2007 1
Una Cuestión de Peso
Publicado por MartinVarsavsky.net en Argentina con Sin Comentarios
El peso, como el bronceado, puede ser una cuestión social. Es decir: que esté asociado a cuestiones tales como moda o ingreso. Antes, por ejemplo, ser extremadamente flaco era sinónimo de pobreza. Por eso las clases medias y altas así como el ideal de belleza tendían a apreciar estéticamente la robustez (recordemos las mujeres de Rubens). Ya en el siglo veinte, sin embargo, este ideal fue cambiado radicalmente. Si bien la pobreza se seguía asociando con la delgadez, también se convirtió en un símbolo de belleza y distinción (el clásico ejemplo de ello es Twiggy). Pero ahora, con el crecimiento de los alimentos procesados, la comida basura y el estilo de vida moderno tanto los ricos como los pobres comenzaron a engordar.
Los gordos pobres son un fenómeno común también en otras partes del mundo. Particularmente, en Estados Unidos. Sin embargo, en el mundo desarrollado esta tendencia se está revirtiendo; o al menos complementando. Porque ya no sólo los pobres son gordos sino que también hay cada vez más ricos gordos.
Según los últimos estudios, se ha comprobado que la obesidad está creciendo notoriamente en las clases medias y altas. Aún más: que la presencia de obesos en las clases más altas tiende a hacerse similar a la de las clases más bajas. En Estados Unidos, particularmente, en los sectores con ingresos superiores a los 60 mil dólares la obesidad está creciendo a un ritmo del 276% – de un 9,7% en 1971-
Según el informe del WorldWatch Institute, “El estado del mundo 2004: Más ricos y gordos, pero no más felices”, este fenómeno tiene carácter mundial y se debe a que cada vez más personas (cerca de 1.700 millones, aproximadamente) han ingresado en la “clase consumidora” al adoptar la dieta, los sistemas de transporte y el estilo de vida que durante la mayor parte del siglo XX estuvieron restringidos a los países ricos de Europa, América del Norte y Japón. Según sus datos, el apetito por el consumo de los sectores altos y medios se ha vuelto desmesurado (en 2004 el 12% de las personas que residían en América del Norte y Europa occidental representaban el 60% del consumo mundial) al mismo tiempo que su estilo de vida ha sido notoriamente degradado. En Estados Unidos, por ejemplo, las personas que viven en barrios residenciales suburbanos caminan menos y pesan en promedio casi tres kilos más que aquellas que viven en áreas densamente pobladas; estos residentes suburbanos tienen, además, tantas probabilidades de sufrir hipertensión como los fumadores; un adulto promedio pasa unos 72 minutos por día al volante; hay más vehículos particulares que personas con licencia para conducir; y el tamaño de los refrigeradores en los hogares subió 10% entre 1972 y
Con la colaboración de Maria Frick
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