Recién, mi amigo Pablo Larguía me contó que iba a cenar con José María Aznar, ex Presidente español, que está de vacaciones por aquí. Durante la presidencia de Aznar estuve algunas veces con él y, en general, mi experiencia fue negativa, especialmente porque lo encontré una persona de trato muy difícil. Un presidente opuesto a Felipe González, Bill Clinton o Tony Blair que cuando hablas con ellos son ellos los que quieren aprender de ti.

José María Aznar es como esos profesores del colegio que cuando levantas la mano….te ignoran. Recuerdo una discusión que tuvimos en La Moncloa en la que yo le decía que su postura como presidente en temas de relaciones exteriores no estaba alineada con los intereses y afinidades históricas de España y le sugería un enfoque diferente. Le dije que si las empresas españolas tenían tanto capital metido en Latinoamérica que era incoherente que su gobierno se preocupara tanto por Medio Oriente. Que tenía que participar más en temas latinoamericanos desde la postura de la cooperación. Pero él me dijo que el Medio Oriente era clave para España, aunque nunca me explicó por qué. Parecía obsesionado con los países árabes e Irán. Y esto fue antes de la invasión de Irak, que tuvo consecuencias trágicas para la política exterior de España y para su gestión.

Ahora, volviendo al 2009, lo que realmente no entiendo es por qué Aznar sigue hablando tanto de Medio Oriente sin reconocer sus errores que le costaron la presidencia, concretamente, el tema de invadir Irak junto a USA y el de culpar a ETA por el 11M, causado justamente por terrroristas islámicos.

Lo que Aznar tendría que hacer ahora para lograr reposicionarse como ex Presidente es, por un lado, reconocer sus errores y, pasado esto, hablar de un solo tema: el bolsillo de los españoles. Aznar no hizo una mala gestión económica y en estos tiempos de crisis no se si no sería mejor tener a él que a Zapatero. Lo concreto que puede decir Aznar es que cuando él era presidente el panorama económico era mucho mejor que el actual. Su aburrido lema de que «España va bien» le daría mucha nostalgia a los españoles en paro en la España actual, que va tan mal.

Pero Aznar sufre de un problema concreto y es su soberbia. Es curiosa realmente. Tiene temas incurables como llamar a Obama exótico, lo que hizo en Vanity Fair. Es como que tiene el prejuicio a flor de piel. Aznar tendría que aprender de Tony Blair, un ex Presidente que está tratando de participar positivamente en Medio Oriente y que será recordado como un Presidente que cometió el error de apoyar a Bush en la invasión de Irak, pero que el resto de su gestión fue bastante buena.