la MIERDA flota.
Ahora en Octubre hay elecciones presidenciales, gane quien gane va a ser rehén de esos mafiosos y del llamado «peronismo cadenero». El pueblo argentino no es el malvado, es víctima de unos malditos que siguen robándonos y amedrentándonos que «son ellos o el caos».
Como alguna vez te dije: yo te tengo un gran aprecio pero me siento enormemente dolida y agredida cuando generalizás y decís «los argentinos» como si fueramos mayormente gente que no mereciera existir. En mis 48 años de vida he encontrado muchísima gente más buena y honrada que ese «engendro» que vos describís como de nacionalidad argentina.
Si la crítica es ofensiva, no sirve, no contribuye a nada y no construye nada. Saludos

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ANA en agosto 20, 2007  · 

Estoy leyendo detenidamente tus blogs Martìn,ahora que me he tomado unas merecidas vacaciones luego de una sobrecarga de tareas.
Tu has dicho y asì ha salido en los diarios que eres embajador itinerante de Argentina o algo por el estilo.
Te respeto mucho en tus opiniones que son solventes y explican correctamente tu punto de vista pero en esta oportunidad voy a ser ácida.
Con el concepto de que en diplomacia los»trapos sucios se lavan en casa» tu en realidad no puedes ser un embajador argentino.
Veo que siendo muchìsimo màs respetuoso con España tienes resistencia para que se te considere Español y creo que esta gente tiene sus razones al respecto.
No vayas a pensar ni remotamente que esto te lo digo porque eres judio,sabes muy bien que MAS QUE JUDIO INCLUSO TE CONSIDERO ANGLOFILO EN DEMACIA.
YO TE DARIA CIUDADANIA HONORARIA DE EE UU E INGLATERRA.YA QUE HAY MUCHAS COSAS QUE SE TE ESCAPAN POR SER TAN BUEN EMBAJADOR DE ESTOS PAISES.

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Guillermo Olmedo en noviembre 18, 2007  · 

«una política internacional en la que la Argentina se alía a perdedores como Venezuela y se aleja de países exitosos como los europeos» Suficiente motivo para desintalar el FON y no volver a pasar por aqui…

No respondan que aqui no regreso mas…

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Diegio en diciembre 28, 2008  · 

Coincido con el de arriba, quizás fuiste muy reduccionista al decir que Venezuela es de los países «perdedores».
Pero mas allá de eso, quiero decirte que es un excelente artículo y encontré todo lo que pensaba ya escrito.
Lo único que le hace falta es una pequeña referencia que yo siempre hago sobre un capítulo de los Simpsons. Pensarás que es una boludez tremenda, pero para mi ese capítulo representa muy bien lo que sucede en una sociedad cuando se toma la viveza, la actitud «bartiana», como una especie de guía en nuestras vidas, motivo de orgullo y festejo. Al final, todos salimos heridos, lastimados, generando una pueblada en busca de culpables, cuando en realidad los culpables somos todos.
El capítulo es:
http://es.wikipedia.org/wiki/Bart's_Inner_Child
Pongo el artículo, pero ahí no te dice nada, al capítulo hay que verlo.

Mucha suerte!

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